Dabestan-e Madaheb (Escuela de las doctrinas religiosas)

A los interesados en las prácticas religiosas de la India, les recomiendo el libro Dabestan-e Madaheb (Escuela de las doctrinas religiosas) escrito en el siglo XVII por Mir Du'l-feqar Ardestani, más conocido como Molla Mowbad ó Mowbadshah. El Dabestan-e Madaheb es una descripción de muchas religiones y prácticas ocultas presentes en la India en el siglo XVII. Se describe el hinduismo, al budismo, al judaísmo, al cristianismo, al islam, al zoroastrismo, y varias sectas religiosas, muchas de ellas basadas en la observación personal de Mowbadshah.

Lo interesante es que su autor Molla Mowbad[1] había sido miembro del movimiento de Azar Kayvan, el fundador de la escuela Eshraqi Zoroastriana; de la cual, ya he hablado en el contexto del islam y sufismo del shaij Sohrawardi.

Pero hay que ser cautos, pues el libro es muy apologista, y poco objetivo en cuanto a su apreciación sobre el zoroastrismo o el islam por ejemplo; pero teniendo esta precaución en mente, se los recomiendo.

Yerko Isasmendi

Notas

1) Āẕar Kayvān, un sacerdote persa zoroastriano, quién fundo en la india el movimiento ishaqui zoroasriano; tal como en el mundo musulmán, específicamente en el sufismo, lo hizo el shaij Sohrawardi:. Los discípulos de Azar Kayvan creen que recibimos en los encuentros visionarios enseñanzas de los antiguos sabios de Persia, Grecia y la India, como como resultado, sus producciones literarias pertenecen a un tipo de hagiografías bastante familiar con otros sistemas de la gnosis. Los hechos y acontecimientos de sus obras no pertenecen a la historia real, empírica de este mundo; en su lugar, tienen una realidad sui generis de los hechos que tienen lugar y que se desarrollan en ese mundo intermedio que los Eshraqian llaman el mundus imaginalis (`alam-e mesal). Es desde esta perspectiva que debemos también entender las largas cadenas de ascendencia espiritual, pues todas ellas se remonta a las grandes figuras de la era pre-islámica. Cada miembro de una comunidad religiosa es libre de elegir su propia ascendencia espiritual, de elegir su "Santo patrón" y su "testigo celestial" bajo cuya protección se coloca y que le sirve como modelo y guía.