Angeología Mazdeista


La angelología es un tema muy interesante dentro del zoroastrismo, pero es necesario abordarlo de  forma integral, que para no caer en confusiones o malas interpretaciones. Razón por la cual, esta temática lo trataré en una serie de monografías.

Algunos sectores dentro del zoroastrismo, se oponen tenazmente al tratamiento de este y otros temas, movidos por un afán de modernismo y reforma, basabas tan solo en aproximaciones académicas cientificistas, carente de una visión tradicional y suprahumana.

Para referirse al inicio o a la creación de las entidades celestes, es necesario remitirse a las rondas creativas de Ahura Mazda. En otras oportunidades me he referido al inicio de la creación, al tratar el tema del mal. Es conveniente hacer un pequeño resumen de la rondas creativas para poder explicar en forma clara el desdoblamiento del absoluto, en las dos potencias (latencias) creativas y su posterior multiplicidad que va en aumento en forma exponencial, en forma descendente desde el estado más puro hasta las formas más densas del mundo corpóreo.

Es conveniente volver a hacer notar un hecho importante, ya tratado al referirnos al mal:

«el ser humano, así como la mente, como todo lo terreno, son reflejos, resonancias, de una realidad celestial con la que se emparejan. El doble plano o doble estado del ser, designados por los términos Menok y Getik. No estamos hablando de una simple oposición entre idea y materia. Menok es un estado celestial, sutil, espiritual, pero perfectamente concreto y Getik designa un estado terrestre, visible material, pero de una materia completamente luminosa, Getik (lo terreno) en ningún modo designa una caída de los espiritual, sino la consumación y plenitud de la manifestación divina vibrando en múltiples ecos»[1]

Hay que precisar que el Universo comprende cuatro mundos principales que son esferas concéntricas en donde cada esfera que abarca a otra:

  1. MINOI (menok) o Mundo del Espiritual
  2. JIRMANI o el Mundo Planetario. Hablando ampliamente, MINOI JIRMANI constituyen HASTI o los Mundos de Luminosidad Permanente
  3. NISTI o el Mundo Extremista-físico Evanescente que contienen muchas dimensiones
  4. GETI (getik) o lo terreno

Ahora bien, con esto quiero decir, que todo lo terreno, ustedes, yo, y por supuestos nuestras mentes, somos reflejos de realidades espirituales que nos anteceden, todo lo terreno se produce o sucede, solo como un pálido eco de lo que sucede en la atemporalidad, pues todo realidad solo transparenta los rasgos de una entidad celestial. Pues cada ser humano o actitud mental, es un complemento de una realidad celestial.

Al estar la creación de Dios animada en un movimiento continuo de recreación de si misma, de evolución, de expansión concéntrica; el movimiento creativo de Dios, que al irse expandiendo va creando nuevos mundos, es regido y gobernado a través del baile celeste de la doble manifestación del todo, que se hace presente, cuando el eterno se hace consciente de si mismo. Esta doble manifestación, que es la potencialidad de las ilimitadas y eternas resonancias del proceso creativo de dios, son las que sostienen y dar forma a las rondas creadoras del movimiento progresivo de la mente divina.

Dicha doble emanación al contener las ilimitadas potencialidades de Dios, son opuestas en cada aspecto, una negación complementaria de la otra (volvemos al punto del doble estado de la creación), pero no un contrario. Un contrario tiende anular a su antagonista, un opuesto es su complemento, complemento necesario para dar con la armonía, estabilidad, justicia y rectitud que son atributos de Asha, la ley que gobierna la creación.

El juego de estos dos opuestos (complementarios) son los que dan armonía al universo, el equilibrio de estos fabrica todas las cosas, en donde toda realidad física, esta formada por dos opuestos, donde estos son solo una potencialidad, por tanto búsqueda e ilusión. La expresión de dichas potencialidades solo se manifiesta en la creación que ellos sustentan”

Imaginemos estas rondas creativas de Dios, como una fuente de agua de viva (Ahura Mazda), reposando en su propia existencia, vibrando al compás de si mismo (sabiduría y amor), vibración que precisamente es la que rebalsa la fuente (el todo), comenzando el derrame del amor, sabiduría y vida de dios (creación), desde su fuente en cascadas hacia un plano más bajo, en donde el agua de vida, refleja el todo del que ha emergido (Spenta Manyu). Cuando el agua de vida se encuentra con la luz de Dios que ilumina la faz del todo, se produce la refracción de la luz de dios, dando nacimiento a los 7 Amesha Spenta.

A su vez, los reflejos proyectados por los Ameshas Spentas en los mundos que van naciendo del derrame del amor y sabiduría de Dios, dan nacimiento a los Yazatas.

De la misma forma los Fravahis nacen de las proyecciones de los mundos más elevados, morada de los Yazatas, hasta llegar a nuestro plano, en donde nosotros mismos somos reflejos de los Fravahis. En cada uno de estos descensos creativos de dios que van formando nuevos planos y mundos se reproduce (repite) la partición de la totalidad como un teatralización cósmica del misterio divino, donde la totalidad se vuelve dualidad y la dualidad es rectora de la multiplicidad, tomando diversas formas y atributos. En nuestro plano dicha teatralización, dicho reflejo o eco del inicio creador de Ahura Mazda, es llevado a través de Gayômard (pahlavi; en avestico Gayomaretan); el primer hombre (en sentido genérico, pues Gayômard es andrógeno); más bien dicho, la potencialidad del hombre como raza, como especie, en el mitico Gayômard, están contenidas las potencialidades divinas y humanas, la totalidad de nuestra especie, late en dicho primer hombre. La dualidad soporte y rectora de los procesos creativos, en nuestro plano están contenidas en Mashyê y Mashyânê, la pareja divina; el hombre y la mujer, como ente separados, reflejos incompletos de su fuente, de su naturaleza de Unidad (naturaleza perdida, pero añorada que los llevara a buscar su totalidad a través del amor de pareja, cimiento y sustento de la vida). Mashyê y Mashyânê nacidos de una planta de ruibardo, de la tierra fecundada por la cimienta de Gayomard, serán la emanación dual de Ahura Mazda en este plano, a través de ello, el proceso creativo tomará forma y cauce.

Resumiendo esta primera parte, cada uno de nosotros es el reflejo de un Fravashi, el cual es un reflejo de un Yazata; los que su vez son reflejos de los Amesha Spenta; siendo estos reflejos de Ahura Mazda. En cada uno de nosotros mora Dios, en cada uno de nosotros laten las esencias divinas (las cualidades de Dios) - según este esquema - , su regalo de vida y amor; por tanto el reencuentro con Dios, no es un viaje extra-corporal, sino inter-corporal, es un viaje exotérico, hacia nosotros mismos, la luz de Dios esta en lo profundo de cada uno de nosotros, la conexión con el Fravashi que nos acompaña y guía durante nuestras vidas, es el primer paso, para el reencuentro con las cualidades de divinas (Amesha Spenta) en forma progresiva y sucesiva, el conocimiento y la unión con Haurvatat y Ameretat (la integración, la totalidad, y la inmortalidad), lo que nos lleva a vivir la gracia de dios, ya en este mundo, al lograr dicho estado mental (espiritual).

Para terminar, quisiera poner énfasis que si bien es cierto la analogía que he usado (cascada, agua, luz, refracción) es sencilla y puede parecer un poco burda; contiene profundas verdades. Dicha analogía no debe ser tomada en forma textual, sino alegórica, y los invito sinceramente que profundicen en sus imágenes y símbolos.

El grave error de los modernistas dentro de la fe zoroastriana es precisamente el tomar el forma literal las alegorías, símbolos y enseñanzas más elevadas de dicha fe. Su desconocimiento de la simbología sagrada; la simplicidad y la materialidad de sus razonamientos los alejan cada vez más del núcleo sagrado, quedándose con la cáscara, con el armazón. Siendo incapaces de penetrarlo, intenta cambiarlo en forma acomodaticia (solo basados en sus mentalidades modernas que endiosan el cientificismo); sin ningún lazo con nuestra tradición religiosa de más de 8.000 años.

En las sucesivas entradas en los cuales seguiré tratando el tema de los Ángeles en el Zoroastrismo, analizaré en forma detenida cada una de las emanaciones de Dios, en seres de luz.


Yerko Isasmendi 



Notas

1Consultar los ensayos La Senda de Asha y el Bien y el Mal en el Zoroastriamo

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