martes, 13 de julio de 2021

El "Tarot" Waite Smith


Si hojeas cualquier libro sobre T. S. Eliot, el nombre de su poema más famoso, ''The Waste Land'', salta a la vista en casi todas las páginas. Han pasado muchos años desde que Eliot, como Dante "nel mezzo del cammin di nostra vita", escribió su relato de su propia visión del infierno. 

Los críticos han aprovechado este tiempo para descubrir cada una de las alusiones del poema, y Eliot ha dado a sus explicaciones el aparente consentimiento de su silencio. Sin embargo, en un momento parece haberlos engañado inocentemente.

«Madame Sosostris, famosa clarividente,
Tenía un fuerte resfriado y, sin embargo,
Se le conoce como la más sabia mujer de Europa,
Con un pérfido paquete de barajas»

Así comienza la sección del poema relaciona con el Tarot, y en sus notas sobre dicho pasaje, Eliot menciona "la baraja tradicional" de cartas del Tarot. ¿Qué piensa el lector que quiso decir con esto? ¿Las cartas del Tarot de Francia e Italia, cuyos diseños apenas han cambiado en quinientos años? ¿O una de las manadas pseudo-egipcias inventadas para el comercio ocultista? Los críticos han asumido con bastante naturalidad que Eliot sabía de lo que estaba hablando. Sin embargo, creo que se puede demostrar que no lo hizo; que su Tarot era en realidad uno muy moderno dibujado por Pamela Colman Smith bajo la dirección de Arthur E. Waite.

Pero primero, ¿qué es el Tarot? Es una baraja de setenta y ocho cartas, obviamente similar a nuestras cartas de juego inglesas y americanas. Hay cuatro palos: espadas, copas, varitas y monedas. Cada palo tiene cuatro figuras (rey, reina, caballo y paje) y diez tarjetas de picas. Las otras veintidós cartas son los Arcanos o Triunfos mayores. Cada uno de ellos es la imagen de un personaje o escena diferente, y cada uno está numerado: I) Le Bateleur, II) La Papesse, III) L'Impératrice, y así sucesivamente, terminando en Le Mat, que a veces lleva el interesante número 0. En algunos mazos franceses, Juno y Júpiter ocupan el lugar de La Papesse y Le Pape, y esto sugiere que todos los Triunfos representan dioses paganos[1]. Como nuestros propios naipes, el Tarot se usa tanto para jugar como para la adivinación. Los ocultistas afirman que el uso adivinatorio es el verdadero y original, y esta afirmación fue aceptada con entusiasmo por Jessie Weston, cuyo ''From Ritual to Romance'' se basa en gran parte de ''The Waste Land''.

Waite no estaba de acuerdo con la mayoría de las teorías ocultistas, aunque contribuyó con un prefacio irónico a un libro del ocultista Papus. En cambio, diseñó un Tarot propio y le encargo a la señorita Smith dibujarlo. Explicó el significado de sus cartas en un libro, ''The Pictorial Key to the Tarot'', en el que se reproducían todas las cartas. Fue publicado en Inglaterra bajo ese título en 1910 y apareció ocho años después en los Estados Unidos bajo el título, ''The Illustrated Key to the Tarot'' de L. W. de Laurence, con el mismo texto, las mismas ilustraciones y las mismas referencias en primera persona a los demás escritos de Waite. De esta forma todavía se puede comprar, junto con un paquete de cartas, en las tiendas que venden suministros para magos y bromistas. También aparece (bajo un tercer titulo ''Tarot Cards and Key to Tarot'') en Libros impresos y, por lo tanto, puede adquirirse a través de cualquier librería.

Cada una de las cuarenta cartas con picas del mazo de Waite-Smith tienen imágenes. Esto es inusual, porque las únicas cartas ilustradas tradicionalmente en el Tarot son las cartas de corte y los Triunfos.

Es esta circunstancia la que despierta la sospecha de que Eliot debió haber visto el Tarot de Waite-Smith en lugar de cualquier otro, y la sospecha se convierte en una certeza cuando examinamos las dos cartas mencionadas por su nombre en sus notas a ''The Waste Land''.


«Aquí está el hombre de las tres varas», dice Madame Sosostris en el poema, y las notas nos dicen que se trata de «un auténtico miembro de la baraja del Tarot». Ahora, en el Tarot ordinario, la carta de tres de bastos nos muestra simplemente tres palos cruzados, pero en el mazo de Waite es la imagen de un hombre de pie de espaldas a nosotros, mirando hacia el mar, en el que navegan los barcos. Es un príncipe comerciante exitoso, dice Waite, y esos son sus barcos. Está vestido con túnicas largas y llenas, y alrededor de él están las tres varas, plantadas en el suelo y echando hojas como todas las varitas de esta manada. "Bastones" es un nombre inusual para el palo de varitas, sin embargo, tanto Waite como Eliot lo usan para referirse a esta carta en particular.

Ninguna de las otras cartas de palo aparece en el poema, pero las cartas de Waite pueden haber sugerido fácilmente las inventadas por Eliot. 

"Belladonna, la dama de las rocas" podría ser el nombre del Dos de espadas, que es la imagen de una mujer con los ojos vendados que sostiene las dos espadas. Detrás de ella está el mar, con varios islotes rocosos. Las reinas de bastos, espadas y copas, sentadas entronizadas en lugares desolados, pueden haber contribuido en algo a la ficticia Dama de Eliot. El "marinero fenicio ahogado" no parecería un forastero si se tumbara entre las tristes figuras del mazo de espadas: la figura postrada atravesada por diez espadas, la mujer de luto con nueve espadas encima de ella, la mujer que está atada y con los ojos vendados. con ocho espadas clavadas en el suelo a su lado. El rey de las copas bien puede ser el rey pescador de Eliot, ya que lleva un colgante de pez en el cuello y está entronizado en el mar.

El Colgado es la otra carta nombrada por Eliot en sus notas, sobre la que dice: «El Colgado … encaja en mi propósito de dos maneras: porque está asociado en mi mente con el Dios Colgado de Frazer y porque lo asocio con la figura encapuchada en el pasaje de los discípulos a Emaús en la parte V».

El Colgado es una carta ilustrada en todos los Tarots, porque es uno de los Triunfos, pero en el Tarot ordinario hay poco más que el hecho de que está colgando para sugerir al Dios Colgado. Linde, considerando la relación entre las cartas y el ajedrez en su ''Geschichte und Litteratur des Schachspiels'', lo llama «Kunstler (Acrobata)», y eso es probablemente todo lo que pretendía ser. Está suspendido por un tobillo de la viga horizontal de un tosco armazón rectangular. Su pierna libre está doblada sobre la otra, sus manos están escondidas detrás de su espalda y su rostro no tiene expresión.

El colgado de Waite está en la misma posición, pero es una figura noble con un brillante nimbo alrededor de la cabeza. Una cruz Tau ocupa el lugar del marco rectangular, y el comentario llama a la carta un símbolo de la relación entre lo Divino y el Universo, en el que podemos encontrar indicios de un gran despertar. Se nos pide que notemos que la cruz es un árbol vivo y que «el rostro expresa un profundo trance, no un sufrimiento»

Esto nos induce a invertir la carta y examinar la cara. La carta es ahora la imagen de un bailarín, apoyado en un dedo del pie y con las manos apoyadas ligeramente en las caderas; está claramente absorto en una contemplación de la que su danza es la expresión necesaria. Esta inversión es, evidentemente, el gran despertar del que habla el comentario; es una alegoría de la unión del alma con Dios.

Es característico del comentario de Waite que llame nuestra atención sobre una cosa al mencionar otra. En las cartas de la corte del palo de bastos, por ejemplo, el comentario menciona los leones estampados en el trono del rey, y así nos hace notar los lagartos parecidos a Ouroboros que aparecen no solo allí, sino en las prendas de todas las cartas de corte masculinas del palo. El comentario sobre el decimocuarto Triunfo señala los símbolos en la frente y el pecho de la Templanza, y así llama nuestra atención sobre el Tetragrammaton formado por los pliegues del yugo de su túnica.

La conexión del Colgado con la figura encapuchada no es tan clara. Probablemente otro Triunfo, el Ermitaño - que es la única figura encapuchada importante en este Tarot -  y él mismo un símbolo de logro, se había mezclado con el Hombre Colgado en la imaginación de Eliot. El Ermitaño está a punto de dar un paso adelante; usa un bastón de peregrino y lleva una linterna en la que brilla la estrella de David. Él pudo haberle recordado a Eliot al Cristo resucitado, el «forastero en Jerusalén», desconocido para sus dos discípulos mientras caminaba junto a ellos hacia Emaús. La estrella de su linterna recuerda la iluminación de aquellos «que tienen al Ser como una lámpara»[2], lo que puede explicar aún más la conexión con el Colgado.

Es posible que el tema del "tuerto", que vuelve a aparecer en The Cocktail Party, también esté relacionado con el colgado. Odin, que pagó el precio de un ojo para obtener toda la sabiduría, es uno de los Dioses Colgados de Frazer. Su ojo restante es el Sol, otro de los Triunfos, y tal vez esto esta sugerido en el halo del Colgado.

Otra prueba la proporciona la carta en blanco que Madame Sosostris encuentra en su mesa: «y esta carta, que está en blanco, es algo que llevo a la espalda, que tengo prohibido ver».

Los mazos de Tarot que se venden hoy en día en las tiendas ocultistas a veces incluyen algunas cartas en blanco, pero solo hay una referencia conspicua a ellos en la literatura del Tarot publicada antes de que se escribiera ''The Waste Land'', y eso está en el ítem XIV de la bibliografía al final del libro de Waite. Es una referencia a un artículo de una oscura revista, ''The Platonist''. El autor anónimo creía que había veintidós "claves esotéricas" adicionales en el verdadero Tarot, y que sus diseños serían revelados sobrenaturalmente a los adeptos que proporcionaran el número necesario de cartas en blanco.

Es curioso que el propio Waite parece no haber pensado nunca en la posibilidad de que su propio trabajo hubiera contribuido a influir en ''The Waste Land''. En su autobiografía, escrita a finales de la década de 1930, no se menciona a Eliot, ni siquiera en relación con Jessie Weston, con quien Waite mantuvo una leve guerra literaria sobre el significado de los romances del Grial. Quizás estaba demasiado centrado en sus preocupaciones como para interesarse por el mundo literario.

Eliot parece haber estado igualmente desinteresado en Waite. Evidentemente, no tenía motivos para profundizar en el tema y daba por sentado que el Tarot de Waite era el tradicional. Dado que los dibujos coincidían tan bien con ''From Ritual to Romance'' y ''The Golden Bough'', no había razón para buscar más. Admite en sus notas que «no está familiarizado con la constitución exacta de la baraja del Tarot», y esto implica que le dio al libro de Waite sólo una atención superficial. Sin embargo, explica gran parte la imaginería del poema, y los críticos que conocen bien ''The Waste Land'', sin duda, pueden encontrar más de lo que he sugerido aquí.


Gertrude Moakley
The Waite- Smith "Tarot", A Footnote to The Waste Land
Bulletin of The New York Public Library, Vol. 58, N 10, Octubre de 1954

Traducción: Yerko Isasmendi

sábado, 10 de julio de 2021

La sencillez




«Sea humilde y permanecerá íntegro.
Agáchate y permanecerás derecho ...
Muestre claramente y manténgase en la sencillez».
—Lao Tzu [1]

En 1979, durante una charla informal después de la peregrinación de verano de San Herman, el padre Seraphim habló a sus hermanos y hermanas en Cristo sobre el tema de la sencillez. Incluso antes de su conversión, había encontrado esta virtud en los escritos de los sabios chinos precristianos, quienes, al observar y contemplar el orden creado, habían entendido la sencillez y la humildad como el "Camino del cielo". En el Dios-hombre Jesucristo había encontrado este “Camino” encarnado, y había escuchado el llamado: «Si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de los Cielos» (Mat. 18: 3).

«Un filósofo pagano en China llamado Lao Tzu», el padre Seraphim les dijo a los hermanos y hermanas, «enseñó que lo más débil vence a lo más fuerte. Hay un ejemplo de esto en nuestro monasterio. Los robles, que son muy duros e inflexibles, siempre se caen, y sus ramas siempre se rompen y caen; mientras que los pinos, que son más flexibles, se caen con mucha menos frecuencia antes de morir.

Es decir, si te inclinas, es un signo de fuerza. Podemos ver lo mismo en nustras vidas. La persona que cree en algo hasta tal punto que se pondrá de pie y 'te cortará la cabeza' si no estás de acuerdo con ella, muestra su debilidad, porque está tan insegura de sí misma que tiene que convertirte para asegúrese de que él mismo cree en lo que dice».

El padre Seraphim menciono que para que podamos “doblarnos” como los pinos, nuestros corazones deben transformarse. «El camino», dijo, «es ablandar el corazón, hacer que el corazón sea más flexible».

«En el mundo protestante, tenemos muchos ejemplos de personas de corazón blando que, por el amor de Cristo, son amables con otras personas. Ese es el cristianismo básico. Al vivir una vida ortodoxa, no deberíamos pensar que podemos ser fríos, duros y correctos y seguir siendo cristianos. Ser correcto es el lado externo del cristianismo. Es importante, pero no de primera importancia. Lo más importante es el corazón. El corazón debe ser suave, el corazón debe ser cálido. Si no tenemos este corazón cálido, tenemos que pedirle a Dios que nos lo dé, y tenemos que esforzarnos para hacer aquellas cosas por las  cuales podamos ser capaces de adquirirlo. Sobre todo, tenemos que ser conscientes que no lo tenemos, que tenemos un corazón frío. Por tanto, no confiaremos en nuestra razón y en las conclusiones de nuestra mente lógica, respecto de cuales son las instancias en que debemos estar algo 'laxos'. Si hacemos esto, entrando en la vida sacramental de la Iglesia y recibiendo la gracia de Dios, entonces Dios Él mismo comenzará a iluminarnos ....

«Lo único que puede salvarnos es la sencillez. Puede ser nuestra si en nuestro corazón le pedimos a Dios que nos haga más simples; si simplemente dejamos de consideramos sabios; si, cuando se trata de una pregunta como, '¿Podemos pintar un icono de Dios Padre?', no se nos ocurre una respuesta rápida y decimos: "Oh, por supuesto que es así, lo dice en tal o cual Sobor [Consejo], número tal y tal". O cualquiera de nosotros, cuando cree tener la razón, piensa que debe excomulgar a todos, esa actitud solo nos conduce al desvío, por lo que debemos detenernos y pensar, "Bueno, supongo que no sé demasiado". Cuanto más tengamos esta segunda actitud, más protegidos estaremos de los peligros espirituales.

«Acepta simplemente la fe que recibes de tus padres. Si te relacionas con un sacerdote ruso muy sencillo, da gracias a Dios por tener a alguien así. Puedes aprender mucho de él: como eres tan complejo, intelectual y temperamental, estos simples sacerdotes pueden darte algo muy bueno ...

«Tan pronto como empieces a escuchar o pensar declaraciones críticas [sobre las personas de la Iglesia], debes detenerte y advertir que, incluso si es cierto, porque a menudo esas declaraciones son verdaderas hasta cierto punto, esta actitud crítica es algo muy negativo. No te llevará a ninguna parte. Al final, puede que te lleve fuera de toda la Iglesia. Por lo tanto, debes detenerte en ese punto y recordar no juzgar, no pensar que eres tan sabio y que sabes más. Por el contrario, trata de aprender, quizás sin palabras, de algunas de esas personas a las que podrías criticar ...

«Si seguimos el camino simple, desconfiando de nuestra propia sabiduría, haciendo lo mejor que podemos con nuestra mente, pero dándonos cuenta de que nuestra mente, sin calor de corazón, es una herramienta muy débil, entonces comenzará a formarse una filosofía ortodoxa de la vida en nosotros».[2]

Como el padre Seraphim enseño la sencillez, así también él la vivió. Mucha gente recuerda cómo este hombre brillante, cuyas habilidades intelectuales superaban con creces las suyas, les brindó un ejemplo constante de cómo ser simples. En palabras del biógrafo de San Juan Clímaco, el padre Seraphim habían renunciado a la «presunción de la sabiduría humana»[3]. Aquí está el relato de un peregrino al Monasterio de San Herman llamado John:

«Cuando conocí al padre Seraphim, casi había terminado mi primer año en la universidad. Ya me consideraba un pensador profundo, uno que lucha con las "preguntas fundamentales" en el camino de la Verdad. Me di cuenta de que la mayoría de las personas que me rodeaban no estaban interesadas en esto: o eran demasiado mayores, estaban cansados y hastiados para emprender tales batallas o, si eran jóvenes, estaban más interesados en divertirse o ganar dinero en los negocios o en las computadoras….

«Viendo en el padre Seraphim, un filósofo afín, anhelaba tener discusiones profundas con él sobre esas cuestiones fundamentales. Siempre me escuchó con paciencia mientras le expuse todas mis ideas "profundas", pero el no opinaba: por lo general, solo hacía comentarios simples y concisos. Estaba un poco desconcertado por dicha actitud en ese momento, pero ahora tiene sentido. Ahora, casi una década después, parece que casi todos esos simples comentarios han quedado grabados en mi memoria para siempre.

«Me interesé por primera vez en la ortodoxia al estudiar sus enseñanzas más elevadas. Los primeros libros ortodoxos que leí fueron Teología Mística de San Dionisio el Areopagita y La Teología Mística de la Iglesia Oriental de Vladimir Lossky. Me atrajeron conceptos inefables como la 'Oscuridad Divina' de la teología apofática.

«El padre Seraphim, sin embargo, siempre me volvió a poner los pies en la tierra. Después de ser nombrado catecúmeno en el monasterio, se esperaba que aprendiera sobre la Fe en preparación para el bautismo. Pensé que ya sabía mucho, lidiando como estaba con una metafísica tan elevada. Pero cuando fui a hablar con el padrel Seraphim, una de las primeras preguntas que me hizo fue: "¿Sabes de los ayunos de la Iglesia?"

"Creo que sí", respondí. "Hay Cuaresma y otro ayuno antes de Navidad ..."

"Sí", dijo. "¿Conoces el ayuno de los apóstoles Pedro y Pablo?"

“Me avergonzaba decir que no recordaba haber oído que tal cosa existiera".

"Este es un ayuno muy importante de la Iglesia", dijo, y pasó a describir qué era y por qué se hacia. "Alguien calculó", dijo por fin, "y resulta que hay más días de ayuno en el Calendario de la Iglesia que días sin ayuno".

“Esto me sorprendió bastante. Creo que el padre Seraphim estaba tratando de decirme que ser bautizado no significaba sentirse importante por teologías y filosofías exaltadas, sino asumir una vida de lucha, de trabajo y sacrificio por Jesucristo. A su manera discreta, me estaba conduciendo fuera de la "Oscuridad Divina" y al pie de la Cruz, el vehículo de nuestra salvación.

“Durante el año de mi catecumenado, tomé un curso universitario sobre Filosofía de la Religión, para el cual escribí dos artículos altamente calificados de los que estaba bastante orgulloso. El primer artículo se tituló "Reflexiones sobre la "religión puramente racional"de Kant. Se lo di al padre Seraphim para que lo leyerá. Supongo que esperaba un pequeño elogio. Más tarde, le pregunté si lo había mirado y dijo que sí.

"¿Qué le pareció?", le pregunté.

"Me pasó un poco por encima de la cabeza ', respondió.

"Esto me dejó sin palabras. Más tarde descubrí, por mucho que lo sospechara, que el padre Seraphim había hecho un estudio minucioso, no solo de Kant, sino de muchos filósofos de los que nunca había oído hablar, y que tenía una comprensión mucho más profunda de la filosofía occidental que mis profesores universitarios. ¿Por qué, entonces, dijo que mi artículo de segundo año de once páginas estaba "sobre su cabeza"? Claramente, para enseñarme la sencillez y su virtud hermana, la humildad.

“Mi otro artículo fue sobre Søren Kierkegaard, cuya filosofía estaba tan llena de paradojas y desafíos intelectuales que uno podía pasar días hablando de ello.

"¿Qué opinas de Kierkegaard?", le pregunté al padre Seraphim.

"Siempre sentí pena por él''. Esas fueron las únicas palabras que el padre Seraphim dijo sobre el tema. Su declaración tenía que ver, no con la mente, sino con el corazón. Al pensar más en Kierkegaard, su lucha por mantener el celo cristiano en medio de la tibieza general de su Iglesia, por defender la fe cristiana contra un aluvión de la filosofía hegeliana y por superar las contradicciones en su propia personalidad, me di cuenta más tarde de que nada más preciso podría ser dicho de él que esas pocas palabras del padre Seraphim"[4]

Otro peregrino, Paul, recuerda sus inútiles intentos de entablar debates intelectuales con el padre Seraphim. Como pastor de una iglesia protestante, Paul se había convencido en su corazón de la profundidad espiritual de la ortodoxia. Para demostrar que la ortodoxia no era el verdadero camino después de todo, quería ganar una discusión contra el padre Seraphim. Cada vez que el padre Seraphim le preguntaba si tenía preguntas, Paul intentaba iniciar una discusion. Como confesó más tarde, «iba con ell padre Seraphim no con preguntas, sino con opiniones».

En un momento, Paul elaboró una elaborada polémica contra la ortodoxia basada en el hecho de que se habían producido pogromos contra judíos en la Rusia prerrevolucionaria. Cuando se acercó al padre Seraphim y comenzó a exponer sus puntos sobre los pogromos, este último respondió: «No tengo que defender algo que obviamente no es cristiano». Como Paul recordó más tarde, «¡Esa respuesta hizo trizas todos mis argumentos planeados previamente!».

En otra ocasión, cuando Paul desafió al padre Seraphim con la pregunta de si él, un protestante, iría al cielo o al infierno, el padre le respondio: «¿Quién soy yo para decir si vas al cielo o al infierno?».

«El padre Seraphim simplemente no entraba en la dialéctica protestante», observó Paul más tarde. «Él simplemente decía, "Los Santos Padres dijeron ..."»

En otras ocasiones, cuando Paul hablaba con el padre Seraphim en tono contencioso, tratando de provocarlo a debatir, el padre no decia nada en absoluto, simplemente se ponia de pie y se alejaba. «Esto me enseñó una lección profunda», dice ahora Paul. «Desde su silencio y su falta de voluntad para discutir, el padre Seraphim me enseño que la fe es algo que no recibes de otra manera que cuando eres un niño pequeño»[5]

Después del reposo del padre Seraphim, Paul lamentó que su enfoque competitivo le robara las preciosas oportunidades de recibir sabiduría de alguien a quien recordaba como un verdadero hombre de Dios. Finalmente fue bautizado como cristiano ortodoxo y hoy es un miembro activo y dedicado de la Iglesia.

Un joven monje que se incorporó a la ermita procedente de otro monasterio recuerda bien su primer encuentro con el padre Seraphim. A diferencia de los peregrinos de los relatos anteriores, este monje no se consideraba un intelectual. Se sintia si algo intimidado por conocer al padre Seraphim, pues sabía que era un escritor ortodoxo profundo e “intenso”.

Cuando lo dijo el padre Herman que desea ir a hablar con el padre Seraphim en su celda, el joven monje lo hizo con nerviosismo. El padre Seraphim lo invitó a pasar y él se sentó, preguntándose qué diablos le iba a decir un “simplón” como él a este sabio y profundo hombre de larga barba gris y ojos penetrantes.

De repente el padre Seraphim le preguntó: «¿Sabes algo sobre recoger setas?»

«No…» respondió el nuevo hermano.

Como un recolector de hongos veterano, el padre Seraphim le conto, con gran entusiasmo, acerca de todos los hongos comestibles encontrados en la zona. El hermano se sintió instantáneamente más a gusto. Era justo lo que necesitaba: oír hablar de los simples placeres de la vida monástica.

Buscando la sencillez, el padre Seraphim huyo de lo que él llamó "la simulación y afectación espiritual"[6]. No tenía nada del “orgullo de la vida monástica” que hace que a algunos les guste ir con ropa larga y aman los saludos en los mercados (Marcos 12:38). Una mujer convertida a la ortodoxia recuerda:

«Todavía era protestante cuando conocí al padre Seraphim. Iconos, reliquias, monasterios, la idea del arrepentimiento continuo, todo esto todavía me era ajeno.

«Mientras visitaba a un amigo ortodoxo, me dijeron que el padre Seraphim vendría. Traté de prepararme mentalmente. Cuando entró, se veía tan diferente, con su barba y cabello largos, y una larga túnica. Me dije a mí misma que este no era realmente él, sino solo una apariencia externa, y que tenía que ver más allá. Traté de separar a la persona de la impresión exterior, ya que con tanta gente esta última tiene muy poco que ver con la primera. Pero con el padre Seraphim, simplemente no pude hacerlo. Descubrí que lo que vi fue al padre Seraphim; es decir, su fe ortodoxa, su monaquismo, el negro que vestía como símbolo de arrepentimiento, eso era parte de lo que realmente era por dentro. Estaban indisolublemente unidos»[7].

El padre Seraphim también huyo de la alabanza y la gloria como de una llama. Una vez, durante una sesión de preguntas y respuestas después de una de sus conferencias de la peregrinación de verano, un hombre levantó la mano y comenzó a elogiar al padre Seraphim como un "santo varón de oración". El padre Seraphim interrumpió bruscamente al hombre. «Vaya al grano», dijo. «¿Cuál es tu pregunta?».

En la misma peregrinación, el padre Seraphim fue abordado por un joven buscador espiritual que adoraba el mismo suelo por el que caminaba. Sin conocer aún la "etiqueta" ortodoxa, el joven se santiguó espontáneamente y se inclinó ante el padre Seraphim al pedir una bendición. «Se supone que debe persignarse ante los íconos», dijo el padre Seraphim «no ante las personas».

Tomando el ejemplo del obispo Nektary y, a través de él, de los ancianos de Optina, el padre Seraphim a veces usaban el humor como herramienta pastoral. Hemos visto que no le gustaba demasiada frivolidad en el monasterio, y cómo le disgustaba ver a los hermanos de pie riéndose. Al mismo tiempo, sabía que demasiada seriedad no sería buena para los estadounidenses débiles, especialmente para los jóvenes. Como padre espiritual, tenía que tener en cuenta cómo se habían criado los niños y jóvenes del monasterio. Estos jóvenes necesitaban un poco de consuelo, una pequeña broma de vez en cuando para aligerar el ambiente. De lo contrario, comenzarían a tomarse a sí mismos demasiado en serio, convirtiéndose así en el criterio por el cual se juzga todo lo demás; o de lo contrario se hundirían en un pozo de abatimiento del que sería muy difícil salir.

Aquellos que conocieron al padre Seraphim recuerdan que tenía un maravilloso sentido del humor, aunque uno que, como todo lo demás en su personalidad, era discreto. Una historia ha sido contada por el mismo joven monje a quien el padre Seraphim le había hablado de las setas:

«Una vez en el refectorio, el padre Herman se explayó sobre la futilidad de la civilización tecnológica moderna. “Construyen rascacielos en el aire”, estaba diciendo. “Compiten para ver quién puede construirlos más alto. Y siguen construyendo, construyendo, construyendo. cuando terminará todo? Solo pueden construir tan alto, ¿y luego qué? "

"¿Por qué entonces", el padre Seraphim dijo: "porque King Kong viene».

El padre Alexey Young señala que «al padre Seraphim les gustaban las bromas pesadas que, a menos que hubieras estado allí, te habrían parecido muy fuera de lugar. No era nada mezquino o cruel, eso sí, pero de vez en cuando le gastaba una pequeña broma a alguien»[8].

Uno del las hijas espirituales del padre Seraphim ofrecen un ejemplo: «Sollie [Solomonia] me contó una vez una historia que refleja el humor del padre Seraphim. Fue en el monasterio después de una lluvia y había charcos alrededor, y le dijo a Sollie que viniera y mirara el pato que estaba en uno de los charcos. Él le dijo que se quedara muy callada para que no lo asustara, y así fue. Luego él comenzó a reír suavemente, y ella se dio cuenta de que era un pato falso ... ¡un señuelo!».

Otra mujer peregrina, que había sido presentada al monasterio solo un año antes de la muerte del padre Seraphim, recuerda haberse sorprendido al ver al padre Seraphim ensarzado en una pelea de bolas de nieve con los niños en el monasterio. Al principio pensó que esto parecía fuera de lugar; pero luego, al adentrarse más profundamente en la vida ortodoxa, se dio cuenta de que sí, esa actitud encajaba en la vida del monasterio.

El padre Herman ha dicho: «Cuando conocí al padre Seraphim, nunca habría bajado su dignidad lo suficiente como para iniciar una pelea de bolas de nieve». Fue solo en sus últimos años, cuando se convirtió en pastor y tuvo que cuidar de las necesidades de los niños estadounidenses, que se le pudo ver haciendo esto, como también jugar a atrapar a los niños.

Otra virtud del padre Seraphim, unidos a la sencillez y la humildad, fue la paciencia. «Si tengo algo de paciencia ahora», dice el padre Herman «lo aprendí del padre Seraphim. Creo que eso es lo principal que me enseñó».

En sus consejos a sus hijos espirituales, el padre Seraphim solían decir que su supervivencia espiritual dependía de tener paciencia en medio de las pruebas. «El diablo anda como un león entre nosotros», dijo, «pero con nuestra paciencia y perseverancia ante las pruebas podemos sacar lo mejor de nosotros, con la ayuda de Dios»[9]. Una vez, cuando el padre Alexey Young escribió que estaba acosado por varias dificultades, el padre Seraphim respondió que la "respuesta principal a sus preguntas" estaba contenida en las palabras de la Epístola de Santiago: «Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando caigáis en múltiples tentaciones, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Y que la paciencia tenga su obra perfecta, para que seáis perfectos e íntegros, sin falta de nada» (Santiago 1: 2-4)[10]. En otra carta al padre Alexey, el padre Seraphim señaló que «Es mucho mejor aprender la paciencia y la humildad que conseguir todo como uno quiere y luego descubrir… que por dentro uno está vacío. Que Dios nos conceda confiar en Él mientras guía nuestra vida diaria mejor de lo que podríamos»[11]

Para el padre Seraphim, la paciencia era una virtud indispensable no solo porque mantenía a uno en el camino de la salvación en medio de pruebas y tentaciones, sino también porque evitaba que uno saltara de ese camino por un celo espiritual mal dirigido. «Al dar un pequeño paso a la vez», dijo una vez, «y al no pensar que en un gran salto vamos a llegar a cualquier lugar, podemos caminar directamente hacia el Reino de los Cielos, y no hay razón para que ninguno de nosotros se aparte de eso. Amén»[12].


Padre Seraphim Rose
Traductor: Yerko Isasmendi


Notas:

1) 
Lao Tzu, Tao Teh Ching, capítulos 22, 19, trad. Ch'u Ta-kao (Londres, 1937), págs. 32, 29.
2)Charla informal de FSR durante la Academia Teológica de New Valaam, que siguió a la Peregrinación de Verano de San Herman, agosto de 1979. Publicado en parte en FSR, "Raising the Mind, Warming the Heart", págs. 32'33.
3) St. John Climacus, The Ladder of Divine Ascent (Boston: Holy Transfiguration Monastery, 1978), p. xxxv.
4) Reminiscencias del autor.
5) Charla informal en el Monasterio de San Herman en el 20 aniversario del reposo del padre Seraphim (2 de septiembre de 2002).
6) Manuscrito de una breve historia de la Hermandad de San Herman, escrito por el padre Seraphim ca. 1975.
7) Reminiscencias de Agafia Prince.
8) Entrevista al padre Alexey Young en Russkiy Pastyr', Marzo 9, 1999.
9) LFSR al padre Mark, Julio 7, 1976.
10) LFSR al Alexey Young, Oct. 31, 1972.
11) Ibid., Enero. 20, 1975.
12)  FSR, "Elevar la mente, calentar el corazón", pág. 34.

Descuidar la oración no implica incredulidad?



Pregunta: ¿Es cierto que todos los imanes están de acuerdo, que si alguien no ora continuamente y no cumple con hacer sus oraciones, entonces es un kafir, incluso si cree que las cinco oraciones son obligatorias?

Además, si es cierto, ¿por qué alguien que no oró por 20 años o más, tendría que recuperarlas todas ellas, si se le consideraba un kafir de todos modos?. Lo pregunto, porque hay unas fatawa, que sugieren que se deben compensar todas las oraciones perdidas, aunque no se hubiesen realizado durante muchos años. ¿En qué punto las oraciones no realizadas pasan de la corrupción religiosa a convertirse en incredulidad? ¿Hay una definición clara al respecto?

Respuesta: 

De hecho, existen definiciones claras al respecto; ya que hay una diferencia entre lo que implica incredulidad (kufr) frente a lo que implica la corrupción religiosa (fisq).

Negación o desprecio

1) Si un musulmán descuida la oración negando su condición obligatoria (juhud) o la desdeña o desprecia (istijfaf), entonces hay consenso en las cuatro escuelas que dicha persona ha cometido apostasía (con la excepción de un nuevo converso que niega la obligatoriedad de la oración por ignorancia).

2) Si una persona que se ha alejado del Islam y luego de un tiempo ha retornado, él o ella no tendría que recuperar las oraciones perdidas de acuerdo con las escuelas Hanafis y Malikis. De acuerdo con el fiqh Shafi´i, sin embargo, una persona tendría que hacer las oraciones perdidas, como una medida disciplinaria.

El razonamiento subyacente de este fallo es que la oración es uno de los elementos conocidos de la religión, por lo cual, cualquier persona que es musulmán sabe acerca de la oración y su condición de obligatoriedad (aparte de los nuevos conversos, por ejemplo). Y la definición misma del Islam, según el Corán, la Sunna y el consenso de la umma, es «creer como cierto todo lo que es necesariamente conocido que nos ha llegado del Profeta». [Taftazani , Sharh Aqa'id Nasafiyya]. Ambas opiniones son narradas por el Imám Ahmad ibn Hanbal. [Kuwaiti Fiqh Encyclopedia].

Amplia Misericordia de Al.lah

Habiendo dicho lo anterior, hay que recordar que las puertas del arrepentimiento y la misericordia divina siempre están abiertas: no importa cuán grave sea el crimen del siervo, aunque sea un incredulo, el siervo en cualquier momento puede volver a su Generoso Señor.

Al.lah Altísimo ha dicho : «"Di: ¡Siervos que se rebelaron contra sus propias almas! No desesperéis de la misericordia de Al.lah! Alá perdona todos los pecados. Él es el Indulgente, el Misericordioso». (39:53 )

Y Al.lah ama al siervo que regreso a Él, como el Profeta: «La alegría de Allah con el arrepentimiento de su siervo, cuando se vuelve a Él, es mayor que la de uno de vosotros al que, estando en una tierra desierta, se le escapa la montura con la comida y el agua. Desesperado y desistiendo de ella, se echa a la sombra de un árbol. Y mientras se encuentra allí aparece su montura en pie junto a él y agarrándola por las riendas, en vez de decir: ‘¡Oh Allah, Tú eres mi Señor y yo soy tu siervo!’ dice: ‘¡Oh Allah! Tú eres mi siervo y yo soy tu señor’. Erró por su inmensa alegría».[Muslim]



Sheij Faraz A. Khan
Traducción Yerko Isasmendi

Cynisme et christianisme dans l'Antiquité



Marie-Odile Goulet-Cazé, miembro del Centre national de la recherche scientifique de París, ha dedicado toda una vida de estudio al antiguo cinismo, junto con otras actividades académicas. Se ha convertido, como lo demuestra su enorme cantidad de publicaciones en el campo, en una de las principales autoridades mundiales sobre el cinismo. Su libro, cuidadosamente argumentado, pero a la vez firmemente —sine ira et studio (“sin ira ni prejuicio", era el requisito que Tácito proponía al trabajo de un historiador serio) - derriba la llamada hipótesis cínica (que Jesús y sus compañeros en Galilea podrían haber conocido a los cínicos y en consecuencia, podrían han sido influenciados decisivamente por la moralidad y el comportamiento de los predicadores itinerantes). Sin embargo, una parte literaria formal de la hipótesis sobrevive a su crítica, y eso lo analizaremos debidamente a continuación[1].

La introducción (5–7) comienza declarando que no es difícil encontrar similitudes entre el cinismo y el cristianismo primitivo: la preocupación por la autenticidad, el congruencia entre de las acciones y las palabras, la indiferencia a los valores sociales y la práctica de un ascetismo basado en la pobreza. —logrando donde cada "movimiento" una revolución moral y no política. Peregrino Proteo en el siglo II es retratado durante un período de su vida como un cínico y un cristiano, y Maximo Herón de Alejandría (un cristiano) en el siglo V afirmaba ser un cínico, sin mencionar la admiración de algunos escritores patrísticos por Diógenes. En la década de 1980, The Jesus Seminar proclamó lo que se conoce como la hipótesis Cínica, que afirma (en resumen) que Jesús era un cínico. En 2010, Bernard Lang publico un libro titulado "Jesus der Hund: Leben und Lehre eines jüdischen Kynikers" (Múnich: Beck, 2010). La hipótesis de un Jesús cínico (o como cínico) exige que se examine el cinismo mismo, una tarea difícil, ya que la escuela duró diez siglos. Goulet-Cazé incluye un resumen impresionante de la influencia del cinismo, que ha perdurado hasta la era moderna (por ejemplo, las órdenes mendicantes como los franciscanos, Bayle, Nietzsche, Foucault). Es importante destacar que el judaísmo antiguo conoció el cinismo (LXX, Philo y el Talmud). A raíz de esto Goulet-Cazé  plantea la pregunta: ¿Por qué los intérpretes modernos, a pesar de la ausencia de cualquier fuente histórica que demuestre que Jesús pudo haber tenido contacto con los cínicos, quieren hacer de Jesús un individuo cínico o parecido a los cínicos? Además, ¿cómo se explica la actitud de los cristianos posteriores hacia el cinismo, que varía desde la crítica más mordaz hasta la admiración más sincera, hasta el punto que los monjes se ponen el manto cínico (τρίβων; LSJ: “una prenda gastada, una capa raída") y practicaron un ascetismo radical?

El primer capítulo (9–97), "El cinismo en la era helenística y en la era imperial", establece los fundamentos del argumento del libro. La primera subsección (11–27) es una historia bien referenciada del movimiento que duró diez siglos: desde sus orígenes con Antístenes y Diógenes hasta Salustio de Siria (siglo V EC). La segunda subsección (27-51) es un análisis del "cinismo diogeniano" y constituye el corazón teórico del libro. La tercera subsección (51–85) es una descripción del cinismo en la era imperial. La última subsección (86-96) analiza la complicada relación entre cinismo y estoicismo. Para comenzar con la conclusión (96–97) primero, durante la era helenística, Diógenes le dio al cinismo un significado teórico claro y limitado, y de la misma manera lo inspiró con su ascetismo dirigido hacia una meta moral. Durante la era imperial, hubo dos concepciones del cinismo: una persiguió que el cinismo fuera una escuela de pensamiento como las otras escuelas filosóficas, y la otra veía el cinismo como una forma de vida. El cinismo no pudo ser completamente asimilado a las otras escuelas. El manto no era suficiente para convertirlo a nadie en cínico, como demuestran las letras pseudoepigráficas, Epicteto y Juliano[2]: uno tenía que practicar el ascetismo (ἄσκησις) cuyo τέλος (objetivo) era probablemente ἀτυφία (ausencia de orgullo), y uno tenía que seguir un cierto número de enseñanzas de Antístenes, Diógenes y Crates.

Goulet-Cazé presenta el problema de las fuentes del cinismo (9-10), que fueron reunidas por Gabriele Giannantonini (Socratis et Socraticorum reliquiae, 4 vols. [Nápoles: Bibliopolis, 1990]). Comprenden principalmente chreiai y anécdotas cuya fiabilidad histórica es imposible de verificar. Hay algunos documentos escritos por cínicos, como las Diatribas de Teles y los Charlatanes desenmascarados de Enomao de Gadara (siglo II d. C.), del cual se han conservado largos fragmentos en la Praeparatio evangélica de Eusebio de Cesarea. No es apropiado hablar de cinismos en la antigüedad, porque la filosofía mantuvo una cierta unidad a lo largo de los siglos, con lemas como la "reacuñado la moneda" (una crítica de la civilización) y "el camino corto a la virtud". La historia compacta del movimiento de Goulet-Cazé (11–27) comienza con su nacimiento (Diógenes y sus discípulos en el siglo IV a.C) y termina con el último cínico conocido, Salustio, que era miembro del círculo de Proclo en Atenas (siglo V d. C.). Diógenes de Sinope, en una tradición, en realidad falsificó dinero. En sus andanzas (14, 35) repitió (con variaciones) dos versos: "Sin ciudad, y sin casa, privado de patria, pobre y errante, llevando la vida efímera" (Diógenes Laertius 6.38). Era cáustico, agresivo y conocido por su pobreza. Crates de Tebas, por otro lado, fue más humano en sus encuentros con otros, aunque él y Diógenes compartieron las mismas convicciones morales. Diógenes era admirado y temido como el "perro celestial", mientras que Crates era admirado y amado como "el querido jorobado" (15). Crates se destacó por entrar en cualquier hogar que deseaba y por su "matrimonio de perros" κυνογαμία (es decir, sexo en público, Suda, Lexicon Κ §2341) con Hiparquía de Maronea, la única mujer conocida por ser cínica. Ella confundió a Teodoro el ateo por un sofisma (Diogenes Laertius 6.97, cf. Suda Θ §150), e incapaz de responder, trató de despojarla de su capa (τρίβων). Cuando él citó una línea de Eurípides que la criticaba por abandonar su telar, ella respondió que, en lugar de pasar tiempo en el telar, lo gastaba en su educación (παιδεία).

La discusión de Goulet-Cazé sobre la naturaleza del cinismo diogeniano (27-51) incluye un examen de la relación del cinismo con la filosofía de Antístenes (siglo V a. C.), el origen del nombre "perro" (23-32), "reacuñación"(o la "crítica de la civilización"; 32-35), la naturaleza literaria de los textos cínicos (37-41), el ascetismo como un "atajo a la virtud"(43-48, 89), la felicidad cínica (48-49) y otros temas. Para las discusiones sobre la relación entre el cinismo y el judaísmo antiguo (98–120) y el "movimiento de Jesús" (121–74), es la sección particularmente más importante. Los cínicos (37) inventaron varios géneros, incluida la diatriba (Bión de Borístenes, Diógenes Laertius 2,77; "VI 77" es incorrecto), la sátira (al menos prosimètre, esa combinación de prosa y verso ejemplificada en las sátiras Menippeas de Varro) y la chreia. El género chreia jugó un papel crucial en las relaciones entre cinismo - judaísmo y entre cinismo - cristianismo(37–38). En su análisis, hay tres tipos de chreiai: dichos simples, a menudo en forma de respuesta a una pregunta, que ejemplifican un ingenio (rasgo de espíritu); apotegmas, que son dichos vinculados a un individuo específico con una indicación del contexto, y anécdotas que comprenden narraciones reales construidas alrededor de los dichos de un individuo conocido. A menudo combinan ingeniosidades, un aspecto polémico y una recomendación ética. Aunque muchos chreiai se atribuyen a Diógenes y otros cínicos, los estoicos también usaron el género (40). Para Diógenes, el ascetismo triunfa sobre todos (44, Diógenes Laercio 6.71). Estas oposiciones surgen constantemente en el chreiai: naturaleza / sociedad; razón / locura; audaz verdad / mentiras; y libertad / esclavitud. La independencia cínica se caracteriza por el concepto de αὐτάρκεια (46). Los símbolos (46) del cínico incluyen el zurrón (πήρα), el bastón (βάκτρον), el manto (τρίβων), y por lo general, el cabello largo y sucio. La felicidad cínica (48) es el resultado de la autarqueia, la libertad y la apatía (ἀπάθεια).

El cinismo tuvo una distinguida historia durante el imperio también (51-86). La supuesta existencia de dos tipos de cinismo (56-65) durante este período, uno "leve" (πρᾶος) y otro "austero", no resiste la crítica de Goulet-Cazé. Diógenes y Crates tenían diferentes temperamentos, pero ambos eran "médicos de las almas", y ambos reprendieron a sus auditores (58). Stobaeus (65, Anth. 4.39.21) afirma de Diógenes, por ejemplo: «Afirmamos que la verdadera felicidad es esta: la mente y el alma siempre deben permanecer en tranquilidad y alegría». Este era también el objetivo de Crates (45, Diógenes Laercio 6.86: «la filosofía es τὸ μηδενὸς μέλειν [sin preocuparse por nada]), y también vivió una vida austera» (57) Durante el período imperial, la oposición que caracterizó el cinismo fue aquella entre "escuela de pensamiento" y "forma de vida" (65-71). Diógenes Laercio (67, 6.104) lo entendió como una escuela de pensamiento (αἵρεσις), por ejemplo, mientras que Varro (68-69) lo vio como una forma de vida sin "final" (Varro, De philosophia en Agustín, Civ 19.1). Otra oposición durante el mismo período fue el cinismo "educado" versus el cinismo "popular". Demetrio que fue amigo de Séneca y Demonax maestro de Luciano de Samósata(71) son ejemplos de cínicos educados. Sin embargo, los individuos de la clase baja y sin educación se sintieron atraídos por el cinismo como un escape de su condición, y Luciano, entre muchos otros, no sentía más que desprecio por ellos (72, por ejemplo, Fug.14, 17). Goulet-Cazé admite que algunos pudieron haber sido charlatanes (75-76, Lucian, Fug. 20), aunque algunos de los ataques fueron indudablemente exagerados. La crítica cínica a la religión (81-83) durante el imperio fue fulminante e implacable (por ejemplo, Demonax, Seudo-Heraclito, Carta Cuatro a Hermodorus y Oenomau de Gadara contra los oráculos, cf. también 23-25 ​​para Demonax y Oenomau). En general, los cínicos eran de temperamento agnóstico.

El capítulo "Contactos entre cinismo y judaísmo: de la Septuaginta al Talmud" (98–120) es un examen cuidadoso de la evidencia existente. Goulet-Cazé considera primero la cuestión de la helenización del judaísmo antiguo y concluye que, mientras la cultura fue helenizada, el culto no (98-104), confiando particularmente en el trabajo de Martin Hengel, Saul Lieberman y John J. Collins. La descripción de Nabal (104-5) en 1 Reyes 25: 3 como "perro" puede o no ser una referencia al cinismo. El hebreo Vorlage es probablemente כלב (perro), que está paleográficamente cerca de la lectura qere (, כלבי Calebite). Independientemente de lo que pretendieran los traductores LXX, los lectores como Josefo entendieron que el término se refería al ascetismo cínico (A.J. 6.296). El poeta cínico Meleagro de Gadara (siglo II a. C. a. C., 105–7; Anth. Pal. 5.160 [Paton, modificado]) tenía un rival judío en su amor por Demo (probablemente una mujer no judía): «Demo de mejillas blancas alguien te tiene desnuda junto a él y se deleita, pero mi propio corazón gime dentro de mí. ¡Si el deseo del sábado no te lleva a maravillarte! El amor arde incluso en los sábados fríos. Las casas sabáticas son frías, pero las camas sabáticas son calientes». Goulet-Cazé señala que el amor masculino alejó a Meleagro del cinismo (Anth. Pal. 12.101 y cf. 12.23, 117). En Alejandría, Filón (107–9) era un admirador del cinismo de Diógenes. Menciona un número ilimitado (Planta. 151) de personas que siguen el estilo de vida de Diógenes. Él (Prov. 121, 125) conoce a ciertas Chaereas en Alejandría que era un entusiasta seguidor de la libertad de expresión de Diógenes. Hay más de ese material. Josefo (109-10) no habla de los cínicos como tales (Goulet-Cazé advierte en contra de tratar de relacionar a los cínicos con la "cuarta filosofía"). La figura (110-12) asociada con el nombre de Oenomaus en la literatura Midrashim y Talmúdica es un tipo basado en la tradición cínica en Gadara y no es una referencia a ningún filósofo griego en particular. La discusión de Goulet-Cazé sobre κυνικός (קינוקוס) y qeniṭrofos (קניטרופוס) en el Talmud de Jerusalén (112-15) se basa en un importante artículo de Menahem Luz ("Una descripción del cínismo griego en el Talmud de Jerusalén", JSJ 20 [1989 ]: 49-60). En una discusión talmúdica (y. Giṭ 7.1,2 48c) de la naturaleza de un "tonto", el término "perro humano", o κυνάνθρωπος (קינטרופיס con muchas variantes), se encuentra en el siguiente pasaje: «uno que sale por la noche es un perro humano, y uno que pasa la noche en los cementerios [y] quema incienso a los demonios, rasga su ropa y destruye lo que la gente le da es un cínico».

Hay otros ejemplos de estos términos (y la base de datos de Bar Ilan Responsa podría usarse para ampliar los resultados del artículo de Luz). Goulet-Cazé señala que había una larga tradición cínica en Gadara (115-17). Una discusión sobre chreiai en la cultura helenística y la influencia del género en la literatura rabínica, los evangelios y la literatura patrística completa el capítulo (117-19).

El material resumido hasta ahora sirve como premisa en el argumento que Goulet-Cazé ahora propone en contra de la hipótesis cínica. El capítulo sobre "El cinismo y el movimiento de Jesús" (121–74) comienza con la pregunta de si Jesús pudo haber hablado griego en la Galilea de su tiempo (121–25). Si no sabía griego, entonces claramente la investigación de los lazos entre Jesús y el cinismo no tiene sentido (121). Sin entrar en detalles (examina el argumento entre P.M. Casey y S.E. Porter), su conclusión es que Jesús habló principalmente arameo, pero podría haber enseñado en griego en ciertas ocasiones (suponiendo la historicidad de los episodios donde se dirige a multitudes de orígenes mixtos). Las excavaciones en Séforis, además, no indican que Jesús tuvo contactos allí con población griega(125). La sección más larga se titula "¿Lazos entre la fuente Q de los Evangelios y el cinismo?" (125-68). Después de examinar varias hipótesis sobre la Fuente "Q" (ella acepta el análisis estratigráfico de John Kloppenborg de Q, en tres niveles que no son etapas cronológicas en la historia de Q), saca algunas conclusiones fundamentalmente importantes (136-44) sobre la fuente "Q" y la naturaleza cínica de las chreiai. Goulet-Cazé aprueba el planteamiento de Kloppenborg (138), quien observa cuidadosamente que las colecciones chreiai, aunque probablemente se originaron entre los cínicos, fueron utilizadas ampliamente no tan solo por otros filósofos, sino que también por la educación primaria. El problema es que el género chreia incluye muchas formas (ver discusión más arriba). Hay algunas similitudes entre la chreiai cínica en las que Diógenes, por ejemplo, responde a algún tipo de reproche, y textos como Q 11: 14-15 y 11:16, 29-30. Las similitudes literarias formales simplemente significan que Q puede identificarse con el género chreia y posiblemente con el género de chreiai cínica. Sin embargo, a diferencia de las colecciones de chreiai cínica, Q no tiene una estructura formalmente homogénea, y los chreiai en Q son diferentes de la chreiai cínica, en que carecen de ingenio. Goulet-Cazé no está convencida (140) de que los individuos (judeocristianos en Palestina [136]) que compusieron los Q podrían haber tenido una educación retórica (incluidos ejercicios progimnásticos en la elaboración de las chreia). La chreiai cínica y la chreiai Q son en su mayor parte completamente diferentes en contenido. El género cínico está orientado hacia el humor, y el tono es diferente de los de Q.

Después del estudio de las posturas de varios académicos y grupos que identifican de alguna forma a Jesús con el cinismo (144–57), Goulet-Cazé hace algunos comentarios (157–68) que son probablemente la crítica más incisiva de la hipótesis cínica hasta hoy. El cinismo no se menciona en el Nuevo Testamento (a diferencia de los filósofos en Hechos 17:18), y en la era de Jesús no hay evidencia de interacción entre el judaísmo y el cinismo (159, 161). Séforis no se menciona en Q ni en los Evangelios. Las similitudes superficiales (160) no significan similitudes fundamentales (p. Ej., βασιλεία en textos cínicos y en Q no significa lo mismo), y hay una ausencia de paralelos reales (161) entre cinismo y cristianismo, aunque ambos comparten una cierta inversión de valores y rechazo de las jerarquías (162). Sin embargo, existen cinco diferencias básicas (162–63): (1) comportamiento (es decir, los cínicos se caracterizan por el sarcasmo y la desvergüenza, que son completamente ajenos a Jesús y a los primeros cristianos); (2) acciones (Jesús sana y exorciza, a diferencia de los cínicos, y sus misioneros no mendigan; el ascetismo cínico tiene objetivos completamente diferentes a los de Jesús; (3) relaciones con otros (aunque Jesús ocasionalmente es duro con sus auditores, no tiene sarcasmo cínico, ni su gusto por la reprimenda extrema o su humor corrosivo relacionado con σπουδογέλοιον); (4) perspectiva (detrás del humor cínico se encuentra la desesperación y el pesimismo, mientras que en Q1 Jesús anima a las personas a buscar la presencia inmediata del reino de Dios, y en Q2 los alienta a buscar su presencia próxima); (5) en telos (el objetivo del Cínico es la felicidad individual basada en la autarqueia, la apatía y la libertad completa, que se puede obtener a través de la virtud y el ascetismo, pero Jesús y sus discípulos Q [6: 47-49], mientras se oponen a las prácticas sociales y religiosas de la sociedad, construyen su casa en la roca y saben que lo que le piden al padre les será dado [11: 9-13]). A pesar de similitudes como el radicalismo y el abandono de todos los valores, existe un abismo irreducible entre ambos movimientos: para uno, el universo es absurdo, mientras que Jesús vive en un universo que tiene significado, incluso si el reino de Dios lo cambia todo. Una perspectiva comparativa (165; por ejemplo, el Corpus hellenisticum Novi Testamenti) es mucho más útil que un intento de encontrar influencias e identificaciones directas. Después de una revisión muy crítica del trabajo de Lang (165–68), Goulet-Cazé revisa el tema de Pablo y el Cinismo (168–74), con agradecimiento por el cuidadoso trabajo de A.J. Malherbe (quien no identificó a Pablo como un Cínico, pero sin embargo, llevo a cabo muchas comparaciones fructíferas). Goulet-Cazé dedica dos páginas a la cuestión de la diatriba (173–74) con especial atención al trabajo de Thomas Schmeller, quien argumenta que si διατριβή, se usa para designar un género literario de filosofía popular transmitido de forma precisa por medio de la enseñanza moral, esto es una ficción moderna. Sin embargo, había una antigua enseñanza ética práctica con forma dialógica y procesos retóricos. Romanos y 1 Corintios son las cartas de Pablo más en línea con el estilo así definido.

El último capítulo comprende una revisión de las "Relaciones entre el cinismo y el cristianismo durante el Imperio" (175-215). Del siglo II al V hay contactos atestiguados entre los dos movimientos. Las relaciones eran ambivalentes y variaban entre la oposición abierta a la simpatía. En ciertos casos, algunos individuos militaban en ambos bandos. Del lado pagano, los cristianos fueron acusados ​​de incesto, canibalismo y de compartir mujeres (175–76), tres acusaciones que los cristianos hicieron contra la República de Diógenes. Elio Aristides (Oratio 3.666–673) pudo haber atacado a ambos grupos (176–78). Crescente el cínico se encontró con Justino Mártir y posiblemente estuvo involucrado en la muerte de este último (180–82). Algunos cristianos antiguos fueron muy críticos con el cinismo (185–91), aunque hubo autores cristianos que expresaron cierta admiración por los elementos de la filosofía (191–95). Goulet-Cazé revisa la evidencia de la vida de Peregrino Proteo, quien en un momento de su vida fue cínico y cristiano, pero que termino abandonando al cristianismo por el cinismo (195-206). Maximus Herón (206-10) en el siglo V afirmó ser cínico y cristiano. El monasticismo (211–15), que apareció en el siglo III, adoptó la prenda cínica (τρίβων) y practicó el ascetismo. Existe una cierta analogía entre los dos grupos, aunque sus objetivos eran diferentes. Los apofetgmas cínicos pueden haber influido en la literatura del monacato (213–14). Aunque los cristianos antiguos expresaron cierta admiración por "los atletas de la virtud", no compartían la desvergüenza, la descaro y el agnosticismo cínicos (215).

Goulet-Cazé ha presentado un caso persuasivo que fundamenta su posición. Una pregunta que algunos lectores de este trabajo pueden querer hacer tiene que ver con el estado epistemológico y ontológico de Q. Ella (130) llama la atención sobre un artículo que critica el análisis estratigráfico de Kloppenborg de Q (C. Tuckett, "On the Stratification of Q: A Response", Semeia 55 [1992]: 213–22). Sin embargo, aparentemente no se refiere a ningún estudioso que sea escéptico sobre la existencia de Q o que cuestione su reconstrucción. El libro se habría beneficiado al tomar en consideración las opiniones de dichos académicos.


Fuente: BookReviews
John Granger Cook
Traducción: Yerko Isasmendi
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Notas

1) Cuando John Granger Cook escribió esta reseña, el libro en cuestión aun no había sido traducido al inglés, pero menciona el compromiso de la editorial W.B. Eerdmans de hacerlo. El año pasado (2019), la editorial cumplió con su palabra, y publico el libro bajo el titulo "Cynicism and Christianity in Antiquity"  
2) Recomiendo leer el capitulo "Le cynisme idéalisé d'Épictète à Julien" de Margarethe Billerbeck que aparece en el libro "Le Cynisme Ancien et Ses Prolongements". Además pueden encontrar mucha información en el libro "The Cynic Philosophers: from Diogenes to Julian".

Mackenzie, introductor del Tarot oculto en Inglaterra



Kenneth Robert Henderson Mackenzie (1833-86) fue un intelectual brillante y un destacado ocultista inglés, fundador de The Biological Review. A los 21 años fue admitido como miembro de la Society of Antiquaries (1854), en 1861 ingreso a la Royal Asiatic Society y 3 años después se unió a la Anthropological Society of London. Por esa época visito a Éliphas Lévi en París, con el cual discutió varios temas entre ellos «el juego oculto del Tarot».

En cuanto al ocultismo se cree que fue un estudiante de Frederick Hockley, ingreso a la masonería en 1870 y dos años más tarde fue admitido como miembro honorario de la S.R.I.A. Fue a través de Mackenzie que los miembros del S.R.I.A. (Societas Rosicruciana in Anglia) entraron en contacto con la obra de Lévi[1].

Dos años después de la muerte de Lévi, Mackenzie escribió a Irwin, entonces Jefe Adepto del Colegio de Bristo de la S.R.I.A, que no podía responder a la pregunta del reverendo Ayton sobre si Lévi había dejado instrucciones exactas del funcionamiento del Tarot, «Tengo una forma personal de trabajarlo con la ayuda de la astrología .. sigo las instrucciones de Aliette las cuales están enfocadas a la cartomancia - pero para esto último, prefiero un sistema italiano que me ha dado resultados maravilloso»[2]. Dos años más tarde en 1879 Mackenzie manifestó su intención de escribir un libro titulado "The Game of Tarot: Archaeologically and Symbolically Considered", pero prontamente desecho dicha idea, la razón la conocemos a través de una carta que ese mismo año le escribió a Westcott[3] en la cual señalaba su preocupación por el reverendo Ayton, Robert Fryar y John Yarker en lo concerniente al Tarot : «No estoy dispuesto a comunicar indiscriminadamente el sistema del Tarot que conozco, pues podría ser un arma peligrosa en manos de personas menos escrupulosas que yo». Al año siguiente en una nueva misiva a Westcott afirma su decisión de abandonar toda intención de escribir un libro sobre el Tarot, «no estoy escribiendo sobre el Tarot. Fue un proyecto de hace algunos años que ya deseche. Tal vez pueda reanudarlo algún día … El tema es terriblemente intrincado y no tengo lo mismo dotes literarios que antes poseía». En la misma carta señalo que le había dado a Mathers un folleto de su libro, siendo posiblemente este la base o una de las fuentes importantes de los primeros escritos de Mathes sobre el Tarot, además fue a través de Mackenzie que Westcott se intereso en el tema[4].


Yerko Isasmendi