viernes, 24 de noviembre de 2023

Las tres mentes del Bodhisattva

  


Aquel que encuentra la dirección de su vida en zazen y al mismo tiempo vive del arrepentimiento en zazen es llamado Bosatsu (Bodhisattva). Un Bosatsu es un hombre común que ha encontrado la dirección de su vida en el Buda, es decir. en zazen. Sin embargo, aunque es un hombre común, en la medida en que vive de acuerdo con su voto, el significado de su vida cambia por completo. De ahí que se le llame "el que vive por votos" (ganshô no bosatsu), a diferencia del hombre vive su karma (gosshô no bonpu). Por lo tanto, no debemos desaprobarnos a nosotros mismos diciendo: "No soy más que un hombre común y, por lo tanto, no estoy calificado para ser un bodhisattva". Debido a que somos hombres ordinarios, poseemos este cuerpo terrenal realmente vivo; pero debido a que buscamos la dirección del Buda (es decir, zazen) podemos hacer nuestro esfuerzo en paz. En consecuencia, sin reservas, los que practicamos zazen nos esforzamos por ser Bodhisattvas. En el Tenzo Kyokun (Instrucciones sobre deberes refrectorios), Dogen Zenji habla del espíritu de la vida real del Bodhisattva en términos de las Tres Mentes (Sanshin): la Gran Mente (Daishin), la Ternura (Roshin) y la Alegría (Kishin). Esta enseñanza forma una conclusión verdaderamente adecuada a lo que hemos estado discutiendo.

La gran mente es la mente que, como hemos dicho, no discrimina. Me gusta esto, no me gusta eso; Quiero eso, no quiero esto sin hacer este tipo de distinciones, el hombre de gran mente ve todo como igualmente su propia vida; porque todo lo que encuentra existe dentro de su propia experiencia personal. Sí, mi vida no existe solo dentro de este cuerpo humano, en la pulsación de mi corazón. Mi vida solo puede estar en cada experiencia, en cada actividad de la vida. La expresión de la vida como vida se revela en cada experiencia de encuentro. Por lo tanto, en el budismo decir que el yo se asienta en sí mismo es decir que el Universo se asienta en sí mismo. La mente que ve al yo y a todas las cosas como una sola, que no discrimina, sino que ve cada encuentro como su propia vida, y que, por mucho que vacile, busca siempre manifestar esta vida, esta es la gran mente de Bosatsu.

La gran mente funciona naturalmente como la mente de la ternura. La mente de la ternura es esa actitud con la que el padre cuida al niño con mimo y atención a cada detalle. Como dijimos anteriormente, si bien el zazen no hace distinciones, no se trata de una pérdida de conciencia, sino de una conciencia constante del presente vivo. ¿Cómo expresarnos aquí y ahora como una forma de ser eterna y universal? A esto debemos prestar estricta atención. Es decir, en su forma de vida, el hombre que practica zazen muestra en cada encuentro atención, consideración y simpatía, trabajando para dejar florecer la flor de la vida. Esta es la mente de la ternura de los padres.

En esta mente de ternura está el verdadero valor de la vida: la mente de alegría. La mente alegre no es la alegría excitada del deseo, sino el entusiasmo vital y el sentido de la propia valía que se encuentra en el cuidado que se da a cada encuentro. Se dice que una mujer primero se convierte en adulta y conoce el valor de su vida en la maternidad. De manera similar, primero descubrimos la verdadera alegría, el valor y la pasión, primero nos convertimos en adultos cuando cada encuentro se convierte en nuestra propia vida, nuestro propio hijo al que debemos cuidar con cuidado. Gran mente, ternura y alegría: estas tres mentes son posesión segura del Bosatsu que busca el Camino del Buda.

Para concluir lo que hemos dicho, debemos pensar una vez más en la civilización moderna y la cuestión del progreso humano. Como dijimos al principio, el progreso humano no es en modo alguno lo mismo que el avance de las ciencias naturales, ni sigue el camino del progreso de la civilización científica. Más bien, ¿no se basa el progreso del hombre en la cuestión de cómo cada hombre puede llegar a ser adulto? Pero observa el estado actual de los hombres. Están completamente a merced de sus deseos, trabajan solo por egoísmo, no hacen nada más que reprenderse y lastimarse unos a otros como un grupo de niños.

¿Qué significa para el hombre actual convertirse en adulto? Como acabo de decir, no es más que convertirse en un Bosatsu - uno que ve a su propio hijo en cada encuentro, lo cuida con cuidado y encuentra su alegría y pasión en esta actividad. Cuando el mundo se convierta en un mundo de Bodhisattva-adultos, en el que nos cuidamos, protejemos y trabajamos unos por otros, el hombre habrá alcanzado la mayoría de edad y podemos decir con razón que ha habido progreso humano. Sugiero que esta imagen del Bosatsu, que es vigilado y guiado por zazen, que vive de su voto y arrepentimiento en zazen, es un ideal esencial para la era venidera. ¿Qué piensas?


Uchiyama Kasho 
Traducción:Yerko Isasmendi

martes, 21 de noviembre de 2023

Epicteto y el falso filósofo estoico

 


Palabras del estoico Epicteto, oportunamente recogidas por el excónsul Herodes Atico, contra un joven fanfarrón y presuntuoso, falso seguidor de la filosofía, con las que de manera elegante marcó la diferencia entre el estoico verdadero y la turba de charlatanes hipócritas que se hacen pasar por estoicos.

Mientras residimos en Atenas para recibir las enseñanzas de nuestros maestros, Herodes Ático[1], gran orador en lengua griega y hombre que había ostentado el cargo de cónsul, solía llevamos a menudo a las villas próximas a esta ciudad a mí, al eminente Serviliano[2] y a otros compatriotas que desde Roma se habían trasladado a Grecia en busca de una formación intelectual. Morando con él en una villa llamada Cefisia[3], en unas fechas en que todavía apretaba el bochorno propio del sol otoñal, tratábamos de librarnos de los rigores del calor buscando la sombra de los inmensos bosques, las largas y apacibles alamedas, la fresca orientación de los edificios, las piscinas elegantes, abundantes y limpias, y la belleza de la villa entera, donde resonaban por doquier el murmullo del agua y los cantos de los pájaros.

Estaba allí con nosotros un muchacho, seguidor de la filosofía de la escuela estoica, según él mismo confesaba, pero demasiado hablador y dispuesto. En las charlas de sobremesa, habituales en los banquetes, hablaba sin cesar, tan inoportuna como irreflexivamente, sobre las teorías filosóficas, y únicamente anteponía a sí mismo las grandes figuras de la lengua ática, afirmando que todo el pueblo togado y todo lo calificado de latino eran algo rudo y zafio[4]. Y entre tanto hacía resonar su voz con palabras casi desconocidas, con silogismos y con otras artimañas capciosas propias de la dialéctica, afirmando que nadie, salvo él, podía resolver el "sofisma del triunfador"[5], el "razonamiento de reposo"[6], la sorites[7] y otros enigmas similares. Por otro lado, aseguraba que nadie como él había meditado, estudiado y conocido las cuestiones éticas, la naturaleza del ser humano, el origen de sus virtudes, así como sus deberes y limitaciones, o bien la perfidia de las pasiones y de los vicios, las faltas morales y la depravación. Opinaba que ni los tormentos ni los sufrimientos corporales ni los peligros que amenazan con la muerte podían dañar o menoscabar el estado de felicidad y bienestar que él creía haber alcanzado y que jamás enfermedad alguna podía turbar la expresión serena y tranquila de un estoico.

Estaba éste aireando tales vanas fanfarronadas y ya todos deseaban que se callara, agobiados y aburridos de su palabrería, cuando Herodes Atico se dirigió a él en griego, como suele hacer muy a menudo, y le dijo: «¡Oh tú, el mayor de los sabios! Permite que, puesto que nosotros, a quienes calificas de ignorantes, somos incapaces de responder a tus palabras, te leamos lo que Epicteto, el mayor de los estoicos, pensó y escribió a propósito de esta grandilocuencia vuestra». Y mandó que le fuera traído el libro I de los discursos de Epicteto según la recopilación de Amano[8], en el que aquel anciano venerable propinó una justa reprimenda a los jóvenes que, en lugar de hablar de la honradez y de la vida honesta, hablaban sin ton ni son de cuestiones banales y debatían sobre problemas infantiles.

Una vez traído el libro fue leído el párrafo que transcribo a continuación[9]. Con tales palabras severas, pero no carentes de gracia, Epicteto estableció la diferencia entre el estoico auténtico y sincero -sin duda alguna, desembarazado de sujeciones, liberado de necesidades, libre, rico, feliz[10]-, y la turba de hipócritas que se hacían pasar por estoicos y que, al arrojar una negra nube de hollín a los ojos de los oyentes, ofrecían una imagen deformada de tan noble escuela:

- «Háblame del bien y del mal

Escucha: "Un viento me ha impulsado desde Troya hasta el país de los cícones"[11]. De las cosas que existen, unas son buenas, otras malas, otras indiferentes. Buenas son las virtudes y cuanto de ellas emana; malos son los vicios y lo que del vicio deriva; indiferente es lo que se sitúa a medio camino entre ambas cosas: la riqueza, la salud, la vida, la muerte, el placer, la tristeza.

- ¿De dónde has aprendido esto?

- Lo dice Helánico[12]1en sus Egipciacas. Pero, ¿qué diferencia hay entre eso y lo que dijeron Diógenes[13en su Ética, Crisipo[14] o Cleantes[15]?

- O sea, que has analizado sus opiniones y te has formado la tuya propia. Muéstranos cómo te enfrentas a una tempestad cuando vas en un barco. ¿Te acuerdas de distinción semejante cuando la vela rechina y tú te pones a gritar? Y, si un gracioso se te acerca y te espeta: "Dime, ¡por los dioses! ¿no afirmabas ayer que el naufragio no era un mal, ni participaba del mal?", acaso no la emprenderías a palos con él? ¿Qué tenemos que ver contigo? Estamos a punto de morir, ¿y tú vienes con bromitas?. Y si el César te hace comparecer ante él como acusado <***>».

Al oír esto, aquel muchacho tan insolente se calló, como si tales palabras no las hubiera dicho Epicteto para otros, sino que fuera Herodes quien se las decía a él mismo.

Noches Áticas
Aulo Gelio
Tomo I, Libro I, pág, 83

domingo, 19 de noviembre de 2023

Signos contemporáneos del fin de los tiempos II

 


Otros signos: la ONU, la cuestión judía, los falsos milagros

Sin embargo, para proporcionar a la gente una base “espiritual” para un gobierno mundial, tiene que haber algo más alto que el comunismo. Se necesita una filosofía espiritual para unir a todos los hombres. La filosofía quiliástica del “mundo libre” aporta una parte de este elemento, y en la idea de Naciones Unidas, por ejemplo, vemos algo que parece una respuesta espiritual.

La mera existencia de una organización como la ONU, que unirá a todos los gobiernos del mundo, es un signo de nuestro tiempo. Los discursos y la propaganda de la ONU están llenos de ideas quiliásticas, vagamente basadas en el cristianismo pero sin dogmas cristianos: lucha por la paz mundial permanente, no más guerras, lo cual, por supuesto, solo es posible si la naturaleza humana cambia y se vuelve diferente de lo que es ahora. San Pablo habló de una de las señales del fin: «... el día del Señor vendrá así como un ladrón en la noche que cuando estén diciendo:"Paz y seguridad", entonces la destrucción vendrá sobre ellos repentinamente»(1 Tes. 5: 2-3). Nunca se ha hablado más de "paz y seguridad" que hoy. Uno de los órganos principales de la ONU es el Consejo de Seguridad, y las organizaciones para la “paz mundial” están en todas partes. Si los hombres logran finalmente una apariencia de "paz y seguridad", al hombre contemporáneo le parecería ser un estado como el cielo en la tierra: un milenio. La forma práctica de hacer esto es unir a todos los gobiernos en uno. Por primera vez en la historia, tal ideal se convierte en un posible objetivo de la política práctica: ahora es concebible un gobernante mundial. Por primera vez, el Anticristo se convierte en una posibilidad histórica.

La ONU afirma estar a favor de la fundación de un gobierno mundial que no será una tiranía, basado no en una idea en particular como el comunismo, sino en algo muy vago, sin una base cristiana particular. De hecho, hace unos veinte años construyeron una capilla de meditación en el edificio de la ONU, y en ese momento tuvieron una gran discusión sobre cuál sería el objeto de adoración en ella. Si tuviera una cruz, inmediatamente sería identificado como cristiano; no puede tener nada musulmán o hindú porque de nuevo también sería identificado con esas religiones. Tenia que estar por encima de todas las religiones, por lo que finalmente se decidieron por un bloque de piedra negra. Si vas allí y te inclinas ante él, es como postrarte ante un ídolo. Pero esto indica un tipo de interés religioso muy vago. Pero una cosa tan vaga es exactamente lo que al diablo le gusta utilizar. En cualquier creencia religiosa en particular, se puede estar equivocado, pero al menos si es de corazón y Dios puede perdonar todo tipo de errores. Pero si no se tiene ninguna creencia religiosa en particular y uno se entrega a algún tipo de idea vaga, entonces los demonios entran y comienzan a actuar.

Por ejemplo: después de ser conservadores, incluso antirrevolucionarios, durante el siglo XIX y principios del XX, los Papas romanos ahora están cerca de unirse a la revolución, como Dostoievski predijo que lo harían en el siglo XIX. El catolicismo romano se ha convertido en una gran institución mundana que predica el mismo quiliasmo que los representantes de la ONU. La visita del Papa Pablo VI a la ONU en Nueva York en 1965 revela esto claramente. El pueblo estadounidense, en su mayoría no católico, le dio una bienvenida de héroe en Nueva York, precisamente porque es visto como la figura religiosa más eminente que predica el sueño más quilial que ahora es tan fuerte en el ambiente. En su discurso en la ONU, el Papa justificó estas expectativas y pidió a la ONU que haga realidad las profecías de las Sagradas Escrituras sobre cuándo las espadas se convertirán en arados y el león caerá con el cordero, en un reino milenario en la tierra.

Otra señal de que se acerca el fin de los tiempos es el estado actual de los judíos en Israel, en la ciudad de Jerusalén. Según las profecías de las Escrituras y los Santos Padres de la Iglesia Ortodoxa, Jerusalén será la capital mundial del Anticristo, y allí reconstruirá el templo de Salomón donde será adorado como Dios. Hay eventos que vendrán justo antes del fin del mundo. Por supuesto, es muy significativo que solo desde 1948 Jerusalén ha estado una vez más en manos de los judíos, y solo desde 1967 el lugar donde estaba el templo, la Mezquita de Omar, está en sus manos, ya que esta había estado en la aprte ocupada por los musulmanes. Por tanto, lo único que les impide -es decir, técnicamente- construir el templo es esta Mezquita de Omar. Si pueden destruir la mezquita, pueden erigir el templo en este sitio. También es significativo que Jerusalén esté ahora constantemente en las noticias. Los judíos han regresado a Palestina por primera vez desde Cristo. Esto hace posible que el Anticristo llegue primero a los judíos, como dicen las profecías, y luego gobierne el mundo entero desde Jerusalén. Y la idea misma del quiliasmo proviene de los judíos, porque rechazaron a Cristo solo porque Él no estableció un reino mundano.

Si le hiciera una pregunta a cualquiera que esté al tanto de todos los eventos políticos en el mundo: «¿Cuál sería la ciudad ideal como capital mundial en casi de que hubiera un imperio mundial?» - es obvio cuál sería la respuesta en la mente de la mayoría de las personas. No puede ser Nueva York, porque ese es el centro del capitalismo; no puede ser Moscú, porque ese es el centro del comunismo. Ni siquiera puede ser Roma, porque el catolicismo romano es todavía una especie de tradición limitada. El lugar lógico es Jerusalén, porque allí se juntan tres religiones, se juntan tres continentes. Es el lugar más lógico donde podría haber paz, hermandad y armonía: todas esas cosas que se ven bien, pero a menos que tengan una base cristiana sólida, no agradan a Dios, esas cosas son las que el Anticristo puede usar.

Otro aspecto de la cuestión judía es que muchos jóvenes judíos se están interesando en el cristianismo, porque entre los judíos también existe el mismo tipo de búsqueda religiosa y problemas que nos aquejan. Algunos de ellos se están convirtiendo al cristianismo y varios están llegando a la ortodoxia. Esto ya es una señal, una preparación para el hecho de que al final de los tiempos los judíos serán restaurados al cristianismo, a Cristo. San Pablo expresa esto diciendo que, si la caída de los judíos significó "riquezas" para los gentiles, porque cuando los judíos se apartaron, los gentiles fueron invitados a la Iglesia, entonces la restauración de Israel será como un levantamiento de entre los muertos. Y este evento llegará justo antes del final.

Deberíamos decir una palabra sobre el Anticristo. No es simplemente un dictador cruel que es anticristiano. Creo que la mayoría de la gente, cuando piensa en el Anticristo, piensa en alguien como Hitler, que fue un perseguidor, o Stalin, que persiguió a los cristianos y estaba en contra de la religión. Pero eso no es lo que es el Anticristo, aunque tiene ese aspecto. “Anti” significa no solo “contra”; también significa "en lugar de". Será alguien que vendrá y tomará el lugar de Cristo; se dice muy claramente que estará en el templo de Jerusalén, adorado como Dios. No vas a adorar a un dictador ordinario; al menos, el mundo entero no podría hacer eso fácilmente. Pero vendrá como un dictador mundial que es aceptado como Dios, como alguien muy positivo; así tratará, de todas las formas posibles, de imitar a Cristo, de ocupar el lugar de Cristo.

Por lo tanto, el Apóstol enfatiza muy fuertemente en su advertencia sobre el fin del mundo que debemos tener cuidado con el engaño. San Pablo dice en II Tesalonicenses 2: 9-11: «La venida del impío será conforme a la actividad de Satanás, con todo poder y señales y prodigios mentirosos ... Por esto Dios les enviará un poder engañoso, para que crean en la mentira». Es decir, será algo muy engañoso.

De hecho, sabemos que los mismos elegidos podrían ser engañados si los tiempos no se acortan. Cristo mismo advierte, al hablar de los últimos días, que «se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán grandes señales y prodigios, para así engañar, de ser posible, aun a los escogidos»(Mat. 24:24). Y en el Apocalipsis, San Juan afirma que los últimos tiempos se caracterizarán por «espíritus demoníacos que obran maravillas» (Apoc. 16:14). Por lo tanto, uno de los signos de la venida del fin es la multiplicación de señales y maravillas demoníacas, es decir, milagros falsos y cosas por el estilo.

¿Vemos alguna señal de actividad satánica, milagros y señales que están llevando a la gente por mal camino hoy? Sí, esta se ha convertido en una de las características principales, especialmente de las últimas décadas. Me refiero en particular, por ejemplo, al aumento en las últimas décadas del satanismo absoluto - la adoración a Satanás - que solo en estos últimos veinte años ha logrado tal apertura y notoriedad. La gente se llama abiertamente brujos. Quizás pocos se llaman a sí mismos satanistas, pero se ha convertido en una religión reconocida en nuestra sociedad, y muchos están seriamente involucrados en la práctica de la brujería. (Los asesinatos rituales ampliamente publicitados de los últimos años son solo la superficie de una corriente profunda de maldad y adoración a los demonios).

Religiones orientales, física, ovnis

Otro ejemplo es el creciente interés por las religiones orientales, que en estas dos o tres últimas décadas se han puesto tremendamente de moda. Ahora hay gurús y maestros zen nacidos en Occidente, estadounidenses e ingleses, y así sucesivamente. Y la gente se lo toma muy en serio. Todas estas cosas orientales se han convertido en una institución bastante estadounidense, con personas que se postran ante Maharaj-ji y otros que se proclaman Dios. Esto ha sido bastante inaudito hasta las últimas dos o tres décadas. Hablamos de estadounidenses idealistas y corrientes que son muy capaces de postrarse ante Maharaj-ji.

El interés por las religiones orientales ha estado presente durante más de cien años en Occidente, y ha ido ganando terreno especialmente en el siglo XX; pero siempre ha sido un movimiento marginal en la sociedad, y solo en la última década más o menos hemos visto la institución de templos y monasterios occidentales nativos, con jóvenes estadounidenses y mujeres estadounidenses aparentemente normales inclinándose ante dioses budistas e hindúes ...

Evidentemente, las religiones orientales han penetrado profundamente en el alma occidental. Su atractivo es comprensible: el cristianismo occidental, especialmente el protestantismo, pero también el catolicismo en los últimos años, se ha visto privado del elemento de la verdadera adoración a Dios que tiene la ortodoxia, y el alma humana se siente vacía. Además, la mayoría de las religiones orientales ofrecen un tipo bastante simple de "paz" a través de la meditación o el cantico que no es tan exigente como el verdadero cristianismo, ya que este último le da a uno una paz que no es de este mundo y lo prepara para la vida eterna en un Reino que no es de este mundo.

En el cristianismo occidental, debido a que se ha perdido el elemento del verdadero culto a Dios que la ortodoxia conservaba, se ha producido una reacción, que se manifiesta en la búsqueda de signos. Esto es muy fuerte en el movimiento "carismático". Suceden bastantes cosas espectaculares: la gente habla en lenguas, dan las llamadas profecías, hay algún tipo de “curaciones”, etc. Esto no esta de acuerdo con lo que los cristianos ortodoxos sabemos de la real vida espiritual. Es una perspectiva completamente falsa de la vida espiritual, lo que hace que la gente vea estas cosas y las experimente.

Y, por supuesto, existe la "meditación trascendental" y otras formas similares de buscar la "paz", un sentimiento de satisfacción de este mundo que no tiene nada que ver con el verdadero esfuerzo espiritual.

Entonces uno podría nombrar todo tipo de fenómenos ocultos y paranormales que son tan frecuentes en nuestro tiempo. La investigación sobre varios tipos de percepción extrasensorial (ESP) es muy fuerte en la Unión Soviética, probablemente mucho más que en Estados Unidos. En la Unión Soviética, las personas que dicen ser ateas permiten y de hecho promueven la investigación de cosas como la telepatía mental, el hipnotismo, la curación por la fe, las profecías, las auras de plantas y humanos, la acción de la mente sobre la materia, etc. Toman fotografías especiales, intentando ver el límite entre la materia y la psique. Todo tipo de cosas raras surgen en medio de estos experimentos. Un psíquico contemporáneo, Uri Geller, del que probablemente hayan oído hablar, es capaz de doblar cucharas mirándolas intensamente, y afirma que obtiene su poder de seres del espacio exterior.

Algunas personas, por supuesto, al saber esto se ríen. Piensan que es muy divertido que la gente sea tan estúpida como para pensar cosas así. Pero los fenómenos que están ocurriendo son bastante reales. Las descripciones que la gente da de ellos tienen una notable similitud con lo que los cristianos ortodoxos sabemos en las antiguas Vidas de los santos, especialmente las descripciones de los fenómenos dadas por personas que afirman haber sido secuestradas por naves espaciales OVNI, etc. Independientemente de lo que puedan pensar sobre estas historias, lo que describen es exactamente lo que hemos escuchado en La Vida de los Santos en cuanto a cómo operan los demonios, es decir, su notable capacidad para cambiar de la materia a la psique, para desaparecer o aparecer instantáneamente, o para moverse muy rápidamente. de un lugar a otro. Esta es la forma en que operan los demonios, y esta es la forma en que también operan estos llamados seres espaciales. Es muy interesante que los demonios regresen a la historia moderna por este medio.

El tema de los platillos voladores, los ovnis, es una parte muy importante de la atmósfera de nuestro tiempo. La literatura de ciencia ficción es muy popular tanto en el Occidente libre como en la URSS. Varias películas recientes con temas de ciencia ficción han sido enormemente populares: hace varios años estaba 2001: Una Odisea Espacial y la serie de televisión Viaje a las Estrellas, y ahora está La Guerrade las Galaxias y Encuentro Cercano del Tercer Tipo. Por lo tanto, ya sea que existan o no platillos voladores, este fenómeno es un indicador significativo de lo que la gente siente y piensa ahora.

Un investigador sobrio ha examinado con gran detalle muchos de los mejores casos de supuestos avistamientos y aterrizajes de ovnis, y dice que, con pocas excepciones, pueden explicarse por otros medios o son fraudulentos. Él llama a los ovnis un "cuento de hadas para adultos", porque el hombre del siglo XX, es decir, humanista, agnóstico o ateo, ha perdido otros supuestos cuentos de hadas.

Pero al mismo tiempo, muchas personas afirman no solo haberlos visto, sino haber sido contactados y secuestrados por seres que los han llevado al interior de estos supuestos OVNIS. Si uno lee algunas descripciones de tales contactos (esto es lo que se llama “Encuentros cercanos del tercer tipo”), se dará cuenta que esta leyendo ciencia ficción contemporánea o al ver algunas de las películas de hoy, uno tiene una sensación extraña: aquí se describen seres extraños, algunos de ellos casi humanos pero mucho más “avanzados”, capaces de hacer cosas extraordinarias como convertir palos en espadas, hacer que ellos mismos y otros desaparezcan, asumir diferentes formas a voluntad, volar por el aire, sondear la mente o crear escenas imaginarias completas ante los ojos. Quizás para el hombre moderno todo esto son "cuentos de hadas", pero para un cristiano ortodoxo los fenómenos que aparecen en estas formas literarias y artísticas muy populares son muy familiares; la mayoría de ellos se pueden encontrar en las Vidas de los Santos y a menudo son uan descripción muy realistas de la forma en que actúan los demonios.

La mayoría de los hombres contemporáneos, por supuesto, se ríen de la mención de demonios, pero esto es precisamente lo que están describiendo y viendo bajo el disfraz de "inteligencias extraterrestres" o "extraterrestres voladores".

Algunos libros recientes de protestantes evangélicos sugieren que la mejor explicación de los ovnis es que los encuentros con ellos, cuando son reales y no fraudulentos, son en realidad encuentros con demonios que contactan a los hombres de acuerdo con las ideas y expectativas de la época. Lo significativo para nosotros es que mucha gente común hoy en día considera posible o deseable entrar en contacto con "seres avanzados" de otros mundos; esto es exactamente lo que son los demonios, y un mayor contacto con ellos es precisamente una de las características de la época hacia el fin del mundo.

Todos estos son signos de actitudes espirituales ocultas o extrañas, que producen lo que hoy en día no puede llamarse otra cosa que milagros, es decir, algo que no concuerda con el modo normal de los procesos naturales. Esto es justo lo que se necesita para preparar al mundo para la aceptación del Anticristo, quien vendrá con un gran engaño, con maravillas demoníacas y milagros para engañar a la gente.

Otras fuentes de contacto con otros mundos y seres se pueden ver en las experiencias contemporáneas "después de la muerte" y en las experiencias "extracorporales" estrechamente relacionadas. Muchas de estas experiencias son sin duda reales, pero las personas que las tienen casi todas no están preparadas para protegerse contra los engaños demoníacos.

Muchos seguidores del movimiento carismático, que por supuesto no creen en el ocultismo y, de hecho, están muy en contra de él, aceptan sin embargo fenómenos muy extraños como si estuvieran en un contexto cristiano: por ejemplo, el moderno "don de lenguas". Las personas involucradas en estas experiencias tampoco están informadas acerca de la naturaleza de las tentaciones y apariciones demoníacas. Estas experiencias se han vuelto mucho más comunes hoy que antes porque la doctrina cristiana ortodoxa de las experiencias espirituales se ha perdido en Occidente debido a la apostasía; y a partir de diversas influencias modernas (como la televisión) los hombres se han vuelto más pasivos y abiertos a las influencias mediúmnicas que nunca. Muchas de estas personas creen que lo que ven es un derramamiento del Espíritu Santo. De hecho, a nuestros tiempos se les ha llamado la "Nueva Era del Espíritu Santo". La gente piensa que esto es una señal de que Cristo vendrá pronto; sin embargo, las profecías reales de las Escrituras, así como los Santos Padres de la Iglesia primitiva, indican exactamente lo contrario. Cristo mismo dijo en Lucas 18:8: «cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?». Es decir, el verdadero rebaño de Cristo, al final, será muy pequeño, y la mayoría de las personas que se llaman cristianos seguirán al Anticristo. La idea de la “Nueva Era del Espíritu Santo” es, nuevamente, una idea quiliástica, que espera una adaptación del Paraíso a este mundo. En realidad, es el derramamiento del espíritu del Anticristo lo que se está preparando ahora; los verdaderos cristianos salvarán sus almas soportando hasta el final todas las pruebas de los últimos tiempos.

Signos positivos

Todo lo que hemos descrito son señales muy negativas y, por supuesto, se supone que un cristiano debe estar preparado para las cosas más negativas posibles. No obstante, también debemos estar preparados y estar atentos a los signos positivos del fin del mundo.

En primer lugar, uno de los signos positivos es Israel. Por supuesto, el estado de Israel es algo totalmente neutral, pero el mismo hecho de que pareza que en el pueblo judío está comenzando algún tipo de conmoción, como si el proceso de regreso a Cristo pudiera estar comenzando, es algo muy esperanzador, muy positivo. Esto es sobre lo que escribió San Pablo, diciendo que preferiría estar en el infierno por el bien de su pueblo si tan solo despertaran y recibieran a Cristo, que vino por ellos en primer lugar. Cuando finalmente ellos vengan a Cristo, eso significará que es el fin del mundo, porque todos los pueblos han sido llamados, y ellos serán los últimos, el remanente fiel, en regresar.

Luego está el movimiento de conversión al cristianismo ortodoxo que vemos en muchas partes del mundo. En África, por ejemplo, solo en los últimos cincuenta años ha habido un tremendo movimiento de conversión de personas en Uganda, Kenia, Tanzania, el Congo (Zaire) y otros países. Son personas muy piadosas y fieles a la ortodoxia. Son las personas de simple corazón las que Cristo quiere, y son esas personas las que están entrando ahora en la Iglesia Ortodoxa.

Lo mismo ocurre en otros países. De hecho, aquí mismo en Estados Unidos vemos que cada vez más personas se despiertan. A menudo, sin razón aparente, están descubriendo que la ortodoxia es la verdadera Iglesia. Esto está sucediendo también en Europa Occidental y en otros países.

Luego está el sufrimiento de Rusia. Este es un tema que por sí solo merece muchas charlas. Ciertamente es algo notable lo que este país, que durante más de sesenta años ha sufrido bajo el comunismo, bajo el ateísmo, ha sufrido. De acuerdo con todas las leyes comunistas, dado que la religión es solo un remanente supersticioso del pasado, no debería quedar religión después de que todos los ancianos hubieran muerto. Pero ahora, después de que han pasado sesenta años y todps los ancianos (en la época de la Revolución) han muerto, la religión está volviendo más fuerte que nunca. Por lo tanto, algo anda mal con la idea de los comunistas, y ese "algo" es que no se dan cuenta de que el alma quiere a Dios, quiere a Cristo. Por lo tanto, este pueblo ha soportado durante sesenta años el yugo del ateísmo - que es algo muy poderoso - en una sociedad basada en la impiedad, y ahora, habiendo resistido, están volviendo a creer en Dios.

Solzhenitsyn dice sobre Rusia y otros países que han soportado el comunismo: «A través de un intenso sufrimiento, nuestro país ha alcanzado ahora un desarrollo espiritual de tal intensidad que el sistema occidental, en su actual estado de agotamiento espiritual, no parece atractivo ... Un hecho indiscutible es el debilitamiento de los seres humanos en Occidente, mientras que en Oriente se vuelven más firmes y fuertes. Seis décadas para nuestra gente y tres décadas para la gente de Europa del Este, durante ese tiempo hemos pasado por un entrenamiento espiritual muy por delante de la experiencia occidental»(del discurso de Harvard).

El padre Dimitry Dudko, en particular, dice cosas muy similares, señalando un punto muy importante: cuando alguien le dijo una vez que era mucho mejor estar en Occidente porque allí tenían libertad y podóan practicar su cristianismo en libertad, a lo que él respondió: «Pero allí tienen espiritualidad con comodidad. Aquí tenemos la espiritualidad con sufrimiento y, por tanto, es más profunda». Sobre la base del sufrimiento y del martirio puede surgir una semilla de cristianismo, porque «la sangre de los mártires es la semilla de la Iglesia». Por eso está sucediendo algo muy profundo en el pueblo ruso y en los que han sufrido bajo el comunismo.

En esta ilusión proveniente de Rusia, que está despertando a sus raíces cristianas, tenemos una lección muy práctica: Rusia, durante estos últimos sesenta años, ha pasado por la experiencia de vivir en catacumbas, bajo persecución, en cámaras de tortura, bajo refinadas técnicas de tortura del moderno Gulag, y la gente ha sobrevivido. Tenemos registros de cómo sobrevivieron: sabemos cómo fueron torturados y cómo lo superaron. Por tanto, si esta persecución llega aquí, ya tenemos un comienzo, algo en lo que confiar; incluso tenemos más esperanzas de poder soportar lo mismo que ellos soportaron.

Finalmente, toda la perspectiva del cristianismo ortodoxo es positiva. Incluso en los primeros tiempos, cuando todo el mundo romano estaba en contra de la Iglesia y simplemente perseguía a los cristianos de las catacumbas y los sometía a tortura y muerte, los cristianos iban a la muerte cantando. Por lo tanto, dado que la esencia de nuestra fe es que nos estamos preparando para el mundo venidero, nuestra perspectiva es básicamente positiva. Todas las cosas negativas, todas las cosas malas que el diablo puede inventar contra nosotros y con las que la mala voluntad de los hombres puede torturarnos, son pequeñas comparadas con el gozo que vendrá con el Reino de los Cielos.

Por supuesto, hoy tenemos más que nunca la experiencia de todos los siglos pasados de santos ortodoxos, santos padres, mártires, ascetas: todos aquellos que han vivido por Cristo en este mundo, de todas las tierras, en el oeste, el este, norte y sur. Esta experiencia es nuestra para conocerla, y para dar respuesta a básicamente todas las preguntas contemporáneas que puedan surgir. Podemos tener un contacto vivo con los santos de todas las edades, así como con aquellos que hoy sufren por Cristo, como las muchas personas que se encuentran en campos de prisioneros en la Unión Soviética. Es muy alentador ver cómo no se rinden en medio de todo tipo de torturas. Son realmente extremadamente valientes, y esto nos da valor e inspiración para que también nosotros podamos ser fieles a Cristo. En las condiciones que tenemos ahora de libertad, no hay excusa para que no estemos ofreciendo nuestra lucha a Dios.

Sesión de preguntas y respuestas al final de la conferencia

Pregunta: ¿Los judíos van a destruir la Mezquita de Omar e intentar reconstruir el templo de Salomón?

RespuestaBueno, es su problema lo que van a hacer con él. Una cosa son las intenciones humanas y otra cosa es lo Dios quiere. Intentaron antes reconstruir el templo en Jerusalén y no lo consiguieron.

Pregunta: ¿Van a volver a usar el Libro de Levítico y a implementar todas las leyes?

Respuesta: Creo que intentarían hacer todo lo posible. Si la idea de construir el templo es volver a esa antigua religión, supongo que intentarían imitarla lo más fielmente posible. Pero, por supuesto, en los tiempos modernos indudablemente se encontrarían con que tendrían que cambiar todo tipo de cosas. Y cuando el mismo Anticristo venga a sentarse allí, tendrá sus propias ideas, para que sean aceptables para todos los demás.

Es difícil saber cómo todo esto de forma exacta pasara, pero cuando se cumpla todo, veremos que será exactamente como se predijo. Sin embargo, si los hombres intentan hacer algo antes del tiempo en que Dios quiere, entonces simplemente no funcionará. Ese fue el intento de Juliano el Apóstata. Quería construir el templo para demostrar que Cristo estaba equivocado cuando dijo que no se dejaría piedra sobre piedra. Juliano ordenó a los judíos que comenzaran a construir su templo y ellos comenzaron a construirlo. Es un hecho histórico muy bien autenticado, que se encuentra en varios de los primeros historiadores de la Iglesia, que ellos construían y que por la noche todo se derrumbaba y que todos vieron bolas de fuego saliendo de la tierra. Hoy en día, los historiadores dicen que deben de haber estado cavando pozos de petróleo o algo así. Obviamente, había algo allí que impedía que este proyecto continuara y finalmente se rindieron. Entonces Juliano mismo fue asesinado y todo quedó en nada. Los tiempos no estaban propicios para que eso sucediera, por lo que no podría suceder. Por supuesto, hoy los tiempos están mucho más maduros para eso.

Hubo dos santos del Antiguo Testamento que no murieron: Enoc fue llevado y no fue encontrado; y Elías subió en el carro de fuego. Por lo tanto, regresarán como los dos testigos y predicarán contra el Anticristo. También podría haber otros más. De hecho, hay tradiciones sobre el regreso de San Juan el Teólogo en los últimos tiempos. También hay una profecía de San Serafín de Sarov de que volvería en ese momento; pero murió, por lo que solo podría regresar resucitado. Los dos mencionados en el Apocalipsis, sin embargo, son Enoc y Elias.

Pregunta: ¿Van a tratar de decirle a la gente que este es el Anticristo y no Cristo?

Respuesta: Según la tradición, tienen dos funciones. Elías hablará con los judíos. Dice en el Evangelio que le preguntaron a Jesús si Elías ya había llegado. Algunos decían que Juan el Bautista era Elías, que se suponía que vendría a reconciliar a los padres con los hijos. Y Jesús dijo que había venido en cierto sentido, es decir, en un sentido espiritual. La mayoría de la gente, sin embargo, no lo aceptaría. Por lo tanto, el verdadero Elías viene al final de los tiempos para reconciliar a los padres (los judíos) con los hijos (los gentiles). Y Enoc hablará con el resto de la gente. En otras palabras, será bastante claro en ese momento que el Anticristo ha venido, y que hay dos profetas diciendo que este es el Anticristo.

Pregunta: ¿Cómo ve la presencia ortodoxa en Estados Unidos en términos apocalípticos? ¿Cuál es el significado apocalíptico de la ortodoxia en Estados Unidos?

Respuesta: No creo que haya diferencia entre lo que pasa en Estados Unidos con cualquier otro país, como Uganda por ejemplo, pero creo que definitivamente es significativo que la gente en Estados Unidos esté despertando a la ortodoxia. Las personas que nunca han tenido ninguna relación con la ortodoxia son conducidas a ella, simplemente porque escucharon la palabra predicada, y comienzan a despertar para verla. En un país supuestamente totalmente cristianizado, se despiertan y ven que todo lo que se llama cristianismo no es realmente cristianismo; y quieren la ortodoxia. Ese podría muy bien ser uno de los signos del fin.

Por supuesto, existen diferentes tipos de fines. Hay un momento en que un país está llegando a su fin, como el período anterior a la llegada del comunismo a Rusia. En ese momento estaba ocurriendo un gran avivamiento espiritual. Tuvieron grandes santos, como San Juan de Kronstadt y los muchos Ancianos de Optina. Muchos santos monjes y obispos vivían en ese momento, y muchas personas eran muy fervientes. Pero toda la sociedad estaba un poco en contra de todo esto: se había occidentalizado tanto, que era casi anticristiana, por lo que dichoavivamiento finalmente se sumergió. Sin embargo, si lo miras desde el punto de vista de un avivamiento espiritual, definitivamente hubo un avivamiento de ese tipo.

Por lo tanto, cuanto más ves que ese tipo de cosas suceden aquí, más comienzas a preguntarte si algo no llegará a su fin para nosotros también. Y, por supuesto, eso estará ligado al final de todo, porque las cosas en este momento parecen estar acelerando su ritmo, tanto en Rusia como en Estados Unidos, y en toda la situación mundial. Parece que nos dirigimos hacia algunos eventos trascendentales bastante cercanos en el futuro.

Por supuesto, no debemos dejarnos llevar por los acontecimientos históricos. Básicamente, el cristianismo es salvar tu alma; y, por tanto, cada uno se entera de la verdad y empieza aquí y ahora a vivir una vida según los mandamientos de la Iglesia. Eso es lo primero que siempre debemos tener en cuenta.

En Rusia, el Gulag y todo lo que sucedió tuvo como objetivo destruir el cristianismo; y hasta cierto punto esto tuvo éxito, porque es muy difícil que la gente ahora conozca sobre el cristianismo. Y en Occidente, toda la indiferencia, tolerancia, libertad y prosperidad también ayudan a destruir cualquier tipo de cristianismo fuerte. El resultado final no es muy diferente. Sin embargo, como dice Solzhenitsyn, en Oriente se han vuelto más fuertes; después del comunismo se han vuelto más fuertes que nosotros, en Occidente, que tenemos toda esta libertad. Pero no deberíamos conformarnos con ser débiles. Al menos deberíamos ofrecer a Dios nuestra lucha.



Padre Seraphim Rose
(Conferencia pronunciada por el padre Seraphim Rose en mayo de 1981)
Traductor: Yerko Isasmendi

sábado, 18 de noviembre de 2023

Respondiendo a las críticas del tassawwuf



Pregunta : Su Da'wa está basada en el concepto del tassawwuf, un concepto que fue muchas veces victima de criticas vivas. Cual es vuestra opinión al respecto?


Respuesta : Concebimos el término «Tassawwuf» en el sentido de un deseo ardiente de purificar el corazón, alcanzar las virtuosas cualidades proféticas, y como un medio de seguir el Mensajero de Allâh. Esto lo comprendemos de los imames de las primeras generaciones que fueron conocidos bajo la apelación de «Sufi». Hace mas de mil años, el Imam al-Kalabadi escribió una obra intitulada “Introducción a la metodología Sufi”, en la cual figura lo que fue desarrollado en los libros de los sabios que se afiliaron al tassawwuf, así que tenemos testimonios sobre estos sabios a través de los siglos. Todos son unánimes en decir que el tassawwuf es una exhortación al noble carácter, a la práctica según su capacidad de la Sunna del Profeta y a un vivo deseo de quitar toda impureza del corazón. Si esta es nuestra comprensión de la definición del tassawwuf, entonces todo musulmán que trabaja en la purificación de su corazón y de su relación con su Señor puede ser considerado como afiliado al tassawwuf.

Sin embargo, la gente tiene a veces opiniones alejadas de la verdad y de la realidad contextual. Puede ser que haya falsas ideas especialmente con respecto al tassawwuf, a las escuelas jurídicas o al Islam. Algunos creen que el tassawwuf es una sumisión o un alejamiento, o lo asocian a los caramillos y tambores pero también a historias, supersticiones e innovaciones en las cosas religiosas.

Lejos de la realidad, todo esto debe ser tirado y no puede de ninguna forma ser atribuido a los Imames que fueron, a través de los siglos, conocidos como siendo la gente del tassawwuf y siendo ellos mismos maestros en las ciencias islámicas del hadîth, de la jurisprudencia y del tafsîr. Así dentro de los narradores de los libros canónicos del hadîth, encontrarais constantemente gente del tassawwuf.

La única definición del término tassawwuf que conocemos es el deseo de purificar el corazón y el seguir la sunnah del Profeta Muhammad. Y si la palabra tassawwuf lleva a esto, entonces su utilidad no puede ser negativa. No deberíamos dejar que una palabra se vuelva una barrera, privando así la gente de conocer su verdadero sentido. Invitamos la gente a no actuar de manera excesiva, como lo hacen algunos simplemente escuchando una palabra precisa, sino a examinar el concepto que se encuentra detrás de esta palabra. Si el término tassawwuf no les gusta entonces llamadlo por otra palabra, como por ejemplo Ihsan, ciencia del interior o purificación del alma. Llamadlo de la manera que lo escucháis pero el concepto quedará el mismo y no permitiremos que una simple palabra se pueda volverse causa de conflicto y que algo prive la gente de conocer la realidad del concepto. Igualmente, esto no nos impedirá informar nuestros hermanos de la responsabilidad que nos incumba a todos.

jueves, 16 de noviembre de 2023

Hazte un Luz

 


Buda Shakyamuni dio una de sus enseñanzas más famosas justo antes de fallecer. Hablando con su discípulo Ananda, quien estaba muy confundido por perder a su maestro, Buda dijo: «Haz del dharma tu luz. Confía en ello. No dependas de ninguna otra cosa. Haz de ti mismo una luz. Confía en ello. No dependas de nadie más».

Esta enseñanza del Mahaparanibbana sutta en el Canon Pali muestra una característica del budismo que es diferente de muchas otras religiones. En términos generales, la gente quiere creer que hay algo más allá de la vida humana ordinaria. Así que en la historia de la religión suele haber una entidad todopoderosa en la que la gente debe creer o un fundador con poderes especiales cuyas enseñanzas la gente tiene que seguir.

Pero Buda no dijo que después de su muerte deberíamos depender de una entidad divina o un maestro sagrado; dijo que deberías depender del dharma y de uno mismo. Si es así, ¿qué es el dharma? ¿Qué es uno mismo? En el budismo, entendemos el término Buda como la energía original de la vida. El término dharma se entiende como verdad: el principio último de la existencia. Pero este principio no es una idea abstracta, es algo real. El dharma como verdad real es el funcionamiento del camino de Buda: la energía original de la vida fluye y se desarrolla constantemente en todas las formas de la vida cotidiana. Significa que la forma de tu propia vida es idéntica a esa energía original. En otras palabras, la verdad no está en nosotros, la verdad no está sobre nosotros, la verdad no está con nosotros, la verdad somos nosotros. La verdad eres tú. La verdad es tu yo real. Depender de ese yo es depender del dharma.

Mucha gente cree que un ser espiritual es algo diferente de una vida humana ordinaria. Si eso fuera así, depender del dharma sería depender de algo místico, creado por nuestra imaginación, mitología o alguna divinidad. Pero el dharma no es así. Podemos depender del dharma porque el dharma no es algo separado de la vida humana.

Entonces, en el budismo practicamos una forma de vida basada en el hecho de que la verdad ya está viva en nuestras propias vidas y podemos depender de ella. Pero ¡cuidado! Depender de ti mismo no significa que rechaces a otras personas y hagas las cosas a tu manera. Significa que toca el núcleo de su vida y descubre una vida que vale la pena vivir.

Para llegar al núcleo de la vida humana, debemos prestar atención a la realidad de nuestra propia existencia y comprender el significado de la vida a través de nuestras propias vidas. Es por eso que el budismo llega a ser filosófico de manera muy natural. Pero el budismo no es una filosofía. La realidad que estudiamos no es una idea creada por el pensamiento filosófico, psicológico o mitológico. Es algo más que eso. Es el estado natural de tu vida antes de que surja cualquier pensamiento o idea.

Las enseñanzas de Buda revelan la profundidad de tu vida y te ofrecen una forma práctica de regresar a la fuente de tu ser. Allí descubres el dharma, la verdad real. Descubrir el dharma es la realización de la realidad; experimentas directamente la energía pura como el núcleo de tu propio ser y te das cuenta de que siempre puedes depender de ella.

Si dependes del dharma, la energía pura surgirá y aparecerá en tu vida cotidiana. Iluminará tu vida porque la energía original de Buda está viva dentro de ti. Esa energía emite su propia luz, brillando desde todo tu cuerpo, que otros pueden ver. Así que relaja tu lóbulo frontal, calma tu mente y practica vivir pacíficamente en el dharma que está trabajando profundamente en tu propia vida.

Cuando el dharma como verdad, o el principio último de la existencia, se describe en la historia budista, se convierte en enseñanza budista, que también se denomina dharma. Entonces, a través de la enseñanza, puedes escuchar el mensaje del verdadero dharma. La enseñanza del Dharma habla sobre la sabiduría y la compasión basadas en la permanencia y la interdependencia.

La enseñanza budista es complicada y practicarla todos los días es difícil, pero un ser espiritual es algo que puedes encontrar ahora mismo, aquí mismo, en ti. Este es el punto de la última enseñanza del Buda Shakyamuni. A través de la práctica real de estar con el verdadero dharma y encender la llama de tu fuerza vital en cualquier cosa que hagas, puedes darte cuenta de lo que estaba hablando el Buda Shakyamuni.


Dainin Katagiri
Traducción: Yerko Isasmendi

miércoles, 15 de noviembre de 2023

El cinismo de los cínicos


Estos filósofos tenían una apariencia extraña. Sucios, descalzos, con barbas hirsutas, estaban cubiertos con tribôn, un abrigo de tela que se dobla en dos para afrontar los rigores del frío. Una bolsa donde meter todo lo que tienes: un poco de comida. Y el famoso bastón del errante que, en ocasiones, también puede servir para corregir o ahuyentar a los discípulos. Su modo de vida era el de los mendigos:

Sin ciudad, sin casa, privado de patria, 
Miserable, errante, viviendo al día”,

el cínico sabio no duda en suplicar, luciéndose sin pudor, como un perro que deambula por la calle. Siempre dispuesto a morder, derramar insultos o sarcasmos sobre quienes le hablan. Un espectáculo singular que causa sensación. La gente se reunía a su alrededor, pero aquellos que “obviamente se complacían en verlo insultar a los demás, temieron por sí mismos y se mantuvieron alejados de él” (Dion Crisóstomo, IX Discurso). Esta vida de perro callejero, esta ausencia de pudor, esta dureza -agria- no sólo despiertan curiosidad; causan escándalo. La franqueza (parresia) de los cínicos difícilmente se parece a la franqueza de Emilio que, según Rousseau, “habla poco” y “dice su opinión sin luchar contra la de nadie” (Emilio, IV). En su caso, se trata más bien de descaro y provocaciones que llegan hasta la mala educación. Ciertamente hay cierta valentía en esta audacia, y sabemos cómo el gran Alejandro se calentaba al sol. Pero la audacia fue tratada como un giro hacia un exceso no deseado y la medida de Diógenes solo esta completa cuando ya no se trata sólo de desprecio por los poderes, las costumbres, los usos y los decoros de la vida en sociedad, sino cuando llegamos al punto, como Onomaos, de “cubrir de blasfemia a los dioses mientras ladramos a todos” para ridiculizar lo que dicen los oráculos y lo que se cuenta en los mitos. Influido por esta indignación, el emperador Juliano, que acababa de escuchar las palabras de Heraclio el Cínico sobre el dios Helios, escribió de una vez, en dos días, un discurso en el que oponía la "grandeza de alma" de Diógenes a la “ignominia de las ignominias” de quienes ultrajan la ley divina. 

Entendemos que el comportamiento de los cínicos puede causar cierta perplejidad. Cuando Diógenes va a los juegos ístmicos, la multitud se divide: “algunos lo admiraban como al más sabio de los hombres, mientras que otros lo tomaban por un tonto; muchos lo despreciaban como a un mendigo o a un bribón, o se burlaban de él, o intentaban insultarlo groseramente arrojándole huesos a los pies como se haría con un perro; otros se acercaron a él y se aferraron a su abrigo, pero la mayoría de la gente no pudo soportarlo y se indignó con él”. (Dion Crisóstomo, IX Discurso). Del mismo modo, Diderot describe al sobrino de Rameau como "una mezcla de altivez y bajeza, de sentido común y sinrazón". ¿Qué deberíamos pensar? ¿Estamos ante una “disposición bestial del alma que niega toda belleza, toda honestidad, toda bondad”, como decía el emperador Juliano para denunciar los excesos de ciertos cínicos? ¿O hay algo de sabiduría en esta “vida errante, salvaje, parecida a la de las bestias” que evoca Luciano (¿de Samosata?) y de la que podemos leer el elogio en Dion Crisóstomo en el Décimo Discurso: “¿No ves cómo los animales y los pájaros llevan una vida mucho menos agitada que la del hombre y, de hecho, mucho más placentera? ¿No te parece que gozan de mejor salud, que son más vigorosos y que cada uno de ellos vive el mayor tiempo posible, aunque estén privados de manos o de inteligencia humana? Además, para compensar todo lo que les falta, tienen el mayor bien que existe: no poseen nada

Todo comienza con Antístenes el ateniense, discípulo de Sócrates, quien, según Diógenes Laercio, daba clases en el gimnasio Cynosarge, del que la Escuela tomó prestado su nombre. Aparte de los Discursos IV, VI, VIII al X de Dion Crisóstomo y VII y IX del emperador Juliano, que pueden considerarse tratados, sólo nos quedan apócrifos, extractos, fragmentos, fórmulas y anécdotas para darnos una idea de los temas cínicos. “El bien supremo consiste en vivir según la virtud”, este es el fin, el telos, y “la virtud es suficiente para procurar la felicidad, sin requerir más que la fuerza (ischus [1]) de un Sócrates” (Antístenes según Diógenes Laercio). Esta felicidad consiste en “autosuficiencia” y “apatía”: el hombre sabio “es autosuficiente” y está “libre de pasiones y problemas interiores” (Télés, VII). La virtud es propiedad de “almas viriles formadas según el modelo del noble Heracles” (Dion Crisóstomo, IV). Consiste en la “lucha contra el placer” responsable de la locura, la perversidad, la verdadera codicia, los males del alma, la ambición, la intemperancia, en fin, todos los vicios que son los verdaderos males del alma.

Estos temas se encuentran entre todos los socráticos, ya sean escépticos, epicúreos o cirenaicos, y particularmente entre los estoicos que, según la tradición, provienen de las enseñanzas de los cínicos. Sólo el énfasis en la virilidad, la fuerza y ​​la resistencia aporta una nota de originalidad que a veces ha llevado a algunos estudiosos a reconocer el voluntarismo[2]. Pero ciertos aspectos de la doctrina distinguen el cinismo de todas las demás sabidurías. La idea de que “el dolor es bueno” (Antístenes según Diógenes Laercio) ya es suficiente para enfrentar a los cínicos con los cirenaicos y los epicúreos. Esta idea debe estar relacionada con el tema del “atajo a la virtud” que ofrece el cinismo y por sí solo. Hay dos caminos para alcanzar la virtud. El cinismo pretende enseñarnos el camino más corto, más directo, que no es el más fácil, pero que no implica los "largos estudios" que Platón, por ejemplo, quiere imponer a los guardianes de la ciudad o a los que los estoicos consideran esencial para no ser “engañados” (lógica) y armonizar la naturaleza del hombre y la del universo “conociendo el modo en que se gobierna” (física). Por el contrario, los cínicos, según Diógenes Laercio, piensan que debemos “rechazar la lógica y la física, de acuerdo con Aristón de Quíos, y aplicar sólo la ética [...]. También rechazan la geometría, la música y otras ciencias.

Creen que su filosofía es “completamente natural y no requiere ningún estudio particular, es sólo elegir lo honesto por deseo de virtud y aversión al vicio; no hace falta abrir miles de volúmenes” (Juliano, IX Discurso), porque, decía Antístenes, “la virtud surge de las acciones, no necesita largos discursos ni conocimientos”. ¿Realmente necesitamos largas manifestaciones para reconocer que “lo bueno es bello, lo malo es feo” (Antístenes), y que son suficientes para llevarnos a una vida virtuosa? Hay una manera más directa de lograr esto que los cínicos llaman askésis: el ascetismo. Esto consiste ante todo en vivir en la pobreza. “La pobreza, según Diógenes, es para la filosofía una ayuda que no se aprende en los libros: lo que la filosofía intenta inculcar mediante discursos, la pobreza lo hace mediante hechos, obliga al espíritu a a hacerlo”, observa Stobée, y añade: “Diógenes sostenía que la pobreza es una virtud natural”. Esto puede interpretarse como una vuelta a la sencillez de la naturaleza o como una invitación a llevar una vida austera y frugal. Pero los cínicos quieren ir aún más lejos. Buscan la miseria total “privándose de todos los bienes”, como aprendió a hacer Diógenes observando un ratón y como nos recuerdan las últimas palabras de su epitafio: “No dejo nada bajo el sol”. Por tanto, el ascetismo adquiere otro significado. Se convierte en una formación que permite al sabio soportar las privaciones y conquistar mejor los placeres, hasta el punto de “ni siquiera saber que está por encima de los placeres” [3] (Juliano, IX Discurso). Este entrenamiento consiste sobre todo en ejercicios físicos para adquirir la resistencia y la robustez que nos permitan despreciar el lujo, no temer los reveses de la fortuna y "ayudar al cuerpo a soportar el frío del invierno y el hambre, o satisfacer alguna otra actividad natural". apetito” (Dion Crisósotom, Discurso de vida). Uno de los rasgos originales del cinismo reside en la afirmación de que “se puede pasar fácilmente del entrenamiento físico a la virtud” (Diógenes según Diógenes Laercio). Por lo tanto, este entrenamiento, a menudo comparado con el del atleta, sólo tiene sentido a través de su objetivo moral - la fuerza del alma - y no a través de la búsqueda infantil de hazañas en el juego. No se trata de entrenarse para competiciones atléticas sino de endurecerse y adquirir vigor y virilidad. El ascetismo presenta entonces otro aspecto. No consiste sólo en un “ascetismo del cuerpo”, es, más profundamente, un “ascetismo del alma”, para usar una distinción hecha por el propio Diógenes. La renuncia para luchar contra el placer y aprender a soportar la privación no tendría mucho sentido si no respondiera a un desprecio por los placeres. De hecho, no se trata sólo de renunciar a las comodidades superfluas que nos ofrece la vida civilizada. Sería entonces vivir lo más cerca posible de un estado de naturaleza similar al que Rousseau se esfuerza por concebir despojando al hombre "de todas esas inutilidades que creemos tan necesarias" para revelar la simplicidad "de la vida animal y salvaje" de una especie de cínico, desnudo, sin hogar, "autosuficiente", cuyas necesidades naturales y modestas están siempre satisfechas, y que, acostumbrado a una vida dura y entrenado hasta el cansancio, se forma un "temperamento robusto y casi inalterable". Antes de Rousseau, Dion Crisóstomo puso en tela de juicio al hombre sociable y a su modo de vida débil y afeminado, responsable de sus vicios y de sus miserias: “El ingenio del hombre, su capacidad para descubrir e inventar mil artificios para hacer la vida más fácil no han sido tan beneficioso para las generaciones siguientes. Porque en lugar de utilizarlo en beneficio del coraje y de la justicia, los hombres han puesto su genio al servicio del placer. Por eso buscan consuelo a toda costa, y su vida se vuelve cada vez menos placentera y más dolorosa, porque mientras parecen preocuparse por sí mismos, se arruinan de la manera más miserable, precisamente por un exceso de cuidados y preocupaciones. ..]. Esta es, me parece, la razón por la que el mito decía que Zeus había castigado a Prometeo por haber descubierto el fuego y haberlo entregado a los hombres: el fuego se convertiría para el hombre en la causa y el principio de su suavidad y de su sensualidad” (Discurso de Vida). Sin embargo, el salvaje en estado de naturaleza no es sabio. A este cínico le falta cinismo, es decir, la conciencia de que el placer es despreciable y debe ser despreciado. No basta con vivir en la miseria y ser insensible tanto al placer como al dolor, esta privación debe aparecer también como una denuncia del estado en el que nos ha puesto la búsqueda del placer. La “atuphia”, típicamente cínica, es ese “desprecio por las opiniones vanas” (Juliano, IX Discurso), desprecio por las convenciones y el decoro, que no es ni el altivo desprecio de los estoicos ni la soberana indiferencia de los escépticos, sino que es escarnio. y provocación. “Vivir según la naturaleza y no según las opiniones de la multitud” (Juliano, IX Discurso) significa, por tanto, que la lucha contra el placer es una lucha contra las opiniones de la multitud. No se trata sólo de desdeñarlas; deben ser burladas y denigradas. “Revaloriza tu moneda”, dijo Diógenes. Debemos depreciar la moneda actual y revaluar todo lo demás. El hombre sabio es “ataphos”, no sólo es simple y natural; no sólo ha disipado los “vapores del orgullo” y las ilusiones del placer, sino que no tiene vergüenza, es descarado y no tiene pudor. Sarcástico, estigmatiza, desprecia, profana todo lo que parece tener valor a los ojos de la multitud. Por tanto, la actitud cínica se puede caracterizar exactamente. Toda sabiduría apunta a la ataraxia; el estoico la encuentra en la apatheia, el epicúreo en la katastema, el escéptico en la adiaforia y el cínico en la atuphia.

Ahora nos gustaría saber por qué los cínicos se volvieron cínicos. Rodier [4] pensaba que el ejemplo de Sócrates había sido decisivo: “Lo que más admiraba Antístenes de Sócrates no era su enseñanza, sino su carácter. Le había seducido su serenidad, su resistencia, su desprecio por las convenciones”. Esta observación psicológica puede ser exacta, pero no nos explica por qué Antístenes y algunos otros podrían haberse dejado seducir por este aspecto de la personalidad de Sócrates. Nos parece, por el contrario, que una filosofía no puede explicarse psicológicamente, sino que se explica por la filosofía y nada más. El ejemplo de Sócrates no tiene nada que ver con la cuestión. Es cierto que Sócrates fue un ejemplo para sus discípulos. Pero no estamos hablando de simples discípulos. Estamos hablando de aquellos que, habiéndolo escuchado, le fueron infieles para ser fieles a su enseñanza y comprendieron el mandato último del Fedón: seguir el logos “como en una huella” (115 b), porque lo peor que puede pasar es verlo perderse y morir, y no ver morir a Sócrates (89 b). Así, “si me creéis, haced poco caso a Sócrates y mucho más a la verdad: si comprobáis que digo algo cierto, aceptad; de lo contrario, opónte a todas tus razones y cuida que mi celo no nos engañe a todos juntos, tú y yo, y que no me vaya, como la abeja, dejando en ti mi aguijón” (91 c)

Seguir el logos es cuestionar la realidad para decir estrictamente lo que es y que es, de modo que sólo debemos confiar en el logos y nada más para hacer la división entre lo que es y lo que parece ser. Sin embargo, según Diógenes Laercio, “Antístenes fue el primero en definir qué es un logos”; el término suele traducirse como “concepto”. Sostuvo que si queremos decir qué es una cosa, sólo podemos decir de ella su “enunciación propia” y nada más. Si, para decir qué es A, digo que A es esto o aquello -que A es B, por ejemplo- B debe ser lo mismo que A, de lo contrario, estoy diciendo que A es algo distinto de A. Cuando queremos para decir ser, sólo podemos enunciar una identidad, porque, si seguimos la línea recta del logos, es imposible decir algo distinto de sí mismo. Decir que A es esto o aquello es, a lo sumo, darle otro nombre a A y designar la misma cosa con otra palabra. Todo discurso nunca es más que onomatôn sumploké, “conjunto de nombres”, para usar una expresión de Hobbes en las objeciones a Descartes. Antístenes llegó a la conclusión de que, en el logos, no hay contradicción posible ni siquiera afirmaciones falsas. Vio también en ello una refutación de las ideas, porque una cosa es lo que es, en el sentido de que es idéntica a sí misma y nombrada por sí misma y no con referencia a un modelo distinto de ella misma. Veo claramente a Sócrates, de quien puedo decir que es Sócrates, pero no Hombre. Sabemos cómo Platón en el Sofista y Aristóteles en Metafísica intentan responder al argumento de Antístenes, uno para salvar la posibilidad de participación, el otro para salvar la de predicación.

La conexión entre esta lógica de la identidad, cercana al nominalismo, y la virtud de los cínicos es casi inmediata. De hecho, si los griegos querían basarse en el logos, no era para hablar de Sócrates, de un perro o de un caballo. Para ellos se trataba de elevarse a la consideración de lo justo y lo injusto. El argumento de Antístenes adquiere entonces toda su fuerza cuando a quien cita el verso de Eurípides: “¿Qué es una cosa vergonzosa, sino lo que le parece así a quien la usa?”, responde: “Lo que es vergonzoso es vergonzoso, te parezca lo que te parezca”. El relativismo de Protágoras - “lo que aparece a cada uno es la realidad” (Metafísica K, 6, 1062 b) - no puede hacer nada contra esta verdad que reside en una identidad. Por tanto, el cinismo no es una actitud psicológica que pueda atribuirse a la amargura del temperamento voluntarioso de Antístenes o Diógenes. Por ser una filosofía, el cinismo resulta de una relación con la verdad. Y si la verdad consiste siempre en una identidad, no hay nada más que decir al respecto que decirlo en sí mismo, pura y simplemente, tal como es, sin añadir nada que lo haga tolerable o convincente. Si A es A, ¿qué más podemos decir? Todo lo que tenemos que hacer es decirlo y lo hemos dicho todo. Esta es la libertad de lenguaje, lo más bello del mundo según Diógenes. Es esta misma relación con la verdad la que lleva al cínico a la miseria y la pobreza. Si, en efecto, el juicio, y en particular el juicio moral, es un juicio idéntico, si el bien soberano es exclusiva y rigurosamente virtud, que no puede ser otra cosa que lo que es la virtud estrictamente con exclusión de sí misma, entonces permanece. Buscar así la necesidad de la virtud es desprenderse del rigor de todo lo demás y encontrar en ese mismo desapego el bien soberano, aquello que es auténticamente bueno, justo y bello: la austeridad. Al negarse a identificar la virtud con los bienes externos a ella, la riqueza, la salud, los honores, la comodidad, etc., la meta suprema se convierte en la miseria y la austeridad. No importa si uno está vestido, decente, rico o poderoso, si todo eso no es virtud. El valor moral del hombre debe hacer abstracción de ello, y el hombre sólo tiene valor moral en esta abstracción[5]. La autarquía, "ser autosuficiente", sigue siendo sólo una manera de aferrarse a una identidad, de no depender de nada ni de nadie, de ser sólo uno mismo y de definirse por lo que somos. El “conócete a ti mismo” debe entenderse en este sentido: aprende lo que no necesitas y lo que no eres para ser sólo tú. De ahí el despojo y la búsqueda de la miseria que parecen un retorno al estado de naturaleza. Es cierto que se trata de conformarse a la naturaleza, pero, cínicamente, esto significa desnudarse y vivir en la miseria, porque el objetivo es la libertad ética de quien es “suficiente en sí mismo”. ¿Deberíamos entonces endurecernos para escapar de la necesidad y dejar de sentir hambre o frío esforzándonos por reducir las necesidades al mínimo? De ninguna manera. La indignidad es suficiencia perfecta porque consiste en obtener la satisfacción real y completa de la necesidad. No es tratando de escapar de la necesidad como logramos la autosuficiencia; es, por el contrario, sometiéndose a ella total y exclusivamente. El hambre es hambre; no es más que eso y no tiene nada que ver con la magnificencia de una comida, de platos refinados o de platería: “¿Quién tiene hambre de pasteles, quién tiene sed de vino de Quíos?”. Al reírse sólo de lo necesario y nada más, a Diógenes no le puede faltar nada y encuentra completa satisfacción ya que no necesita nada más. En resumen, el cínico identifica lo necesario y lo suficiente: “¿no es necesario lo que basta para las necesidades de todos?” (Luciano, de Samósata?). Lo menos que necesitamos comer es lo máximo que necesitamos; y por tanto es tener suficiente tener tan poco. Fijarse exactamente en la necesidad para que sea suficiente, tal es la regla de Diógenes a la que el sabio debe ser libre, como lo es el perro callejero que tiene ese poder de seguir siempre a la naturaleza, de no escapar nunca y satisfacerla en cualquier lugar, incluso en la calle.

El cinismo es un moralismo que exige un retorno a la simplicidad de la naturaleza, a la condición de autarquía. A diferencia del salvaje que, según Rousseau, ignora el vicio y la virtud y es totalmente libre sin sabiduría alguna, el cínico busca la virtud en la indigencia. Pero al tomar este “atajo”, inevitablemente entra en una dialéctica. No es tan fácil encontrar la simplicidad. La estricta necesidad de la necesidad no es fácil de seguir y, para estar satisfecho con ella, hay que ser capaz de encontrar lo necesario y saber ceñirse a ello. De ahí los tres momentos de cinismo.

En primer lugar, debemos aprender la sencillez, es decir, aprender a contentarnos con lo necesario, entrenándonos a soportar las privaciones con virilidad.

Luego, hay que saber discernir lo necesario de lo superfluo y buscar en todas partes lo que es suficiente, de lo que se puede prescindir y lo que no se necesita. ¿Para qué sirve un cuenco? Ya no encontraremos suficiente en lo que sólo es necesario, sino buscando eliminar lo que no es necesario y de lo que podemos prescindir.

Finalmente, y sobre todo, debemos seguir la verdad que nos exige distinguir lo que es de lo que parece ser y desafiar opiniones y convenciones. El cínico necesita una lucidez total, una atufia. Esta lucidez exige que lo que nunca se dice y muestra sea dicho y mostrado. Debemos razonar sobre todo y en todas partes, sin vergüenza. Y razonar no se trata tanto de probar algo sino de exponer la realidad, despojarla de opinión y afirmar sin rodeos y públicamente lo que es tal como es. Si no hay ningún daño en comer, ¿qué daño habría en comer la carne de cualquier animal? Y Diógenes, indiferente al disgusto que le provoca, no duda en comerse un pulpo crudo: “La carne, en efecto, no es menos carne, aunque esté mil veces cocida y aderezada con mil tipos de picadillo” (Juliano, IX Discurso). Incluso se dice que no le resultaba tan odioso comer carne humana, como les ocurre a los pueblos extranjeros.

Es a través de su relación con la verdad que el cínico se vuelve cínico. Y el símbolo de la verdad es la desnudez. La paradoja es que entre los cínicos esta desnudez se muestra sin vergüenza. “Por mucho que los hombres se estremezcan, la filosofía debe decirlo todo”. Hay cierta grandeza en la proclama de Sade, pero tal vez haya una contradicción, porque lo que hay que decir es precisamente lo que está debajo de todo discurso: A es A, como 2 y 2 son cuatro. La lucidez del cínico se apaga ante la realidad que revela y de la que precisamente no hay nada más que decir. “Diógenes pidió a Platón vino e higos; Platón le envió una tinaja llena. Entonces Diógenes le dijo: “Si te preguntáramos cuánto es dos más dos, ¿responderías veinte? No sabes dar exactamente lo que te piden, como tampoco respondes exactamente a la pregunta formulada. Y, dicho esto, le llamó hablador” (Diógenes Laercio)



Alain Chauve
Le cynisme des cyniques
Cahiers de Fontenay  Année 1993  13  pp. 77-84
Traducción: Yerko Isasmendi

viernes, 10 de noviembre de 2023

Teología Estoica


El objeto de la teología estoica era el principio rector del cosmos, en la medida en que también podría denominarse "dios". En consecuencia, los estoicos consideraban la teología como parte de la física, más específicamente como aquella parte que no se centra en los detalles y lo puramente físico aspectos de los procesos cósmicos, sino más bien en su coherencia general, teleología y diseño providencial, así como en la cuestión de cómo esta teología cósmica se relaciona con las formas populares de creencia y adoración(1). Las cuestiones cubiertas por la teología estoica incluyen la naturaleza del principio divino del cosmos, la existencia y naturaleza de los otros dioses, nuestra actitud adecuada hacia los dioses – es decir, la virtud de la piedad (eusebeia) y el vicio opuesto de la impiedad (asebeia), incluyendo nuestra actitud hacia los mitos y rituales tradicionales – y cuestiones relacionadas con el destino y la providencia, incluida la forma en que la humanidad puede conocer el orden providencial del cosmos mediante oráculos y adivinación.

Mientras que el padre fundador de la escuela, Zenón de Citio, todavía parece haber publicado sus puntos de vista teológicos en el contexto de su principal obra cosmológica. En general(2), sus sucesores otorgaron una posición más destacada a la teología como materia por derecho propio. Cleantes separó explícitamente la teología del resto de la física, o de la física en sentido estricto (DL VII 41), y escribió una obra separada Sobre los dioses. Perseo escribió una obra Sobre la impiedad. Esfero parece haber sido el primer estoico que escribió una obra separada Sobre la adivinación. Crisipo publicó no sólo Sobre los Dioses y Sobre Zeus, sino también obras dedicadas específicamente al destino, la providencia, la adivinación y los oráculos. Siguió los pasos de Cleantes al tratar la teología como una subdisciplina separada. En cualquier caso, afirmó que era la parte de la física la que debía tratarse en último lugar, colocándola así en la etapa final del plan de estudios (el estudio de la física en su conjunto. después de la lógica y la ética). Incluso afirmó que por esta razón se había dicho con razón que la teología era una especie de "iniciación" (teletê; Plutarco St. rep. 1035 A–B)(3). Como lo expresa una de nuestras fuentes:

«Las teorías sobre los dioses tienen que ser lo último que se enseña, además de todo lo demás, cuando el alma está fortalecida y es fuerte y capaz de permanecer en silencio frente a los no iniciados. Porque es toda una lucha escuchar las cosas correctas sobre los dioses y captarlas» (Etymologicum Magnum s.v. teletê = SVF 2.1008).

Antípatro de Tarso, alumno de Crisipo, no sólo discutió cuestiones teológicas generales en los libros séptimo y octavo de su Sobre el Cosmos (DL VII 148, 139), sino que también escribió una obra, en dos libros, Sobre la Adivinación (Cicerón Div. I 6). Panecio parece haber sido hasta cierto punto una excepción. Declaró que hablar sobre los dioses era "nugatorio" y no se registran opiniones positivas sobre detalles teológicos sobre él, mientras que dudaba seriamente de la viabilidad de la adivinación. Sin embargo, incluso escribió una obra Sobre Providencia(4). Posidonio escribió Sobre los Dioses, una obra Sobre Héroes y Demonios, y obras tituladas Sobre el Destino y Sobre la Adivinación. Los grandes estoicos de la época imperial, finalmente, discutieron aspectos de la teología en el curso de sus escritos predominantemente éticos, mientras que Séneca, como era de esperar, también aborda cuestiones teológicas en sus Naturales Quaestiones.

Como parte de la física en sentido amplio, la teología compartía, a primera vista, un estatus algo ambiguo con esta parte de la filosofía estoica. Desde un punto de vista didáctico, la física parece haber representado la culminación del plan de estudios filosófico, siendo un área que es objeto de estudio adecuado sólo para el filósofo avanzado, en el sentido más apropiado, tal vez incluso sólo para los virtuosos (es decir, los sabios). Como vimos, Crisipo ya defendió esta opinión, pero se repite en autores posteriores como Cleomedes y Séneca(5). Por otro lado, se suponía que la física, incluida la teología, proporcionaría la base para el resto de la filosofía estoica, en particular la ética(6). Este último punto lo deja bastante claro Plutarco, quien enfatiza que así como quienes promulgan decretos públicos anteponen la frase "Buena Fortuna", Crisipo prácticamente antepuso "Zeus, Destino, Providencia", y la afirmación de que el "El universo, al ser uno y finito, se mantiene unido por un único poder"(7). Plutarco puede respaldar esta afirmación con citas textuales de Sobre los Dioses de Crisipo y de sus Proposiciones Físicas (Plutarco St. rep. 1035 a. C.). El relato de la ética estoica en De Finibus de Cicerón termina señalando el mismo punto (Fin.III, 73):

«Tampoco nadie puede juzgar verdaderamente sobre el bien y el mal, excepto mediante el conocimiento de todo el plan de la naturaleza e incluso de la vida de los dioses»

Como culminación del plan de estudios filosófico y como una especie de base para la ética, la teología estoica aparentemente era considerada de importancia central para el sistema filosófico en su conjunto, y los títulos de los libros citados anteriormente muestran que las cuestiones teológicas ocupaban un lugar destacado en la agenda de la mayoría de los estoicos.


Leer texto completo

El empirismo espiritual de Sohravardî: sobre la recepción de Aristóteles en el Islam


Aunque ambos pueden ser considerados herederos de la filosofía griega, los pensadores cristianos y musulmanes no han hecho florecer de la misma manera esta herencia. Esta diferencia de perspectiva es fuente de malentendidos, y es por eso que en Occidente a veces nos preguntamos qué pasó con la enseñanza específicamente aristotélica en la tierra del Islam. Por tanto, es necesaria una breve aclaración.

¿Deberíamos hablar de filosofía islámica o de filosofía árabe? Las dos expresiones no cubren el mismo campo. Lo que llamamos “filosofía árabe” presupone una definición bastante restrictiva de la filosofía, como un pensamiento firmemente anclado en la filosofía griega, en particular en el aristotelismo, y que utiliza los procesos racionales que la caracterizan. También incluye filósofos judíos y cristianos de expresión árabe. Pero muchos autores, y no los menos importantes, quedan así excluidos del campo de estudio de los historiadores de la filosofía. De ahí la necesidad de agruparlas bajo el nombre de “filosofía islámica”, lo que conduce a una concepción más amplia de la filosofía, y también más cercana a la etimología del término. La “filosofía islámica” es, pues, la forma islámica de amar la sabiduría y de buscarla a través del pensamiento especulativo. Desgraciadamente, las facultades de filosofía de Occidente siguen prestando poca atención a esta filosofía islámica; Nos encontramos en la situación en la que un Sohravardî o un Ibn 'Arabî, autores importantes y esenciales del pensamiento del Islam, son estudiados por arabistas, historiadores o islamólogos, pero generalmente despreciados por los estudiantes de filosofía y sus profesores.

De hecho, desde Ernest Renan, se ha extendido en Occidente la idea de que la filosofía en tierras del Islam no había sobrevivido a la muerte de Ibn Rušd (Averroes), a quien Renan había dedicado una tesis. Es Henry Corbin quien merece el mérito de haber socavado el racionalismo de Renan y de haber socavado los cimientos del desprecio con el que éste sentía el pensamiento islámico. Autor de una magistral Historia de la Filosofía Islámica, Corbin, platónico convencido, trabajó durante toda su vida para sacar del olvido a las grandes figuras islámicas que no habían sido juzgadas dignas de recibir el nombre de "filósofos".

Los autores que tienen este honor son bien conocidos: está al-Kindî, el primer gran filósofo árabe, al-Fârâbî (apodado “el Segundo Maestro”, siendo el primero Aristóteles), Ibn Sĩnã (Avicena) y Ibn Rušd (Averroes). Hay otros, pero estos son los principales. ¿Por qué estos? Todos ellos tienen en común que perpetúan el aristotelismo, que por tanto parece identificarse con la filosofía en general. Esta identificación, sin embargo, plantea dos problemas.

Durante el gran movimiento de traducción de obras griegas al árabe, en el siglo IX, los traductores pusieron en circulación una paráfrasis árabe de las Enéadas IV, V y VI de Plotino bajo el título La Teología de Aristóteles. El contraste entre este pseudo-Aristóteles y el auténtico Aristóteles no dejó de aparecer ante los lectores musulmanes. Pero fue posible atribuir esta divergencia a una diferencia de método. El enfoque empírico de Aristóteles fue así entendido como el complemento necesario al idealismo platónico, como lo explicó al-Fârâbî en su intento de armonizar las enseñanzas de los “dos sabios”. También se podría considerar que había una cuestión de grado de verdad: Aristóteles representó así la filosofía exotérica de Platón, y entregó, en su Teología, la verdadera doctrina esotérica, que, siendo una, difícilmente podía contradecir a la enseñanza platónica. Hubo muchos intentos de distinguir a Platón y Aristóteles; Ibn Sĩnã parece haber sido el primero en sospechar que la Teología era apócrifa. Más tarde, Ibn Rušd intentaría purificar el aristotelismo de la interferencia platónica. El hecho es que esta distinción tuvo poca resonancia: los filósofos musulmanes, en general, leen a Aristóteles como ya lo leían los neoplatónicos de la Antigüedad tardía. Por lo tanto, el aristotelismo musulmán está fuertemente teñido de (neo)platonismo, desde el principio.

El segundo problema que plantea la identificación de la filosofía con el aristotelismo es la omisión que conlleva de numerosos autores cuya posteridad en tierra del Islam fue mucho más considerable que la del aristotelismo puro (o supuesto tal) de un Ibn Rušd. La sobrevaloración de este último en Occidente no se corresponde en modo alguno con su recepción en Oriente, donde ha sido totalmente ignorado. Por otra parte, dos autores más o menos contemporáneos de Ibn Rušd tuvieron un inmenso impacto en Oriente: Sohravardî (m. 1191), redescubierto por Henry Corbin, e Ibn 'Arabî (m. 1240), que sacudió la metafísica islámica tan profundamente que ningún autor pudo ignorarlo en los siglos siguientes.

Sohravardî y la “filosofía oriental”

El caso de Sohravardî es particularmente representativo de la recepción islámica de Aristóteles. Al principio fue un puro peripatético. Le debemos varias obras inspiradas directamente en el maestro griego. Pero Sohravardî era un filósofo practicante y musulmán: la filosofía incluía para él un lado existencial, por así decirlo, o al menos práctico. En esto, los filósofos musulmanes son los continuadores de los filósofos de la Antigüedad que, como demostró Pierre Hadot, vivían la filosofía y no se contentaban con especulaciones teóricas.

Sohravardî era, por tanto, un hombre piadoso que realizaba numerosos ayunos y oraciones. En su obra maestra, El Libro de la Sabiduría Oriental, dice que su contenido le llegó repentinamente, durante una experiencia mística. Allí desarrolló su proyecto de combinar las diferentes fuentes de la Sabiduría (islámica, griega e incluso zoroástrica), no en una especie de sincretismo artificial, sino mediante su resurrección y su integración en un todo coherente: la filosofía ishrâqî u oriental. Oriente es el lugar por donde sale el sol, de allí surge la luz. Dirigirse hacia Oriente, orientarse, es dirigirse hacia el punto de partida de la emanación luminosa y, por tanto, simbólicamente hacia el Uno. La filosofía de Ishrâq es, pues, oriental en el sentido de que se presenta como un ascenso hacia la Luz de las luces, de donde proceden todos los seres. Pero este ascenso no es tanto teórico o especulativo como personal. La culminación de Ishrâq es la aparición de una nueva mañana en el alma, o el ascenso hacia la mañana del alma. Se trata de regresar –una conversión, diría Plotino– al Principio, no de las cosas, sino de uno mismo. No estamos en una perspectiva iluminativa ontológica sino espiritual (de hecho, el término Ishrâq significa tanto Oriente como iluminación). La empresa racional de la filosofía es sólo el primer paso en el retorno al Principio, porque, como escribe Henry Corbin, en el volumen de la cuadrilogía En el Islam iraní dedicado a Sohravardî y los platónicos de Persia: «El filósofo que no sabe que su filosofía debe desembocar en una realización espiritual personal, pierde el tiempo en investigaciones inútiles» (aunque, por el contrario, la realización espiritual sólo encuentra su perfección si se basa en una sólida formación filosófica). No se trata de buscar un conocimiento teórico y externo de las cosas cristalizando en lo que Heidegger llamaría “la clasificación de los seres”. El verdadero conocimiento está más allá de la filosofía.

Sohravardî escribe en otra obra que «las construcciones relatadas por los filósofos son un completo desperdicio y su propósito no es otro que el de perder el tiempo innecesariamente (…) Porque al final sólo quedan montones de escritos. Pero hay personas que, dándose aire de filósofos, se dejan seducir por esto, considerando que un hombre puede ascender en la familia de la sabiduría teosófica leyendo sólo libros, sin tener que entrar en el camino de la sabiduría teosófica, el mundo espiritual dentro de sí mismo, sin experimentar personalmente la visión de seres espirituales de Luz»

Lo importante es esta concepción de un pensamiento filosófico que necesariamente debe conducir a la experiencia mística: el verdadero Sabio no es aquel que domina a Aristóteles de adentro hacia afuera, sino aquel que domina a Aristóteles y ha avanzado en el camino del Conocimiento directo. Al empirismo material del peripatético hay que añadir un empirismo espiritual, sin el cual el primero no es más que ceguera.

Es la pareja complementaria de esoterismo y exoterismo, análoga a la del alma y el cuerpo, o a la del conocimiento y la acción, la que aquí está en juego. No podemos entender la filosofía islámica, ni el pensamiento del Islam en general, si no vemos que está estructurado por esta dualidad (que no es un dualismo). A partir de entonces, Aristóteles sólo podrá ser percibido como un exoterista, como lo son, en otro género, los doctores de la ley islámica que se contentan con la exterioridad de esta última, sin cuestionar su significado metafísico y existencial.

Culpar a la civilización islámica de no haber dado a Aristóteles el lugar que, según algunos, merece es olvidar que su pensamiento sólo se aplicaba, a los ojos de los filósofos musulmanes, a los mundos inferiores.