Sobre un libro de Saint-Martin y el Tarot


Ya en otras ocasiones he comentado los desvaríos imaginativos de Eliphas Lévi, uno los grandes del ocultismo con respecto al Tarot. Uno de estos "vuelos imaginativos" tiene que ver con el segundo trabajo publicado por Saint-Martin, me refiero al libro "Tableau Naturelle" (1782).

Lévi en su "Dogme et Rituel de la Haute Magie" afirma: «Los verdaderos iniciados, contemporáneos de Etteilla, los Rosacruces, por ejemplo, y los Martinistas que estaban en posesión del verdadero Tarot, como lo prueba un libro de Saint-Martin, en que las divisiones son las del Tarot…». Más adelante comenta «Saint-Martin, en su "Tabla natural de las relaciones que existen entre Dios, el hombre y la naturaleza", ha seguido, como ya hemos dicho, la división del Tarot y da sobre las 22 claves un comentario místico bastante extenso; pero se guarda muy bien de decir de dónde ha tomado el plan de su libro y de revelar los jeroglíficos que comenta».

Cuatro años más tarde, en su "L'Histoire de la Magie" señalo «La escuela de los filósofos desconocidos fundada por Martinez de Pasqually y continuada por Saint-Martin, parece haber contenido a los últimos seguidores de la verdadera iniciación. Saint-Martin conocía la antigua llave del Tarot».

Oswald Wirth por su parte fue más cauto, a pesar que esta obra estaba en la biblioteca de Stanislas de Guaita, no mencionada nada en su trabajo "Stanislas de Guaita et sa bibliotheque occulte"(1899), como tampoco en su "Le tarot des imagiers du moyen-âge"(1927), libro que es considerado un clásico en el tema.

Sin embargo, otros ocultistas si se hacen eco de la "leyenda", entre ellos podemos mencionar el celebre "Manuel bibliographique des sciences psychiques ou occultes" (1913) de Albert-Louis Caillet; en donde en el tercer volumen dice: «Esta obra es ciertamente la obra maestra del Filósofo Desconocido, la cual contiene toda su doctrina. Basada enteramente en las 22 claves del Tarot y en la gran ley de la analogía, su propósito principal es explicar las cosas por el hombre, en otras palabras, estudiar el Universo o el Macrocosmos por el Microcosmos».

Y como la imaginación ocultista es muy fecunda, un miembro de la Orden Martinista de Papus, Eugene Dupré publicó una serie de artículos en la revista Eon, donde trato de resumir los capítulos del libro de Saint-Martin con la ayuda de unos teoremas, que por su formato y nombres guardan una gran semejanza con los arcanos del Tarot.

Pero si analizamos el contenido del libro de Saint-Martin veremos que no exista nada que pueda sugerir una relación con el Tarot, más allá que este cuenta con el mismo número de capítulos que el Tarot. La idea peregrina de Lévi que señala que la Tableau Naturelle era un comentario místico del Tarot no tiene evidencia alguna. Además Saint-Martin nunca mostró en sus obras interés alguno por el Tarot. Tableau Naturelle se basa en gran parte en la doctrina de Martines de Pasqually.

La lectura de la nota que Jean-Baptiste-Modeste Gence dedico al segundo libro de San Martin es suficiente para demostrar que el tema abordado en el libro Le Tableau Naturel está muy alejado de cualquier tema que se pueda relacionar con el Tarot.

«En esta obra, compuesta en París por consejo de algunos amigos, el autor infiere, la superioridad de las facultades del hombre y de sus actos sobre los órganos de los sentidos y sobre sus actos, que la existencia de la naturaleza, general o particular, también es producto de poderes creativos superiores a este resultado. Sin embargo, el hombre depende de las cosas físicas, cuya idea sólo adquiere por la impresión que causan en sus órganos. Pero al mismo tiempo tiene nociones de otra clase, ideas de la ley y poder, orden y unidad, sabiduría y justicia. Por lo tanto, depende de sus ideas intelectuales y morales, así como de las ideas extraídas de los sentidos.

Sin embargo, estos proceden de allí: por lo tanto, se origina en otra fuente; de las facultades exteriores, que producen pensamientos. Pero, ¿ de dónde vino esta dependencia? Del desorden producido por una causa inferior, que se opone a la causa superior, y que dejó de estar bajo su ley. El hombre ha caído: desde entonces, lo que existía en principio inmaterial se sensibilizó en formas materiales. El orden y el desorden se ha manifestado, Sin embargo, todo tiende a volver a la unidad de la que salió.

Si como consecuencia de esta caída, las virtudes o facultades morales e intelectuales han sido compartidas por el hombre, debe trabajar, reviviendo su voluntad mediante el deseo, para recuperar aquello de lo que ha sido separado. Pero su regeneración sólo puede tener lugar en virtud del acto Reparador, cuyo sacrificio sustituyo a las expiaciones que tenían lugar antes de la ley del espíritu[1]» .



Yerko Isasmendi


Notas

1Gence, Notice biographique sur Louis-Claude de Saint-Martin, 1824, p. 19-20

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