La Silsilah en el Sufismo



El objetivo de este trabajo no es poner en tela de juicio las materias tratadas, sino hacer un llamado al análisis por sobre el seguimiento y repetición de informaciones que “pueden” no ser tan exactas como creemos. En estas líneas no postulo una teoría o una afirmación, sino más bien, es una invitación a pensar.

En este caso puntual, el objetivo es ver que quizás la espiritualidad es algo tan grande y tan basto, que circunscribirla a parámetros pre-establecidos es amputar parte de su legado. Citando un viejo adagio sufi, que a sido parafraseado en diversas formas por los más grandes poetas y místicos del Islam: «Los caminos al Cielo son tantos como almas hay en la tierra»

Es frecuente al leer algún trabajo sobre sufismo encontrarse con términos “técnicos” tales como: hudur, barakah, irshad y por supuesto Silsilah que como todos ya sabemos designa a una cadena espiritual ininterrumpida de maestros, siendo un enlace tradicional con el origen; que en caso del mundo musulmán, es el profeta Muhammad.

Citaré las palabras de Martin Lings sobre la silsilah : “Pero el Profeta está siempre presente en ese centro y tiene el poder delanzar a los que no están en él un «cable de salvación», que es una cadena (silsila) que traza un linaje espiritual que se remonta hasta él. De esta forma, toda Orden sufí desciende del Profeta, y la iniciación en una Tarîqa significa la adhesión a su cadena particular. Ello implica una centralidad virtual, es decir, una reintegración virtual en el estado primordial, reintegración que debe entonces hacerse efectiva.[1]”

¿Pero esta “cadena” que se la suele designar como parte esencial del movimiento espiritual englobado bajo el termino sufismo y que a menudo se utiliza incluso como medio para discernir entre expresiones tradicionales o anti-tradicionales del fenómeno sufi, es realmente parte constitutiva y esencial de este, de la forma como se la entiende?

Si analizamos solo a manera de ejercicio algunas de las figuras más relevantes del sufismo a lo largo de la historia, no tardaremos en darnos cuenta que en papel nuclear de la silsilah debe ser al menos analizado con un mayor detenimiento.

Creo que la figura de Jalâloddîn Rûmî, así como de su cofradía Mawlawi no dejan lugar a dudas en cuanto a su sitial en la historia del sufismo; ¿pero que sabemos de su silsilah?.

Los datos que manejamos sobre su vida, nos dan dos posibles vías en donde rastrear su ascendencia espiritual. En primer lugar podemos nombrar a su padre Bahâ`odîn Mohammad Walad, quién era un discípulo de Najmoddîn Kobrâ y por ende, miembro de su cofradía Kobrawîya. Pero es imposible rastrear una silsilah en dicha cofradía, pues no existe dato alguno de los maestros de Najmoddîn Kobrâ. La otra vía que nos queda es Shams-e Tabriz; pero es un dato conocido el desconocimiento total que existe sobre dicho personaje. Lo único que se puede conjeturar es que era un derviche errante que bebió de la fuente de distintos maestros. La misma conjetura se puede aventurar con respecto a Najmoddîn Kobrâ.

De este tipo de sufi errante del cual es muy difícil precisar una cadena de transmisión, tenemos el caso de Hallâj (Abû ´Abdillah al-Hosayn ibn Manssur al-Hallâj). Si bien es cierto, que poseemos más información con respecto a su ascendencia espiritual, pero esta, esta plagada de maestros sin ninguna ascendencia espiritual conocida como Sahl al-Tostarî o ´Amr ibn Othmân al-Makkî. Sabemos que recibió el jirqa (manto sufi) de Jonayd (Abû´l-Qâsim ibn Mohammad ibn al-Jonayd al-Khazzâz) del cual sabemos que fue iniciado a la vía mística por su tío Sarî al-Saqatî y educado por otros maestros como al-Hârith al-Mohâsibî, Mohammad ibn ´Alî al-Qassâb, etc; los cuales comparten un dato en común, no poseer una silsilah conocida; según la definición comúnmente aceptada.

Por ende, tenemos que uno de los personajes más importantes del sufismo (Jalâloddîn Rûmî), así como una de las cofradías más conocidas y famosas (Mawlawi) carecen de una silsilah conocida. Con esto no quiero decir que no halla existido dicha silsilah, sino que simplemente desconocemos esta; lo cual nos lleva a la siguiente interrogante. ¿El desconocimiento de la silsilah de una cofradía, la hace una vía no tradicional, o la deja fuera de la ortodoxia del sufismo, como a veces se suele argumentar?.

Volviendo a Najmoddîn Kobrâ, vemos como su cofradía carecía de silsilah, situación que se replica en las dos ramas que con posterioridad emergerían de esta, las cofradías nûrbakhshîya y zahabîya.

Si vamos más atrás en el tiempo a una de las más insignes personalidades del sufismo como es Abû Yazîd Bastâni, de nuevo nos encontramos que no existe información alguna de una silsilah; hecho que ha llevado a algunos estudiosos a afirmar que sus enseñanzas nacen de su vida interior. (este tema es abordado en el capitulo Los Owaysíes). Si bien es cierto la cofradía Naqshbandi incluye en su silsilah a Abû Yazîd Bastâni a través de Imam Yafar as-Sadiq [2], pero dicha información debemos analizarla. Los musulmanes a través de la ciencia del Hadiz (´Ilm mustalah al-hadîz) poseen una importante metodología para esclarecedor tradiciones y narraciones, las cuales por motivos que desconozco no se aplican a otras instancias, que ayudarían a dilucidar dudas con respecto a una serie de hechos, como este por ejemplo. Vemos que en la silsilah Naqshbandi hay un dato que por lo menos, amerita analizar. Vemos que su cadena desde el profeta Muhammad  hasta el Imam Yafar as-Sadiq es la siguiente:

1. Profeta Muhammad ibn Abd Allah (Salla Allahu `alayhi wa alihi wa sallam)
2. Abu Bakr as-Siddiq, (radiya-l-Lahu`anh)
3. Salman al-Farsi, (radiya-l-Lahu`anh)
4. Qassim ibn Muhammad ibn Abu Bakr (radiya-l-Lahu`anh)
5. Jafar as-Sadiq, (alayhi-s-salam)
6. Tayfur Abu Yazid al-Bistami, (radiya-l-Lahu`anh)

Lo cual es interesante, porque la historia conocida, así como la lógica indicaría que dicha cadena al menos en lo que respecta al Imam Yafar as-Sadiq debería remontarse al imam ´Alî Ibn Abu Talib y en forma sucesiva a través de los imanes que lo precedieron. Es extraño que su vinculo provenga a través de discípulos del imam ´Alî Ibn, como Salman al-Farsi; y que este, esté vinculado en dicha cadena a Abu Bakr as-Siddiq; cuando lo lógico sería una vinculación a través de imam ´Alî Ibn Abu Talib, tomando en cuenta la adhesión conocida de Salman al-Farsi al imam ´Alî Ibn. Con esto no pretendo afirmar que dicha cadena sea falsa y una mera invención, sino abrir las posibilidades de interpretación, quizás como dijo una vez un hombre sabio: «las silsilas no suceden en el plano material, no son representaciones de la realidad, sino que son un símbolo de algo mucho más sutil que une a los cercanos a Dios»; y si le adjudicamos a estas palabras algún grado de credibilidad; deberíamos por lo menos de plantearnos la posibilidad; que la interpretación literal de la silsilah como comúnmente se la entiende, sea insuficiente para abordar dicho fenómeno.

Por ultimo, en este breve resumen, mencionare a Ibn ´Arabî que no necesita presentación, y que como el mismo lo deja claro en sus escritos, no tuvo otro maestro más que el mismo Jezr. Algunos estudiosos han hecho notar la influencia de la escuela de Ibn Masarra en el pensamiento de Ibn ´Arabî. Pero independientemente de la veracidad de dicha afirmación, sobre la cual no me pronunciaré, si hacemos el ejercicio de aceptarla como fehaciente, veremos que dicho dato, nos deja en el mismo lugar, por que sobre Ibn Masarra se desconoce cualquier ascendencia espiritual. Si bien sabemos a través de los trabajos de Asin Palacios de sus viajes a oriente y sus contactos con grupos ”esotéricos”, desconocemos por completo una silsilah regular.

De nuevo nos encontramos con otro de los personajes más importantes del sufismo (Ibn ´Arabî), el cual carece de una cadena de transmisión conocida; fenómeno que se reproduce en sus discípulos o en sus seguidores; lo cual nos da un gran número de maestros del sufismo sin una silsilah conocida.

En su trabajo Silsila y fenomenología en Ibn´Arabî el profesor José Antonio Antón Pacheco nos habla sobre esta realidad: «En nuestra intervención nos proponemos utilizar el término silsila entendiéndolo como una filiación espiritual por encima del concepto clásico de cadena iniciática a través de una transmisión histórica. Es decir, haremos un uso fenomenológico del término silsila: de este modo entendemos la palabra silsila como una línea que más allá de las determinaciones históricas concretas, une y conecta a diferentes pensadores, filósofos y místicos. Y esto es así en función de la reflexión, meditación y experimentación de realidades espirituales semejantes expresadas con modos también semejantes. Por tanto, según nuestra interpretación habría cadenas iniciáticas que agruparían a autores muy diversos y alejados entre ellos, pero que en la medida en que obedecerían a unas mismas pautas espirituales habrían producido obras o experiencias perfectamente aunables en filiaciones o corrientes de pensamiento».[3]

Algunas de las grandes personalidades del sufismo sin silsilah conocida:
  • Rabe´a al-Adawiya
  • Rûzbehân Baqlî Shîrâzî
  • Farîdoddîn ´Attâr
  • Omar Sohravardî (discípulo de su tío Abû ´l-Najîb Sohravardî, junto al cual fundo la cofradía sohravardîya)
  • ´Alaoddawleh Semânnî (miembro de la cofradía Kobrawîya ya mencionada)
  • ´Alî Hamadânî (miembro de la cofradía Kobrawîya ya mencionada)
  •  Mahmûd Shabestarî
  • Shamsoddîn Mohammad Gîlânî Lâhîjî (miembro de una de las ramas la cofradía Kobrawîya; la nûrbakhshîya ya mencionada)
  • Hâfes al- Shîrâzî
  • Oways al-Qaranî (personaje de donde proviene el término Owaysíes, que designa a aquellos que no han tenido un maestro exterior y visible, sino que han recibido la enseñanza de un guía espiritual personal)

Además de lo expuestos, existen otras manifestaciones de la espiritualidad musulmana que a menudo son considerados o mencionados dentro del fenómeno sufi o que guardan estrechos paralelismo con este, que carecen de silsilah conocidas:

- Shihâboddîn Yahyâ Sohravardî y sus Ishrâqîyûn. (no debe ser confundido con los sufis´Omar y Abû ´l-Najîb Sohravardî)
- La Irfan-î Shî ´î, con figuras tales como Haydar Amolî, Jaldakî
- Los Owaysíes
- Los Shaykhiyia


Yerko Isasmendi 


Notas

1) ¿Que es el sufismo?, Martin Lings
2) Hay que hacer notar que en el proto-linaje Khwajagani hay tres cadenas distintas de transmisión en lugar de una; dos de las cuales, se ajustan a la mayoría de las otras hermandades que se remonta al Profeta Seyyidina Muhammad (que Allah le bendiga y le conceda la paz) a través de Hazrat 'Ali ibn Abi Talib (que Allah honre su rostro), primo y su cuarto califa a quien según la tradición, le fue transmitida la sabiduría divina. Esta cadena, generalmente es denominada Cadena de Oro, la cual, pasa luego por su hijo Husain ibn Ali (que Allah este complacido con el), luego por sus descendientes Yafar al-Sadeq (que Allah santifique su espíritu  y ´Ali al-Rida (que Allah santifique su espíritu) antes de converger con la segunda cadena en Ma'ruf al-Karkh, Bagdad (que Allah santifique su espíritu), uno de los principales sufí  de la temprana escuela de Bagdah. El otro «Linaje Alaui" llega a través de Hasan al-Basri (que Allah santifique su espíritu),"el arquetipo del proto-sufi", y sus seguidores en Basora y Kufa. Esta doble adscripción le da una mayor legitimación a la Naqshbandiyya combinando el prestigio de la Familia del Profeta con el de los precursores del camino sufí. También puede reflejar los límites difusos entre las creencias sunitas y shiítas antes del auge de los Safávida en Persia, lo que llevo a la posición hostil al shiísmo por parte de la Naqshbandiyya. En el tercer linaje proto-Khwajagani el primer enlace después del Profeta (que Allah le bendiga y le conceda la paz) es Abu Bakr al-Siddiq (que Allah este complacido con el), el primer califa. En quién recayó la política inmediata, y podría decirse la espiritual, lo que implica no sólo un sentido de distinción, sino que también una reivindicación de prioridad sobre las otras cofradías Sufi, que normalmente cuentan con un descendencia de Hzrat 'Alí (que Allah honre su rostro). La línea Bakri subyace tanto en la estricta actitud sunita ortodoxa que tenía la Naqshbandiyya desde su inicio,  reforzada por su rechazo del shiísmo. Por último, en el relato coránico del escondite del Profeta (que Allah le bendiga y le conceda la paz) con un compañero, generalmente reconocido como Abu Bakr (que Allah este complacido con el), en una cueva durante su huida de La Meca a Medina (hijra), los Naqshbandis encuentran la legitimidad de la forma silenciosa del zikr que los distinguen de todas las otras hermandades. 

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