Cavilaciones sobre la Casa de Dios



Rosario Carollo en su ''L'invisibile e l'uomo'' al hablar del Betilo (aerolito/meteorito), nos precisa que es el símbolo del centro sagrado, una forma natural que vela lo divino. Una "habitación divina", que en el judaísmo sería la mishkan, el tabernáculo del templo, donde mora Dios, la sede de la Shejinah que solía ser representada por una forma cónica o en la forma de pilar. Esta piedra del cielo en donde moraba lo divino, era considerada una piedra profética, una piedra parlante, es decir, una piedra que hacía oráculos. Las religiones abrahámicas[1] desde siempre les han otorgado una especial veneración a estas piedras “donde mora lo divino”[2]. En el Génesis por ejemplo se nos relata cómo Jacob tras usar una piedra como almohada tuvo una visión celestial, tras lo cual, llamo a esta piedra “La Casa de Dios” y la erigió en forma de estela[3] y en el mundo musulmán tenemos la al-Hayar-ul-Aswad (Piedra Negra) de la Kaaba, piedra que descendió del paraíso blanca como la nieve, pero que a raíz de los pecados de los hombres se fue oscureciendo.

Esta idea de “Piedra Fulminante” y “Casa de Dios” la encontramos en el triunfo XVI del Tarot de Marsella, donde es llamado “La Mansion Dieu” (La casa de Dios)[4].


Andrea Vitali en sus ensayos sobre la iconografía del Tarot, menciona que durante el renacimiento el triunfo XVI fue conocido como: «"Sagitta" ("rayo/flecha")[5] y otros autores, incluidos Garzoni, Piscina, Pomeran y Teofilo Folengo la llaman "Il fuoco" ("el fuego"). Pero también fue llamada "La casa del diavolo" (La casa del diablo) en Ferrara y "La casa di Plutone" (la casa de Plutón) o simplemente "La casa" por Pietro L'Aretino. Además se la llamó "La casa del dannato" (La casa del condenado), "Inferno" (Infierno) y "Cieli" (Cielos)». Vitali señala que el triunfo XVI sería «una alegoría, la de la destrucción de una casa por un rayo o un fuego que, de acuerdo con las nociones cosmológicas de la época, se creía proveniente de la Sphera Ignis, la esfera o círculo de fuego ubicada sobre la Tierra». Esto explicaría el lugar de este triunfo, precedido por Le Diable y seguido por L´Estoille, La Lune, Le Soleil; cuerpos celestiales que encontramos en los tarots después de la carta XVI.

Si miramos dicha carta podemos ver como una torre es destruida en su parte superior por un rayo que cae del cielo. Gougenot des Mousseaux, en su libro “Dieu et les Dieux, ou un Voyageur Chrétien” (1854) nos dice que el aerolito, particularmente, por su conexión con la esfera celeste, representa la casa y la vestidura de un dios que desciende a la tierra. Para Vitali en base al estudio de mazos antiguos como hoja de Cary y el Tarot de Jacques Vieville, el significado de la carta es claro, «el fuego divino en forma de relámpago destruye la casa de Job que esta en manos del diablo, puesto que este tenía permiso de Dios para poner a prueba la fe de Job en su Señor, destruyendo su casa y sus animales»[6].

Sobre esta idea de piedra del cielo (donde mora lo divino) como castigo, Marcos Méndez Filesi en su ensayo “El señor de las tinieblas”[7] nos precisa que «la idea que los rayos podían ser de dos naturalezas distintas, una destructiva y otra benéfica, se encuentra ya en Plinio, quien en Naturalis Historiae (XXXVII, 134) divide las piedras del rayo en negras y rojas. Con las negras y redondas, que eran sagradas y se llamaban betilos, se podían derrotar ciudades y flotas enemigas, mientras que las rojas solían definirse como simples rayos. El betilo —término derivado del hebreo Beth-el, Casa de Dios— fue asignado por la tradición popular a todas las piedras de procedencia celestial».


Yerko Isasmendi


Notas

1En el paganismo tenemos ejemplos, como en el Omphalós, la piedra dejada por Zeus en el centro (ombligo) del mundo o en la Piedra Negra de Pesimonte por citar solo un par.
2) Estas piedras que son moradas de lo divino (Beithel) están relacionadas en su etimología con los aeolitos o piedras fulminantes (Betilos).
3) Génesis 28:10-19
4) Lamentablemente en la mayoría de los mazos modernos, este nombre ha sido reemplazado por el de La Torre. Tchalaï Unger en su libro "El Tarot La Respuesta del Futuro" señala que «suprimir o sustituir el nombre de una carta en el Tarot equivale a intentar anular, desviar o modificar una pieza importante de la maqueta, sin embargo, todas las piezas son importantes, todas son insustituibles».
5) Sermo perutilis de ludo cum aliis (Sermón sobre los juegos de azar), más conocido entre los angloparlantes como “Sermón de Steele” en honor a Robert Steele, el historiador que lo dio a conocer en 1900; es parte de un conjunto de sermones manuscritos del siglo XV. El Sermo de ludo señala una lista de los juegos de taberna de la época. Más info
6) Leer La Carta de la Torre de Andrea Vitali
7) Leer El Tarot: 12. El Señor de las Tinieblas

No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.