jueves, 24 de septiembre de 2020

Los Santos Ángeles en la perspectiva ortodoxa



«Quien ama a Cristo, los ángeles le amam».  San Nicholai de Zica (1880-1956)

Nuestra Santa Biblia comienza con esta frase: «En el principio creó Dios los cielos y la tierra».

El Cielo no se debe entender como un espacio vacío fuera de nuestra realidad, sino como el mundo en el que viven los espíritus invisibles. En base a esto, la frase anterior podría ser expresada con otras palabras: En el principio Dios creó el mundo invisible y el mundo visible, como se dice en el primer artículo de nuestro Credo. El salmista dice: «Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el espíritu de su boca». (Sal. 33:6) 

En este caso, según la interpretación de los Padres de la Iglesia, el Padre es llamado el Señor, el Hijo, el Verbo del Padre, y el Espíritu Santo, el Aliento del Padre.

El profeta Isaías vio serafines[1] y Ezequiel de querubines[2] con algunas otras criaturas extrañas alrededor del trono del  Altísimo. Micaías le dijo al rey Acab: «Vi al Señor sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a él, a su derecha ya su izquierda» (I Reyes 22:19).

Nehemías dijo en su oración: «Tú, oh Señor, eres solo; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con toda su ejército» (Nehemías. 9:6).

El gran Daniel vio a Dios en su trono, millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él (Daniel. 7:10).

San Pablo habla del poder de Cristo diciendo: «El es la imagen de Dios invisible, el Primogénito de toda criatura: Porque por él fueron creadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por él y en él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas consisten por él»(Col. 1:15-17;. Cf. I Pedro 3:22)[3].

En resumen todos los nombres de las huestes angélicas, San Dionisio el Areopagita los clasifica por sus tres filas y tres veces tres es igual a nueve: "Tronos, dominios, principados, serafines, querubines, poderes, soberanías, arcángeles y ángeles" Todos ellos, sin embargo, popularmente son llamamos ángeles, o ejércitos angélicos.

Leemos en el Libro de Job, cómo el Señor dio respuesta a las quejas del hombre que sufre, diciendo: «¿Dónde estabas tú, cuando las estrellas del alba (es decir, primero los ángeles creados) cantaron juntos, y todos los hijos de Dios gritaban de gozo?» (Job 38: 1-17).

 «Las estrellas de la mañana, tan gloriosamente brillantes 
Llenas de luz y esplendor celestial
Ellas están - donde la noche nunca sigue al día- 
Elevan la canción 'Tres Veces" ahora y siempre ... 
Entonces, cuando la tierra por primera vez estvuo suspendida en medio del espacio, 
Luego, cuando los primeros planetas aceleraron en su carrera, 
después, cuando se puso fin a los seis días de trabajo, 
luego, todos los hijos de Dios gritaron de alegría».
(Joseph el Himnógrafo).


Nuestra Iglesia Ortodoxa ha dedicado los lunes a los santos ángeles. Por lo tanto, todos los lunes en los servicios de la iglesia recordamos a los santos ángeles con alabanzas y oración: «Santos Arcángeles y Ángeles, ruegen a Dios por nosotros».

Las huestes de ángeles fueron creados antes que los hombres. Esa es la primera razón por la cual, los llamamos nuestros hermanos mayores.

La naturaleza de los ángeles

La naturaleza de los ángeles es, en cierto modo bastante diferente de la naturaleza del hombre, y de otras manera similar a la misma. Por un lado, las diferencias son las siguientes: Los ángeles no tienen cuerpo y, como tal son invisibles a nuestros ojos físicos. Al no tener cuerpo, por consiguiente, no tienen necesidades corporales o deseos y pasiones, no se preocupan por la comida, la bebida, la ropa o la vivienda. Tampoco poseen el impulso y el deseo para la procreación. «Ellos no se casan ni se dan en matrimonio»(Mateo 22:30). Tampoco tienen preocupaciones sobre el futuro, ni miedo a la muerte. Puesto, que Dios los creó antes que al hombre, no son mayores ni envejecen, así invariablemente son jóvenes  hermosos y fuertes. No tienen ninguna ansiedad acerca de su salvación y no luchan por la inmoralidad, pues son inmortales. A diferencia de los hombres, no vacilan entre el bien y el mal, pues son ya buenos y santos como cuando Dios los creó.

Por otro lado, los ángeles son similares a los hombres en que son personalidades, todos son individualmente consciente de sí mismos. Al igual que los hombres, tienen inteligencia, emociones, libre albedrío y la capacidad de actuar; teniendo además nombres personales, como los hombres. Algunos de sus nombres los conocemos bien a través de la Escritura o de la tradición de la Iglesia. Ellos son: Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, Sealtiel, Barachiel, Jeremiel, Jegudiel.

Al comparar a los hombres con los ángeles, San Pablo citó las palabras de un antiguo profeta que habló de Dios: «¡Oh Señor - ¿Qué es el hombre, que te acuerdas de él? ¿O el hijo del hombre, que lo visitas?. Tú lo hiciste un poco menor que los ángeles, lo coronaste de gloria y de honra, y lo pusiste sobre las obras de tus manos; todas las cosas sujetaste debajo de sus pies» (Hebreos 2:6-8; Ps. 8:4-6).

En efecto, Dios le dio a Adán, el primer hombre libre de pecado un tremendo dominio sobre sus obras, esto fue antes que el hombre despreciará el mandamiento de Dios y se uniera a Satanás, el adversario de Dios. Antes del pecado, el hombre era igual a los ángeles de Dios en poder, pureza y belleza. Pero a través de la subyugación del hombre por el pecado sobre las obras de Dios, esto se redujo a casi nada. La naturaleza se volvió desobediente ante quién fue desobediente a Dios. Desobediente a su antiguo señor. El Apóstol habla de ello:«Porque el anhelo ardiente de la criatura aguarda a la manifestación de los hijos de Dios, con el fin de volver a ser obediente y feliz, como en el Edén. Hasta entonces, la creación entera gime y sufre dolores de parto hasta ahora, el ser mismo de la esclavitud de corrupción ...» (Romanos 8:19,22).

Sin embargo, regenerados en Cristo, el hombre volverá a ser como un ángel, vestido con la gloria de Cristo. Mientras tanto, sus hermanos mayores, los santos ángeles sin mancha, están cuidando de él, como los médicos a los enfermos, preservando su salud y conduciéndolos a la salvación. Como está escrito: «¿No son todos espíritus servidores, enviados en servicio por amor de los que son los herederos de la salud?» (Hebreos 1:14). De esto, sin embargo, se hablará más adelante.

Las apariciones de los ángeles

Las apariciones de ángeles son diferentes deliberadamente, como diferentes son las personas y las ocasiones.

La aparición de un ángel a Moisés fue de la siguiente manera: «Y se le apareció el Angel del Señor en una llama de fuego en medio de un zarzal; y él miró, y vio que el zarzal ardía en fuego, y el zarzal no se consumía. Y lo llamó Dios de en medio de la zarza, y le dijo: "Moisés, Moisés» (Éxodo 3:2,4). Moisés no vio ningún rostro o figura, pero en el fuego, y en medio de este, oyó la voz que le llamo y le dio instrucciones sobre lo que debía hacer.

La aparición a todo el pueblo de Israel, cuando huyeron de Egipto: «Y el Señor iba delante de ellos de día en una columna de nube, para guiarlos por el camino; y de noche en una columna de fuego para alumbrarles; a fin de que anduviesen de día y de noche».(Ex. 13:21) .

Este no fue el Señor mismo, sino su ángel. Moisés confirma: «Pero cuando clamamos al Señor, El oyó nuestra voz y envió un ángel y nos sacó de Egipto» (Números 20:16). Aquí, como en otro lugar, el ángel se identifica con el Señor, Dios. Porque mi nombre está en él, dice el Señor Dios (cf. Ex. 23:20-21)[4].

A Gedeón un ángel se le apareció como un hombre común, al igual que el Arcángel Rafael se le apareció a Tobías. Gedeón entendió que era un ángel sólo cuando vio un milagro realizado por su visitante desconocido. Entonces él exclamó: «¡Ah, Señor Jehová! Vi a un ángel del Señor cara a cara»(Jueces 6:12-23).

A la esposa de Manoa, que era estéril y sin hijos, un ángel se le apareció con la noticia de que iba a tener un bebe, cuyo nombre seria Samson. Cuando le conto este evento a su marido, le dijo: «Un hombre de Dios vino a mí, cuyo aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios, terrible»(Jueces 13:6).

Cuando los sirios rodearon el lugar donde el profeta Eliseo vivia, un siervo asustado exclamó: «¡Ay, qué vamos a hacer? Y Eliseo le respondió: No temas, porque los que están con nosotros son más que los que están con ellos.Y por las oraciones de Eliseo, el Señor abrió los ojos del joven, y él los vio: "y he aquí que el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo» (II Reyes 6:16-17). Por supuesto, lo que vio eran las multitudes de ángeles de Dios enviados para proteger al justo.

Al profeta Ezequiel un ángel le parecío de fuego: «desde sus lomos para abajo, fuego; y desde sus lomos para arriba, ya que parecía como resplandor, como el color del ámbar» (Ezequiel 8:2).

El gran profeta Daniel vio un ángel como un varón vestido de lino, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz. Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como del color del bronce bruñido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud. Tanto se asustó que Daniel dijo: «Por tanto, yo me quedé solo ... y no quedó fuerza en mí ... y no tuve vigor»(Daniel 10:8). Fue el Arcángel Gabriel (Daniel 8:16).

El mismo Gabriel se le apareció a Zacarías, padre de Juan el Bautista. Y aunque su apariencia no era tan terrible como lo que Daniel vio, sin embargo, Zacarías, cuando le vio, se turbó, y el temor se apoderó de él. Y el ángel le dijo: «No temas, Zacarías!» (Lucas 1:12-13).

En cuanto a la aparición de Gabriel a la Virgen María en Nazaret, suponemos que la aparición fue en una forma humana apacible, a diferencia de aquellas formas aterradoras en las que los ángeles aparecieron a los profetas de la antigüedad. Sin embargo, María se asustó y se conmovió. No es de extrañar, pues no sólo es el aspecto extraordinario lo que nos asusta, sino también la rapidez de la misma aparición. El ángel aliento a la Santísima Virgen, diciéndole: «María, no temas, porque has hallado gracia cerca de Dios». (Lucas 1:29-30).

Cuando nuestro Señor Jesús nació, un ángel se le apareció a los pastores de Belén. «Y he aquí el ángel del Señor vino sobre ellos, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor. Y el ángel les dijo: "No temáis"» (Mateo 28:3-5).

Las mujeres que llevaban mirra al sepulcro del Señor resucitado vieron a un ángel: Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve: «Y de miedo por él, los guardas (de la tumba) temblaron y se quedaron como muertos. Pero a las mujeres, sin embargo, el ángel les dijo: "¡Vosotras, no temáis!"» (Mateo 28:3-5).

En ningún otro libro sagrado se ha escrito tanto sobre los ángeles como en el Libro de Apocalipsis. San Juan vio a una multitud alrededor del trono del Altísimo. Él los describe como vestidos de limpio lino y resplandecientes, ceñidos alrededor del pecho con cintos de oro (Apocalipsis 15:6). Muy llamativa es la descripción de uno de ellos: «Vi, dice Juan, que otro poderoso ángel bajó del cielo, cercado de una nube, con el arco iris sobre su cabeza, y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego ... Y clamó con gran voz, como cuando ruge un león»(Ap. 10:1-3). ¡Envuelto en una nube! Recuerda lo que dijo el Señor Jesús acerca de Su Segunda Venida: Entonces, dijo, «y entonces todas las tribus de la tierra harán duelo, y verán al Hijo del Hombre que viene sobra las nubes del cielo con poder y gran gloria». (Mateo 24:30). Por lo tanto, las nubes del cielo significa multitudes de ángeles.

Todas las apariciones de los ángeles son sólo apariencias, no pertenece a su naturaleza, pues son espíritus puros, y todo su poder y su belleza es espiritual, no material. Nuestros santos dice de ellos: «El material y la inteligencia de los ángeles que tu haz creado, Oh Señor, ante del mundo visible; Ellos te lloran sin cesar y te bendicen Señor. Bendice Señor, todos sus obras. Ellos cantan alabanzas a Ti por siempre...» (Octoechos Maitines, Himno 8, tomo 3).

Los ángeles del Señor no quiere ser adorados. Cuando un ángel le mostró a San Juan el nuevo Paraíso en el cielo con todas sus maravillas, San Juan se postró a los pies del ángel para adorarlo, pero el ángel no permite esto, diciendo: «No hagas eso; yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos los profetas y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios».  (Apocalipsis 22:8-9)

La actividad de los Ángeles

La actividad de los ángeles es doble: en el cielo glorifican a Dios, y en la tierra llevan a cabo las órdenes de Dios con respecto a los hombres. La palabra "ángel" en sí mismo significa heraldo o mensajero. Ellos no descansan, ni de día ni de noche: «Santo, Santo, Santo, es El Señor Dios, El Todopoderoso, el que era, el que es y el que ha de venir». (Apocalipsis 4:8). «¿No son todos ellos espíritus ministradores, enviados para servir por causa de los que heredarán la salvación?»(Heb. 1:14).

Dice San Gregorio el Teólogo: «Algunas de esas inteligencias están de pie ante el gran Dios, y otras cooperan en la administración de todo el mundo»Y San Damasceno dijo: «Ellos son poderosos, y están listo para cumplir la voluntad de Dios, y aparecen en cualquier lugar e instante, de acuerdo con su naturaleza sutil, donde Dios les ordena».

La primera vez que un ángel, un querubín, es mencionado en la Biblia es cuando Adán y Eva fueron expulsados del Jardín del Edén (paraíso terrenal). «Expulsó, pues, al hombre; y al oriente del huerto del Edén puso querubines, y una espada encendida que giraba en todas direcciones, para guardar el camino del árbol de la vida». (Génesis 3:24).

A) Podemos considerar a los ángeles, en primer lugar, como mensajeros de la buenas nuevas. Dos veces se le apareció un ángel a Agar, la esclava de Abraham, consolándola porque su señora Sarah la afligía. «El ángel del Señor le dijo además: He aquí, has concebido y darás a luz un hijo; y le llamarás Ismael, porque el Señor ha oído tu aflicción». (Gén. 16:11;. Cf Gn 21:17) [5]. Ismael se convirtió en el progenitor de los ismaelitas, árabes, que también se llaman Agarenos.Tres ángeles aparecieron en las llanuras de Mamre con un mensaje para hijos de Abraham, señalandole que tendrian un hijo, lo que en efecto sucedió al año siguiente (Gén. 18: 10), con el nacimiento de Isaac, el progenitor de los Judíos. Cuando Abraham estaba dispuesto a sacrificar a su único hijo Isaac, siguiendo la orden de Dios, que quería poner a prueba su fidelidad, un ángel del cielo le impidió hacerlo. El ángel le dijo: «Ahora sé que temes a Dios» (Génesis 22:12). Dios mismo, sin embargo, más tarde ofreció a su único Hijo Jesucristo, para ser sacrificado como un cordero para salvar a la humanidad (Ef. 5:2).

B) Los ángeles de Dios salvan a los hombres de Dios. En la corrupta ciudad de Sodoma vivía un hombre de Dios, Lot. Cuando Sodoma fue condenada a la destrucción, Dios envió a dos ángeles a salvar a Lot y a su familia (Génesis 19:1-22). Un ángel salvó a Jacob de la venganza de su hermano Esaú (Génesis 32:1). Y antes de su muerte, Jacob habló del Ángel que lo habia liberado de todo mal (Génesis 48:16). Un Ángel salvó a los tres jóvenes en Babilonia de la muerte en medio del horno de fuego ardiendo, en el que fueron lanzados, ya que se negaron a adorar a ídolos en lugar de adorar al único y verdadero Dios (Daniel 3:12-30). 

Cada servicio de maitines se nos recuerda de este extraño suceso por el séptimo y octavo de los canónigos. Y un ángel salvó a Daniel del foso de los leones en el que fue puesto a causa de su fe en el Dios único. Los leones, sin embargo, se comportaron como corderos. Para el asombro rey Darío, Daniel dijo: «Mi Dios envió su ángel, que cerró la boca de los leones, y no me han hecho daño alguno porque fui hallado inocente ante El» (Daniel 6:16-23).

C) Los ángeles son ejecutores de los juicios de Dios. Citamos sólo unos pocos ejemplos: La ciudad de Sodoma estaba hundida en horribles vicios (homosexualidad, la sodomía). El Señor envió dos ángeles para salvar al único hombre justo en Sodoma, Lot. Fueron donde este, y le instaron a salir de esa ciudad, porque el Señor les había enviado a destruirla: «Entonces el Señor hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego, de parte del Señor desde los cielos» (Génesis 19:12-25). El rey David, un gran glorificador de Dios, pecó una vez contra el Señor Dios, y Este envió a un ángel: «Y alzando David sus ojos, vio al ángel del Señor que estaba entre la tierra y el cielo, con una espada desenvainada en su mano, extendida sobre Jerusalén. Entonces David y los ancianos, vestidos de cilicio, cayeron sobre sus rostros». (I Crón. 21:1-17). Senaquerib, rey de Asiria, había sitiado a Jerusalén con un poderoso ejército. «Él y sus duques blasfemaron contra Dios, llamamdo al Ezequías y a su pueblo a rendirse. Pero Ezequías se postró ante Dios y oró en el templo, el ángel del Señor salió e hirió en el campamento de los asirios a cientos de miles de sus partituras. El Rey Senaquerib huyó a Nínive, donde fue asesinado por sus hijos» (Isaías, capítulos 36 y 37). El salmista inspirado, a sabiendas de la historia y de su propia experiencia de la parte que los ángeles desempeñan en la vida de un hombre o de una nación, habla: «El ángel del Señor se asentarán sus tiendas alrededor de los que le temen, y los entregará»( Ps. 33:7). «No te sucederá ningún mal, ni plaga se acercará a tu morada. Pues El dará órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos.En sus manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra». (Salmo 91:10-12). «Bendecid al Señor, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su mandato, obedeciendo la voz de su palabra». (Salmo 103:20).

Los Ángeles Guardianes

Estas palabras del Salmista confirman la creencia común de que los ángeles protegen y ayudan a las naciones y a los individuos. En la antigüedad, el arcángel Miguel fue considerado como el ángel de la guarda de los hijos de Israel. Josué lo vio en Jericó, y le oyó decir que él «era el capitán de la hueste del Señor» (Josué 5:14-15). Y a Daniel, el Arcángel Gabriel le habló del Arcángel Miguel, diciendo: «En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que vela sobre los hijos de tu pueblo». (Daniel 12:1). El Apóstol Judas escribe de la siguiente manera al Arcángel Miguel: «Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo y disputaba acerca del cuerpo de Moisés...» (Judas 9). Como guardián de las personas, incluso también incluso del cuerpo muerto del Profeta Moisés.

Los Padres de la Iglesia enseñaron que hay ángeles guardianes de las naciones, de los países, de las iglesias, así como de las personas (Rev. 2). Aun los hay de los elementos, de las estrellas y de los planetas. San Juan Clímaco da testimonio de su ángel de la guarda personal: «Cada vez que estaba deseando un mayor progreso en la vida espiritual, el ángel se me aparecia  y me iluminaba». Y San Basilio el Grande dijo: «El ángel no se retirará de nosotros, a menos que lo alejemos con nuestras malas obras como el humo ahuyenta lejos a las abejas, y el hedor a las palomas, así también nuestro pecados nauseabundos alejan al ángel que protege nuestras vidas»

Ángeles: Siervos de la Iglesia de Cristo

El Nuevo Testamento está lleno de ángeles: Se cierne en torno a Cristo desde el comienzo de su encarnación, siempre dispuestos a servirle. Ellos lo adoraron en la tierra, le adoraron en el cielo, y ellos lo amaron en su cruz como lo aman en su gloria celestial, con un amor trascendente que brilla intensamente. Con alegría y atención apoyaron su trabajo, es decir, Su Iglesia en la tierra. Lo están haciendo ahora, y lo hará hasta el fin del mundo. Cuando Él nació, «repente apareció con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, alabando a Dios» (Lucas 2:13). Después de la tentación en el desierto, cuando «El diablo le dejo, y que aqui, ángeles vinieron y le servia». (Mateo. 4:11). Nuestros artistas tenían razón al pintar a muchos ángeles alrededor de Cristo, como en su bautismo cuando los cielos se abrieron ante Él, en la Transfiguración, alrededor de Su crucifixión, en el descenso a los infiernos, en la Resurrección y en su Ascensión. Cada vez que se le apareció un arcángel o ángel, podemos suponer que detrás de él habían muchos ángeles, aunque invisibles a los ojos humanos. 

No creemos que el Arcángel Gabriel estuviera solo cuando le anunció a la Virgen María la noticia del nacimiento del Mesías, ni que el ángel que se apareció en Getsemaní para fortalecer a Cristo en su agonía, no fuera sin la compañía de muchos ángeles invisibles. Donde quiera que el Rey esta, sus soldados también están allí a mano.

Quien ama a Cristo, los ángeles lo amam. Él amaba a los niños, y le pidio a los ángeles ser sus guardianes. Él dijo: «Mirad que no tengáis en poco a alguno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre la faz de mi Padre que está en los cielos». (Mateo 18:10). Incluso se identificó con niños pequeños al decir: «Y el que reciba a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe». (Mateo 18:5). Por otra parte, amenazó terriblemente a los que engañan, escandalizan y hacen que los niños caigan en el pecado: «Pero al que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que se ahogara en lo profundo del marv. (Mateo. 18:6). También dijo: «Dejad a los niños, y no les impidáis que vengan a mí, porque de los que son como éstos es el reino de los cielos». (Mateo 19:14).

Esta es la razón por la que los ángeles aman y protegen a los niños. Un poeta espiritual dijo:

 «Los ángeles y ministros, espíritus de la gracia, 
amigos de los niños, en ellos contemplan el rostro de Dios, 
moviéndose como nuestros pensamientos a través del más allá, 
Moldeados en belleza, libres de nuestra unión». 
(P. Dearmer, English Hymnal)

Los ángeles también han asistido a los apóstoles y a otros de los fieles desde el principio, a lo largo de la historia de la Iglesia. Cuando los sumos sacerdotes, pusieron a los apóstoles en la cárcel, el ángel del Señor les abrió las puertas de la cárcel por la noche y sacándolos, dijo: «Id, y puestos de pie en el templo, hablad al pueblo todo el mensaje de esta Vida». (Hechos 5: 17-20; 12:7-10).

Cuando Herodes, el reyezuelo de Galilea, persiguió a la Iglesia, matando al apóstol Santiago y teniendo la intención de matar a Pedro también, «Al instante un ángel del Señor lo hirió, por no haber dado la gloria a Dios; y murió comido de gusanos».(Hechos 12: 23).

Cuando Felipe predicó en Samaria, un ángel le guió hacia Gaza para conocer a un hombre de Etiopía, un eunuco de Candace. Felipe le hablo de Jesús el Mesías, y lo bautizó. Ese fue el primer eunuco cristiano de su país. Por lo tanto, los ángeles ayudaron a los apóstoles en la difusión del Evangelio en tierras lejanas (Hechos 8:26).

Un oficial romano, Cornelio, mientras rezaba a las tres en punto de una tarde soleada, vio en una visión un ángel de Dios, quien le aconsejó llamar a Pedro de Jope. Después de la instrucción de Pedro, Cornelio fue bautizado junto con toda su familia. También en este caso, el ángel del Señor promovió el crecimiento de la Iglesia entre los gentiles (Hechos, 10:6). 

Mientras San Pablo estaba navegando hacia Roma con 276 almas, una terrible tormenta amenaza con hundir el barco. «No temas, Pablo; has de comparecer ante el César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo». (Hechos 27:20-25).

Angeles: Cosechadoras de Dios

En la parábola del sembrador y la semilla, el Señor Jesús explicó: «y el campo es el mundo; y la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del maligno; y el enemigo que la sembró es el diablo, y la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles... El Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que son piedra de tropiezo y a los que hacen iniquidad; y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandeceran como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos, que oiga». (Mateo 13:38-43). Pero antes del fin del mundo, el final a muchos de nosotros nos ha ya llegado. «Y sucedió que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico y fue sepultado. En el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio a Abraham a lo lejos, y a Lázaro en su seno». (Lucas 16:19-23). Acuérdate, pues, oh hombre de que tu fin es para ti como el fin del mundo. Porque en tu muerte serás cosecha de los ángeles o del maligno. La mejor decisión es confiar en la misericordia de Dios, sino confiamos en Dios y seguimos pecando sin arrepentimiento nos burlamos de Dios. Sobre esto es lo que nuestro Salvador dijo: «De la misma manera, os digo, hay gozo en  la presencia de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente». (Lucas 15:10). Pero ¡ay de las que mueren en pecado sin arrepentimiento. Aquí está la severa advertencia de un gran apóstol: «Porque si Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para juicio; si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, un predicador de justicia, con otros siete, cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos; si condenó a la destrucción las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndo las a cenizas ...» (Pedro II. 2:4-6). Mucho menos se les perdonará a aquellos que son cristianos de nombre, pero en realidad son siervos del diablo en palabras y hechos. Como Judas, que en algún momento pudo arrepentirse, pero fue demasiado tarde: «Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno segun su conducta». (Mateo. 16:27).

La Segunda Venida de Cristo

La segunda venida de Cristo será más glorioso y más dramática. Mientras que en su primera venida "una multitud" de ángeles se les aparecieron a los pastores de Belén, en su segunda venida todos los santos ángeles le acompañaran. «Y El enviará a sus ángeles con una gran tormpeta y reuniran a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta el otro»(Mateo. 24:31). "Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre»(Mateo 13:43). Por lo tanto, los ángeles serán los segadores de la cosecha de Dios.

Pero la más notable recompensa de Cristo prometida a los elegidos y justos, que viven de acuerdo con el evangelio y sufrieron en la tierra, es que serán son iguales a los ángeles. A los saduceos sofistas, les dijo: «pero los que son tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan ni son dados en matrimonio; porque tampoco pueden ya morir, pues son como ángeles, y son hijos de Dios, siendo hijos de la resurrección». (Lucas 20:35-36). La lectura de estas palabras, nos llenan de temor y miedo. ¿Cómo podemos ser iguales a los ángeles? He aquí que está escrito de los ángeles: «Dios ocupa su lugar en su congregación; El juzga en medio de los jueces».Y un poco más adelante: «Vosotros sois dioses, y todos sois hijos del Altísimo». (Salmos. 82: 1,6). Por supuesto, los ángeles son llamados dioses, no por su naturaleza divina, sino por su estrecho contacto con Dios. ¿Cómo pueden los hombres ser iguales a ellos? Y esto es lo que dice nuestro poeta sagrado de los ángeles:

 «Adornado con brillos de belleza 
Todos los ángeles del Pantocrator 
Enfocan la gloria inefable de Cristo 
Cantandole a él día y noche: 
Bienaventurado eres, oh Dios, para siempre».
 (Theophane -Himno de Maitines, Tomo VI).

¿Cómo podemos ser iguales a los ángeles, los glorificadores de Cristo, nosotros que blasfemamos a diario por nuestros pecados? En primer lugar, Cristo habla de los que fueren tenidos por dignos, y, en segundo lugar, por el amor de Cristo que sobrepasa todo conocimiento (cf. Lucas 20:35; Efesios 3:19;.. Phil 4:7).

Escuchemos lo que un vidente de los misterios celestiales dice: «cosas que ojo no vio, ni oido oyo, ni han entrado al corazón del hombre, son las cosas que Dios ha preparado para los que le aman»(Cor I. 2:9). Aquí está la clave del misterio: los que aman a Dios, sean ángeles o seres humanos son iguales ante Dios.

En este sentido, también llamamos a los ángeles nuestros hermanos mayores, en honor a ellos y orando a ellos desde este valle de lágrimas:

«Oh Santos Arcángeles y Ángeles, 
Rueguen a Dios por nosotros los pecadores».


San Nicholai Velimirovic, Obispo de Zica
Compilado por: Archimandrita Nektarios Serfes Boise
The Lord's Prayer A Devout Interpretation & Three Lessons of the Orthodox Church by St. Nicholai Velimirovic, St. Paisius Orthodox Monastery, Safford, AZ. 2001, pp. 71-88.
Traducido: Yerko Isasmendi



Notas

1) Y encima de él estaban serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, y con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. (Is. 6:2)
2) Y apareció en los querubines la figura de una mano humana debajo de sus alas. (Ez. 10:8)
3) El cual está a la diestra de Dios, siendo subido al cielo; a quien están sujetos los ángeles, y las Potestades, y Virtudes.
4) He aquí yo envío el Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión; porque mi Nombre está en él.
5) Y oyó Dios la voz del muchacho que lloraba ; y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar?  No temas, porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está.
6) Este es el fundamento mismo de la educación cristiana, es decir, dejar que los niños vengan a Cristo.


miércoles, 16 de septiembre de 2020

Cavilaciones sobre la Casa de Dios



Rosario Carollo en su ''L'invisibile e l'uomo'' al hablar del Betilo (aerolito/meteorito), nos precisa que es el símbolo del centro sagrado, una forma natural que vela lo divino. Una "habitación divina", que en el judaísmo sería la mishkan, el tabernáculo del templo, donde mora Dios, la sede de la Shejinah que solía ser representada por una forma cónica o en la forma de pilar. Esta piedra del cielo en donde moraba lo divino, era considerada una piedra profética, una piedra parlante, es decir, una piedra que hacía oráculos. Las religiones abrahámicas[1] desde siempre les han otorgado una especial veneración a estas piedras “donde mora lo divino”[2]. En el Génesis por ejemplo se nos relata cómo Jacob tras usar una piedra como almohada tuvo una visión celestial, tras lo cual, llamo a esta piedra “La Casa de Dios” y la erigió en forma de estela[3] y en el mundo musulmán tenemos la al-Hayar-ul-Aswad (Piedra Negra) de la Kaaba, piedra que descendió del paraíso blanca como la nieve, pero que a raíz de los pecados de los hombres se fue oscureciendo.

Esta idea de “Piedra Fulminante” y “Casa de Dios” la encontramos en el triunfo XVI del Tarot de Marsella, donde es llamado “La Mansion Dieu” (La casa de Dios)[4].


Andrea Vitali en sus ensayos sobre la iconografía del Tarot, menciona que durante el renacimiento el triunfo XVI fue conocido como: «"Sagitta" ("rayo/flecha")[5] y otros autores, incluidos Garzoni, Piscina, Pomeran y Teofilo Folengo la llaman "Il fuoco" ("el fuego"). Pero también fue llamada "La casa del diavolo" (La casa del diablo) en Ferrara y "La casa di Plutone" (la casa de Plutón) o simplemente "La casa" por Pietro L'Aretino. Además se la llamó "La casa del dannato" (La casa del condenado), "Inferno" (Infierno) y "Cieli" (Cielos)». Vitali señala que el triunfo XVI sería «una alegoría, la de la destrucción de una casa por un rayo o un fuego que, de acuerdo con las nociones cosmológicas de la época, se creía proveniente de la Sphera Ignis, la esfera o círculo de fuego ubicada sobre la Tierra». Esto explicaría el lugar de este triunfo, precedido por Le Diable y seguido por L´Estoille, La Lune, Le Soleil; cuerpos celestiales que encontramos en los tarots después de la carta XVI.

Si miramos dicha carta podemos ver como una torre es destruida en su parte superior por un rayo que cae del cielo. Gougenot des Mousseaux, en su libro “Dieu et les Dieux, ou un Voyageur Chrétien” (1854) nos dice que el aerolito, particularmente, por su conexión con la esfera celeste, representa la casa y la vestidura de un dios que desciende a la tierra. Para Vitali en base al estudio de mazos antiguos como hoja de Cary y el Tarot de Jacques Vieville, el significado de la carta es claro, «el fuego divino en forma de relámpago destruye la casa de Job que esta en manos del diablo, puesto que este tenía permiso de Dios para poner a prueba la fe de Job en su Señor, destruyendo su casa y sus animales»[6].

Sobre esta idea de piedra del cielo (donde mora lo divino) como castigo, Marcos Méndez Filesi en su ensayo “El señor de las tinieblas”[7] nos precisa que «la idea que los rayos podían ser de dos naturalezas distintas, una destructiva y otra benéfica, se encuentra ya en Plinio, quien en Naturalis Historiae (XXXVII, 134) divide las piedras del rayo en negras y rojas. Con las negras y redondas, que eran sagradas y se llamaban betilos, se podían derrotar ciudades y flotas enemigas, mientras que las rojas solían definirse como simples rayos. El betilo —término derivado del hebreo Beth-el, Casa de Dios— fue asignado por la tradición popular a todas las piedras de procedencia celestial».


Yerko Isasmendi

jueves, 10 de septiembre de 2020

Mujeres eruditas en la edad de oro de los musulmanes



Muchas mujeres jugaron un importante rol intelectual en la historia del Islam, ellas fueron eruditas y profesoras de muchos conocidos ulemas, como por ejemplo, la brillante Anas Jatun, experta en hadices que había recibido autorización de Zayn al-Din al-'Iraqi para enseñar. Son famosas sus conferencias públicas, a las que asistían una multitud de ulemas, entre los cuales estaba, por mencionar alguno, el Imam al-Sajawi. Luego de la muerte de su marido Ibn Hajar al-'Asqalani, Anas Jatun se dedico a la vida de piedad y ayuda a los necesitados, ganado fama de santidad.

Al-Shifa bint Abdullah se encontraba entre las pocas personas en la época pre-islámica que sabían leer y escribir. Es considerada como una de las primeras mujeres docentes en el Islam. Durante la época del Califato de Umar (Radhiyallahu-Anha),  fue nombrada como administradora pública a cargo del mercado de Medina. Su posición era similar a la posición combinada de un administrador y contador. Además era experta en las prácticas médicas, sobre todo en la práctica de la ruqyah.

Amra bint Abdurrahman fue una de los más grandes eruditos entre la segunda generación de los primeros musulmanes. Ella fue jurista, mufti (dar opiniones legales) y maestra del hadiz.

Umrah, o 'Amra, bint Abdur-Rahman fue alumna de Aisha bint Abu Bakr (Radhiyallahu-Anha), la esposa del Profeta (Sallallahu 'Alaihi wa Aalihi wa Salam), y una transmisora influyente de hadices. Umrah es conocida por haber tenido el mejor conocimiento del hadiz, transmitido a ella, a través de  Aisha (Radhiyallahu-Anha). Con su amplio conocimiento, Umrah era considerado una voz autorizada del hadiz y estuvo por encima de muchos otros académicos masculinos durante este período. Fue a menudo citado por los eruditos islámicos, por proporcionar hadices fiables, y fue clasificada como jurista. Sobre ella el Imam Ahmad Ibn Hanbal dijo: «La jurista, Umrah bint Abdur Rahman fue criada por Hazrat Ayeshah . Ella relató un gran número de Hadices, que son auténticos. Su memoria es aguda».

No pocas han sido las mujeres que a lo largo de la historia del Islam, han destacado en la memorización de hadices, no debemos olvidar, que muchas mujeres escucharon directamente hadices de Rasulullah (Sallallahu 'Alaihi wa Aalihi wa Salam), además de obviamente sus esposas; entre las cuales, destaca Aisha (Radhiyallahu-Anha) por la gran cantidad de hadices narrados por ella, que nos han llegado a través de las colecciones más famosas de hadices. Podemos citar además a Fatimah bint Qays quién memorizo un largo hadiz de Tami al-Dari, después de oírlo una sola vez. Ella relata que poco tiempo después de la muerte de su esposo, escuchó el llamado a la oración y se fue a la mezquita a orar: «Yo estaba en la fila de las mujeres. Cuando el Mensajero de Allah (Sallallahu 'Alaihi wa Aalihi wa Salam), terminó su oración, se sentó en el púlpito y sonrió. Luego dijo: que todo el mundo permanecen en su lugar. entonces - preguntó, ¿Saben por qué los he reunido? Dijimos que Allah y Su Mensajero saben mejor. Él dijo: Por Allah que no los he reunido por cualquier cosa que desee, o por cualquier cosa que temo. Más bien, os he reunido porque Tamim Al-Dari que era un cristiano, vino y prometió lealtad, y ha abrazado el Islam, y me contó una historia que confirma lo que he estado diciendo acerca del Anti-Cristo». Muhammad Akram Nadwi al respecto señala: «su dedicación al aprendizaje puede ser medido por el hecho de que a pesar del reciente fallecimiento de su esposo, se apresuró a ir a la mezquita cuando se enteró de que iba haber un sermón, tras lo cual, lo memorizo y trasmitió  siendo posteriormente registrado en Sahih Muslim y otras compilaciones de hadices». At-Tabarani compilo el Al-Adhadith at- Tiwal (Los Hadices largos), que contiene varias tradiciones narradas por mujeres.

La hija de Sa’id ibn Al-Musayyab - quién tenia un conocimiento excepcional de hadices proféticos - aprendió todos los hadices de su padre. Abu Bakr ibn Abi Dawud reporto que  'Abd Al-Malik ibn Marwan (el califa omeya) pidió a la hija de Said en matrimonio para su hijo Al-Walid. Sa'id rechazó la propuesta prefiriendo casarla con uno de sus alumnos más pobre. Su marido dijo acerca de ella: «Ella fue una de las personas más bellas y más expertos en el conocimiento de memoria del Libro de Allah, y con mayor conocimiento de la Sunnah del Profeta (Sallallahu 'Alaihi wa Aalihi wa Salam), y más consciente del derecho del marido».

Abu Nu'aym (d.430) narro que «una mañana su marido tomó su manto para salir. Ella le dijo: ¿A dónde vas?. El le respondió: A la reunión de Sa'id para obtener conocimiento. Ella le dijo: Sentaos aquí, te voy a enseñar el conocimiento de Sa'id».

Del mismo modo, la hija del Imam Malik aprendido todos sus hadices y memorizado el Muwatta completo, el mejor libro de su tiempo que combinaba Hadiz y Fiqh (jurisprudencia). Az-Zubayr (d.256) dice: «Malik tenía una hija que sabía su conocimiento [El Muwatta] por corazón, quién solía estar detrás de la puerta. Cuando un lector cometía un error, ella lo corregía. Su hijo Muhammad, no estaba versado en el estudio y la erudición». A veces se paseaba con sus ropas desordenadas. Malik decía a sus alumnos: «Los buenos modales están en las manos de Allah. Este es mi hijo y esta es mi hija". Otras mujeres de Medina narraron extensamente de Malik, entre ellas, 'Abidah Al-Madaniyyah, quién era famosa por conocer una gran cantidad de hadices de memoria. Ibn Al-Abbar dijo«Ella narró una gran cantidad de hadices».

Solo en Damasco hubo 35 mujeres que conocían en su totalidad el Sahih al-Bujari (incluyendo sus cadenas de narraciones de memoria)

La Universidad más antigua del mundo que aun hoy funciona, es la madraza de Qarawiyyin fundada por Fatima Al-Fihri (apodada “Oum al Banine”, que significa “madre de los chicos”) una mujer musulmana hija de un importante comerciante tunecino que se trasladó con toda su familia desde Túnez a Marruecos. Tras morir su esposo, Fátima quiso dedicar su fortuna a la comunidad construyendo la mezquita junto a la madraza.

Por último mencionar a algunas grandes mujeres en la Vía del tasawwuf; como Rabia al-Adawiyya, Fátima de Córdoba y Shams de Marchena (Shams umm al-fuqará), estas últimas maestras de Ibn ´Arabi.


Yerko Isasmendi


En el libro "Muhaddithat" aparecen 8.000 relatos biográficos de eruditas del hadiz.

sábado, 5 de septiembre de 2020

El Islam y el Conocimiento



Me gustaría partir esta entrada citando las palabras del Imam Muhammad ibn Idris ash-Shafi`i, una de las cuatro luces del fiqh sunnita y uno de los más grandes juristas del mundo musulmán: «El mundo no es sino un momento, por lo cual hay que hacer [que dicho momento] sea de obediencia». 

El Islam como religión que abarca todas las facetas del ser humano, insta al hombre a la búsqueda y aumento del saber como vía de autoconocimiento y acceso a lo divino - de este modo - el conocimiento se plantea como una parte integral de la virtud y la fe, como lo señalo el primer Califa Abu Bakr al-Siddiq «Entre más conocimiento se tenga, mayor será su temor a Al.lah». En otra cita enfatiza esta idea.«Y sabed que Al.lah elevará en grados a los creyentes y a quienes agracie con el conocimiento».

Todo acto humano conlleva un accionar, el éxito de una acción esta ligada al grado de conocimiento previo a este, en palabras del Imam Abu Hamid Ghazali «El conocimiento sin acción es locura y la acción sin conocimientos es vanidad». Dicha adquisición de conocimiento debe de ser llevada a cabo, sin embargo, por una motivación elevada que como todo acto del creyente, debe ser realizado por, con y para Dios, el Profeta del Islam dijo: «Quien estudie una ciencia, de las ciencias que se estudian solo por Al.lah, y no buscando nada de ella sino una porción de este mundo, no olerá el olor del Paraíso en el Ultimo Día». Pero también dijo que quién busque el conocimiento por Al.lah, será recompensado: «Quien emprenda un camino en busca de conocimiento, Al.lah le facilitará el camino que conduce al Paraíso». Y al ser este un acto de adoración, se debe de realizar con el respeto y decoro propios del Islam, pues todo en el Islam es Adab, el Profeta del Islam sobre este punto dijo: «no es de mi comunidad quién no veneran a nuestros mayores, tiene misericordia con nuestra juventud, y conoce los derechos de nuestros estudiantes». Una tradición similar es relata por el Imam Ahmad ibn Hanbal: «No es mi seguidor quien no respeta a los mayores, quien no demuestra misericordia con los niños, y quien no le da su justo derecho a un sabio». Por lo cual, el conocimiento debe ir unido a los signos propios del creyente, como lo señalo el Profeta del Islam: «El que aumenta su conocimiento sin aumentar su austeridad y temor de Allah se aleja de Al.lah».

El estudio por el mero conocimiento de una ciencia o materia, sin un motivo de trascendencia espiritual, es un acto vacío y que suele estar asociado al egoísmo y al ego, el Imam Abu Hanifa  dijo: «El que se esfuerza por el conocimiento de la vida por venir, obtiene una gran ganancia en justicia. Pero es una pérdida absoluta quién busca conocimiento para obtener una ventaja sobre la gente!»

El conocimiento es un tesoro, que desvela el alma de quién lo detenta, aquel cuya motivación no es Dios, tratará de conservarlo para el, como signo distintivo de su estatus y superioridad sobre los demás creyentes, el el Profeta del Islam dijo: «Quien oculte conocimientos será amordazado el Día de la Resurrección con una mordaza de fuego». En cambio quién adquiere conocimiento por Dios, es consciente de la bendición recibida y busca compartir dicho tesoro con sus hermanos, sobre esto Muhammad dijo: «Al.lah le da conocimiento y dinero a un hombre. Y si es agradecido, le ama y tiene taqua de Al.lah, siente que su familia y los demás tienen derechos sobre lo que tiene, y comparte su conocimiento y su riqueza con ellos, estará comprando los lugares que recibirá en el Paraíso».

Pero el Islam no tan solo insta a la adquisición de conocimiento, sino que también nos advierte sobre el error de la ignorancia, el el Profeta del Islam dijo: «La superioridad de un hombre de conocimiento sobre un adorador es como mi superioridad sobre el que ocupa el lugar más bajo entre vosotros».

En estos tiempos vemos como cada vez más en las comunidades musulmanes en Occidente el conocimiento es un tesoro preciado, pero raro y muchas veces buscado en personas que distan de poseerlo; por lo cual, los musulmanes deben tener presentes las palabras del el Profeta del Islam: «Es cierto que Al.lah nunca les quita el conocimiento a sus siervos arrancándole su conocimiento. El quita el conocimiento llevándose los estudiosos (por la muerte de los Ulama) hasta que ya no queden estudiosos (Ulama). Cuando esto pase, después la gente tomara a los ignorantes como si fueran lideres, y les preguntaran (preguntas del Islam) y ellos darán Fatwa (veredictos religiosos) sin tener conocimiento, y así se desviaran a ellos mismos y los demás también».

Al el Profeta del Islam se le preguntó, después que el había dicho que el conocimiento de la religión iba a desaparecer en el futuro: «Oh Profeta de Al.lah , ¿cómo puede desaparecer el conocimiento cuando tenemos copias del Corán (al-Masahif) y hemos aprendido lo que contienen, que se lo hemos enseñado a nuestros hijos y a nuestras esposas y nuestros servidores?”. Él Alzó la cabeza con ira y dijo: “los judíos y los cristianos tenían con ellos sus escrituras, sin embargo no aprendieron ellos lo que sus profetas le trajeron».

Y es por esto que el Muhammad dijo, «Vendrá un tiempo cuando la gente va a huir de los hombres religiosos de la misma manera como los haría huir un burro muerto». En su hadîz-i-sherîf se declara: «El conocimiento religioso verdadero será raro a la hora de Qiyâmat. los hombres ignorantes de lo religioso darán fatwas de acuerdo con sus propios puntos de vista y harán que las personas se desvían del camino correcto». Y dijo también «Este conocimiento sagrado será transmitido por las autoridades confiables de cada generación, que [las conservarán y] eliminarán así de ellas las alteraciones del uso excesivo, las interpolaciones de los corruptos, y las falsas interpretaciones de los ignorantes».

Me gustaría terminar esta nota con algunas citas que nos ayudarán  a comprender la importancia y por ende, cautela al momento de la búsqueda del conocimiento.

«Un sabio impío es como un ciego con una antorcha, guía a los demás pero no se guía a sí mismo» (Sadi)

«La discusión inútil (Al-jidâl) respecto a los asuntos del din genera ostentación y ensombrece la luz del conocimiento en el corazón, lo endurece y lo colma de odio»(Imam Malik)

«El conocimiento es tomada de la boca de los sabios y no de las páginas de los libros» (al-Khatib al-Baghdadi)

«La inteligencia espiritual implica tener regulares y consistentes rutinas de adoración, la recitación del Corán, el recuerdo, la súplica y la búsqueda del conocimiento» (Shaij Faraz Rabbani)



Yerko Isasmendi 


jueves, 3 de septiembre de 2020

Comprender y responder a la catástrofe natura



Marco Aurelio escribió en su diario en algún momento durante la peste de Antonino, que abarcó quince años de su reinado, que la historia tiene una manera de repetirse. «Tener en cuenta constantemente que todo esto ha sucedido antes» , dijo en sus Meditaciones . «Y sucederá de nuevo».

Tuvimos la oportunidad de hablar con Anthony Long, profesor emérito de clásicos de la Universidad de California en Berkeley, y prolífico erudito estoico, sobre su próximo trabajo "Natural Catastrophe in Greek and Roman Philosophy", que se publicará más adelante este año. En él, Long analiza la historia y la naturaleza cíclica de la catástrofe y las obras de filósofos antiguos como Platón, Aristóteles, el epicúreo Lucrecio y Séneca para extraer formas de entender y responder a la catástrofe natural. Con la pandemia de COVID-19 en todo el mundo, Long acordó una entrevista para discutir su próximo trabajo y compartir con los lectores lo que el estoicismo puede enseñarnos sobre los desastres naturales, cómo los líderes deberían y no deberían responder, qué podemos hacer individualmente para enfrentar y superar la catástrofe, y mucho más. Disfrute esta entrevista con el profesor Anthony Long y comparta su valiosa sabiduría con alguien que pueda usarla durante estos tiempos inciertos.

Los Antiguos variaron en sus pensamientos con respecto a la catástrofe, ¿hay alguna postura hacia la que te inclines? ¿Y podría explicarlo para nuestros lectores?

Como señalo en mi artículo, los pensamientos sobre la catástrofe en la antigüedad incluían la superstición religiosa ("debemos haber ofendido a alguna deidad"), el fatalismo ("estas cosas simplemente sucederán de vez en cuando"), el racionalismo ("estudia las circunstancias , y verás por qué sucedió esto"), y realismo comprensivo ("construye la experiencia de la causalidad de la naturaleza en tus expectativas y planes"). El último de estos fue el enfoque adoptado por los filósofos estoicos y epicúreos que vivieron en la Roma antigua. El alto nivel de vida que tuvieron en dicha época, es el más cercano al nuestro, de cualquier época anterior. Estos filósofos enseñaron que la felicidad depende de restringir los deseos de riqueza y de comprender cómo nos situamos en la forma en que funciona la naturaleza: somos seres débiles en relación con las condiciones geológicas y atmosféricas vitales para nuestra existencia continua. Estoy completamente de acuerdo con esa postura. Si bien no puede hacernos inmunes a toda catástrofe y ansiedad, pero puede ayudarnos a mitigar el desastre ecológico, y mostrar por qué nuestra supervivencia depende de vivir dentro de los límites naturales.

Hablas de cómo, paradójicamente, los pueblos antiguos estaban mejor preparados para la catástrofe. ¿Porqué es eso? ¿Qué podemos aprender de los antiguos sobre cómo enfrentar la ira de la naturaleza?

La paradoja tiene que ver con el desequilibrio entre la preparación material y emocional. Los antiguos estaban mal preparados para la catástrofe en términos de tecnología y atención médica. Tenemos una gran ventaja en estos aspectos, pero nuestras expectativas son proporcionalmente más altas, demasiado altas para enfrentar desastres naturales con resiliencia y buen sentido. En lugar de "la ira de la naturaleza", los filósofos griegos nos pedirían que reconozcamos la causalidad de la naturaleza, como dije antes, y la probabilidad de consecuencias perjudiciales de acciones que ignoran los límites naturales. Séneca (Carta CVII) lo dice mucho mejor que yo: «Sufriremos daños por el agua y el fuego. No podemos cambiar este estado de cosas. Lo que podemos hacer es adoptar un carácter resuelto, como corresponde a una buena persona, para soportar los cambios de la vida con valentía y estar de acuerdo con la naturaleza».

Si tuviera la oportunidad de hablar hoy con senadores y otros líderes políticos, ¿cuál sería su consejo? ¿De qué les advertirías?

Lo primero que destacaría es nuestra conexión local, nacional e internacional. La ideología materialista actual requiere que los líderes políticos se centren en decirle a la gente: ¿qué hay para mí en términos de políticas y acciones gubernamentales?. No podemos sostener este individualismo desenfrenado. El "bien común" (piense en el cambio climático) debe trasladarse al centro de la política futura, con los cambios correspondientes en nuestra tolerancia actual del sistema de pocos ganadores y muchos perdedores. «Nacimos para la cooperación», como se recordaba constantemente Marco Aurelio. La segunda cosa, que es un corolario de la primera, es la necesidad de hacer de la educación el requisito principal del gobierno, como Platón había reconocido tan claramente en su República, porque impacta fuertemente la felicidad de todos. Los salarios de los docentes deben duplicarse o triplicarse para atraer a los educadores adecuados, y el plan de estudios de la escuela secundaria debe centrarse fuertemente en la sostenibilidad, la ecología y el bienestar social, además de la capacitación en habilidades profesionales. Mi advertencia es que, en ausencia de pasos tan radicales, enfrentaremos una catástrofe mayor que la que puede venir incluso de pandemias y desastres naturales.

Sabemos que Séneca vivió durante dos eventos catastróficos: la quema de la ciudad de Lyon y el terremoto de Pompeya. ¿Puedes dar a los lectores algunas de las tácticas de Séneca que pueden aplicar en medio de los eventos que enfrentamos hoy?

Al describir estas catástrofes, Séneca , como otros filósofos estoicos antiguos, desmintió totalmente la imagen moderna del estoico despreocupado. El estoicismo antiguo era en realidad una filosofía de acción. No enseñaba resignación, mucho menos apatía, sino aceptación realista de la vulnerabilidad humana y sacar lo mejor de uno mismo y de la situación en todas las circunstancias, tanto buenas como malas. Al escribir sobre el devastador incendio de Lyon, Séneca reconoce plenamente el horror del evento. Su consejo para el futuro es cultivar la preparación para cualquier cosa : no dejar que nada lo sorprenda completamente sin preparación, reconociendo lo repentino e impredecible del cambio (piense en cómo el mercado de valores de EE. UU. pasó de un auge a otro en pocos días), tomando una visión integral de historia humana (piense en el surgimiento y la caída de los imperios), reconociendo que el rumor siempre exagera, y que la fortuna no hace distinción de estatus, éxito o riqueza. Como él dice bruscamente pero con precisión : «nacidos desiguales, morimos iguales». Otra táctica útil es concentrarse en el presente, sin fijar esperanzas en el futuro ni arrepentirse del pasado, sino reconociendo que estamos plenamente vivos y efectivos solo en los fugases momentos actuales.

Hay una notable calma y quietud que aparece al escuchar sus palabras. ¿Hay algo que hagas para practicar la quietud en tu vida? ¿Algo que puedas recomendar a alguien que lucha durante estos tiempos inciertos?

Es probable que me preocupe como todos por noticias y situaciones perturbadoras. Pero me ayuda mucho distinguir, como enseña Epicteto, entre lo externo (cosas que están fuera de mi control directo) y las cosas que puedo hacer, porque dependen de mí y de mi exclusiva responsabilidad (cómo reacciono, cómo pienso, lo que valoro). Todos, dijo Epicteto, experimentarán conmociones y reacciones intestinales, pero muchos de nuestros miedos y ansiedades no son eso; son juicios erróneos y respuestas tontamente apresuradas, como caer en pánico y la saturación de Internet con mensajes y preguntas tontas. Como somos animales sociales, los medios de comunicación y el comportamiento de los demás nos influyen naturalmente. En estos tiempos inciertos, creo que es especialmente importante dar un paso atrás y pensar las cosas por sí mismo, aunque pueda parecer más reconfortante ir con la multitud .

Una cosa en la que todos los filósofos antiguos en su escrito parecen estar de acuerdo: la civilización es infinitamente cíclica. Y el error que señalan es que la mayoría de la gente no reconoce el valor de estudiar historia. ¿Puedes recomendar algunos libros o recursos para las personas que desean obtener alguna perspectiva?

Agradezco la solicitud. Mi respuesta es una selección completamente personal de tres libros que he encontrado esclarecedores sobre cómo llegamos a donde estamos ahora: David Fromkin,  A Peace to end All Peace: The Fall of the Ottoman Empire; Charles Emmerson, 1913: The World before the Great War, y la novela de Philip Roth sobre Estados Unidos antes y después de la Segunda Guerra Mundial, American Pastoral.

¿Podrías dejar los lectores con un mensaje final o un consejo?

Gee, ¡esa es una pregunta difícil! Permítanme recurrir a Epicteto que dice en sus Discursos (I. XIV):

«Entonces, cuando cierras las puertas y oscureces el interior, recuerda nunca decir que estás solo, porque no lo estás: Dios está dentro y tu propio espíritu divino también».

Lo que Epicteto quiere decir con Dios, es la fuerza vital encarnada en la naturaleza y presente en nuestro consciente y conciencia en la voz de la razón.


Fuente: Dailystoic
Traducción: Yerko Isasmendi