Anne-Marie Adélaide Lenormard



Anne-Marie Adélaide nació en Alençon (Orne), el 27 de mayo de 1772. Fue educada en un convento benedictino hasta 1780, en donde ya había comenzó a realizar predicciones para sus jóvenes compañeras.

Huérfana, sin recursos, fue aprendiz de costurera en Alençon, luego cajera en una tienda de lencería. Atraída por París, llegó a la capital en vísperas de la Revolución. Después de trabajar para un comerciante de telas, se convirtió en lectora del Comte d'Amerval de la Saussotte. En 1789 predijo «cambios en la constitución del clero y el cierre de conventos», lo que, dadas las circunstancias políticas, no fue realmente premonitorio.

En 1790, Anne-Marie Lenormand fue a Londres para consultar al famoso Doctor Gall (1758-1828, inventor de la frenología), quién después de haberle palpado el cráneo durante mucho tiempo, habría exclamado: «¡El chichón!, Tienes el don de la adivinación. ¡Serás la sibila más grande de Europa!».

De regreso a París, conoce a dos personas que guiarán su futuro: Louise Françoise Gilbert, impresora de cartas (ella le enseñó el oficio) y el panadero Flammermont. A partir de entonces, dejó su trabajo de lectora, se unió a ellos y se mudó a la rue de Tournon (París, distrito 6), en el n° 5, donde abrió, en el Planta baja un “Gabinete de lectura de Cartas”. Flammermont se hizo cargo de las provisiones de estas damas y distribuyó folletos exaltando los talentos de la señorita Lenormand, transformada en «una joven estadounidense que había cruzado el océano para que los franceses se beneficiaran de sus talentos excepcionales».

El gabinete prosperó muy rápidamente, la joven Lenormard se especializada en la lectura del futuro y un análisis de la persona a través de las cartas y la borra del café. Sus dotes de clarividencia (o penetración psicológica) la hicieron famosa. Hébert, Camille Desmoulin, Danton, Barère, Marat, Saint-Just y Robespierre fueron algunos de sus asiduos consultantes. Años después sus servicios serian requeridos por la emperatriz Joséphine, Napoleón, Dorothée, hija de la princesa de Courlande, el zar Alejandro I, entre muchos otros personajes de la nobleza, lo que le granjeo una gran fortuna que le permitio comprar edificios en Alençon (donde iba varias veces al año a ver a su familia), en París (rue de la Santé), tierras de cultivo y viñedos al oeste de la ciudad de Poissy (Yvelines), finalmente , una casa de campo en 1811 Cerca de París[1].

Aprovechando su fama como sibila, publicó una serie de libros: ''Souvenirs prophétiques d'une sibylle sur les causes secrètes de son arrestation, le 11 décembre 1809'' (Paris, 1814), ''La sibylle au tombeau de Louis XVI'' (1816), ''Oracles sibyllins'' (1817), ''La sibylle au congrès d'Aix-la-Chapelle'' (1819) y ´´Mémoires historiques et secrets de l'Impératrice Joséphine'' (1820).

La afamada sibila murió el 25 de junio de 1843, a los 71 años, tras un infarto (su predicción de morir a los 115 años no se había cumplido). Su funeral al cual acudóo una gran multitud se celebró dos días después en la Iglesia Saint-Jacques-du-Haut-Pas. Después del servicio religioso, el coche fúnebre, tirado por cuatro caballos y seguido de una larga procesión donde hubo muchas mujeres pero también personalidades (incluido una habitual de la clarividente: Guizot, entonces ministro de Asuntos Exteriores) se dirigio lentamente al cementerio de Père-Lachaise[2], donde yace hasta el día de hoy.




Yerko Isasmendi


Notas

1La fortuna de la señorita Lenormand era bastante abundante. Había dotado a una de sus sobrinas 300.000 francos y dejó a su sobrino, un oficial del ejército africano, 500.000 francos en bienes raíces.
2) World Directory of Napoleonic Memories , p. 293

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