Mujeres eruditas en la edad de oro de los musulmanes



Muchas mujeres jugaron un importante rol intelectual en la historia del Islam, ellas fueron eruditas y profesoras de muchos conocidos ulemas, como por ejemplo, la brillante Anas Jatun, experta en hadices que había recibido autorización de Zayn al-Din al-'Iraqi para enseñar. Son famosas sus conferencias públicas, a las que asistían una multitud de ulemas, entre los cuales estaba, por mencionar alguno, el Imam al-Sajawi. Luego de la muerte de su marido Ibn Hajar al-'Asqalani, Anas Jatun se dedico a la vida de piedad y ayuda a los necesitados, ganado fama de santidad.

Al-Shifa bint Abdullah se encontraba entre las pocas personas en la época pre-islámica que sabían leer y escribir. Es considerada como una de las primeras mujeres docentes en el Islam. Durante la época del Califato de Umar (Radhiyallahu-Anha),  fue nombrada como administradora pública a cargo del mercado de Medina. Su posición era similar a la posición combinada de un administrador y contador. Además era experta en las prácticas médicas, sobre todo en la práctica de la ruqyah.

Amra bint Abdurrahman fue una de los más grandes eruditos entre la segunda generación de los primeros musulmanes. Ella fue jurista, mufti (dar opiniones legales) y maestra del hadiz.

Umrah, o 'Amra, bint Abdur-Rahman fue alumna de Aisha bint Abu Bakr (Radhiyallahu-Anha), la esposa del Profeta (Sallallahu 'Alaihi wa Aalihi wa Salam), y una transmisora influyente de hadices. Umrah es conocida por haber tenido el mejor conocimiento del hadiz, transmitido a ella, a través de  Aisha (Radhiyallahu-Anha). Con su amplio conocimiento, Umrah era considerado una voz autorizada del hadiz y estuvo por encima de muchos otros académicos masculinos durante este período. Fue a menudo citado por los eruditos islámicos, por proporcionar hadices fiables, y fue clasificada como jurista. Sobre ella el Imam Ahmad Ibn Hanbal dijo: «La jurista, Umrah bint Abdur Rahman fue criada por Hazrat Ayeshah . Ella relató un gran número de Hadices, que son auténticos. Su memoria es aguda».

No pocas han sido las mujeres que a lo largo de la historia del Islam, han destacado en la memorización de hadices, no debemos olvidar, que muchas mujeres escucharon directamente hadices de Rasulullah (Sallallahu 'Alaihi wa Aalihi wa Salam), además de obviamente sus esposas; entre las cuales, destaca Aisha (Radhiyallahu-Anha) por la gran cantidad de hadices narrados por ella, que nos han llegado a través de las colecciones más famosas de hadices. Podemos citar además a Fatimah bint Qays quién memorizo un largo hadiz de Tami al-Dari, después de oírlo una sola vez. Ella relata que poco tiempo después de la muerte de su esposo, escuchó el llamado a la oración y se fue a la mezquita a orar: «Yo estaba en la fila de las mujeres. Cuando el Mensajero de Allah (Sallallahu 'Alaihi wa Aalihi wa Salam), terminó su oración, se sentó en el púlpito y sonrió. Luego dijo: que todo el mundo permanecen en su lugar. entonces - preguntó, ¿Saben por qué los he reunido? Dijimos que Allah y Su Mensajero saben mejor. Él dijo: Por Allah que no los he reunido por cualquier cosa que desee, o por cualquier cosa que temo. Más bien, os he reunido porque Tamim Al-Dari que era un cristiano, vino y prometió lealtad, y ha abrazado el Islam, y me contó una historia que confirma lo que he estado diciendo acerca del Anti-Cristo». Muhammad Akram Nadwi al respecto señala: «su dedicación al aprendizaje puede ser medido por el hecho de que a pesar del reciente fallecimiento de su esposo, se apresuró a ir a la mezquita cuando se enteró de que iba haber un sermón, tras lo cual, lo memorizo y trasmitió  siendo posteriormente registrado en Sahih Muslim y otras compilaciones de hadices». At-Tabarani compilo el Al-Adhadith at- Tiwal (Los Hadices largos), que contiene varias tradiciones narradas por mujeres.

La hija de Sa’id ibn Al-Musayyab - quién tenia un conocimiento excepcional de hadices proféticos - aprendió todos los hadices de su padre. Abu Bakr ibn Abi Dawud reporto que  'Abd Al-Malik ibn Marwan (el califa omeya) pidió a la hija de Said en matrimonio para su hijo Al-Walid. Sa'id rechazó la propuesta prefiriendo casarla con uno de sus alumnos más pobre. Su marido dijo acerca de ella: «Ella fue una de las personas más bellas y más expertos en el conocimiento de memoria del Libro de Allah, y con mayor conocimiento de la Sunnah del Profeta (Sallallahu 'Alaihi wa Aalihi wa Salam), y más consciente del derecho del marido».

Abu Nu'aym (d.430) narro que «una mañana su marido tomó su manto para salir. Ella le dijo: ¿A dónde vas?. El le respondió: A la reunión de Sa'id para obtener conocimiento. Ella le dijo: Sentaos aquí, te voy a enseñar el conocimiento de Sa'id».

Del mismo modo, la hija del Imam Malik aprendido todos sus hadices y memorizado el Muwatta completo, el mejor libro de su tiempo que combinaba Hadiz y Fiqh (jurisprudencia). Az-Zubayr (d.256) dice: «Malik tenía una hija que sabía su conocimiento [El Muwatta] por corazón, quién solía estar detrás de la puerta. Cuando un lector cometía un error, ella lo corregía. Su hijo Muhammad, no estaba versado en el estudio y la erudición». A veces se paseaba con sus ropas desordenadas. Malik decía a sus alumnos: «Los buenos modales están en las manos de Allah. Este es mi hijo y esta es mi hija". Otras mujeres de Medina narraron extensamente de Malik, entre ellas, 'Abidah Al-Madaniyyah, quién era famosa por conocer una gran cantidad de hadices de memoria. Ibn Al-Abbar dijo«Ella narró una gran cantidad de hadices».

Solo en Damasco hubo 35 mujeres que conocían en su totalidad el Sahih al-Bujari (incluyendo sus cadenas de narraciones de memoria)

La Universidad más antigua del mundo que aun hoy funciona, es la madraza de Qarawiyyin fundada por Fatima Al-Fihri (apodada “Oum al Banine”, que significa “madre de los chicos”) una mujer musulmana hija de un importante comerciante tunecino que se trasladó con toda su familia desde Túnez a Marruecos. Tras morir su esposo, Fátima quiso dedicar su fortuna a la comunidad construyendo la mezquita junto a la madraza.

Por último mencionar a algunas grandes mujeres en la Vía del tasawwuf; como Rabia al-Adawiyya, Fátima de Córdoba y Shams de Marchena (Shams umm al-fuqará), estas últimas maestras de Ibn ´Arabi.


Yerko Isasmendi


En el libro "Muhaddithat" aparecen 8.000 relatos biográficos de eruditas del hadiz.

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