Miftah tariq al-awliya



En su consejo para aquellos que buscan la "Llave para el camino de los Santos" (miftah tariq al-awliya), el venerable erudito y maestro espiritual Hanbali, el Shaij Ahmad ibn Ibrahim al-Wasiti, escribió sobre una de las "crestas" esenciales de tal clave:

'Si, oh mi hermano, deseas salvarte de los terrores de ese Día, entonces prepárate con piedad (taqwa). Esto se hace evitando lo que Al.lâh ha prohibido y cumpliendo todo lo que Él ha ordenado en términos de los deberes que han sido codificados en los manuales fiqh donde están estipulados los castigos legales y prohibidos, prescritos y otros. Esto es para que todo de lo que la Ley Sagrada sea respetado por ti. Porque no debe haber ninguna obligación que no debas cumplir: ni una oración perdida, ni un ayuno, ni un zakat, ni una murmuración de un musulmán sin una razón válida, ni ninguna enemistad, rencor u odiosidad sin una justificación legal. Cumple las responsabilidades con respecto a esos derechos (huquq) entre tu y Al.lâh, así como entre tu y otros. Al hacerlo, te unirás, si Al.lâh lo permite, a la compañía de los justos.(1)

La tarea, entonces, es ser firme en el cumplimiento de las prescripciones de la Ley Sagrada en nuestra vida diaria, según las enseñanzas de nuestra escuela de fiqh. Seguramente habrá obstáculos en el camino, contra los cuales debemos luchar y vencer. Esta lucha espiritual, o mujahadah, se menciona en el versículo: «En cuanto a los que se esfuerzan por Nosotros, los guiaremos a Nuestros caminos» [29:69]. El Profeta (la paz sea con él) dijo: «El luchador en el camino de Al.lâh (muyahid) es el que lucha contra su alma inferior (nafs) por obediencia a Al.lâh»(2).

Los imânes de suluk, o el camino espiritual, hablan sobre dos áreas de mujahadah. El primero es el mujahadah externo. Esta es la lucha espiritual contra cuatro enemigos mortales: el ego (nafs), el diablo (shaytan), la mundanalidad (dunya) y los propios caprichos (hawa); ya que pretenden evitar que cumplamos los actos obligatorios (fard) y recomendados (mustahabb), y eliminar las acciones prohibidas (haram) y luego las no aprobadas (makruh) de nuestra vida cotidiana.

En cuanto al mujahadah interno, este entrena nuestro corazón - a través de la gratitud (shukr), del amor (mahabbah) y del recuerdo (zikr) - de tal manera que nos acerquemos a su Señor y aprendamos a estar presentes con Él. Esencial para todo esto, es la idea de la moderación, la cual debe reinar sobre nuestros deseos y egos.

El imâm Ibn al-Qayyim escribió: «El camino de uno que busca a Al.lâh y a la otra vida no será sólido, excepto con ciertas restricciones: restringir el corazón para buscar y desear solo a Él, entrenándolo para alejarse de todo lo demás. Restringir la lengua de lo que no sea beneficioso para ella, entrenarla para recordar constantemente a A.lâh y cualquier otra cosa que la aumente en la fe y el conocimiento de Él. Y restringir los miembros de los pecados y los actos dudosos, entrenándolos para cumplir con las obligaciones y recomendaciones. No deben de separarse de estas restricciones hasta que se encuentren con su Señor»(3).


Shaij Ahmad ibn Ibrahim al-Wasiti
Traducción: Yerko Isasmendi

1)Miftah Tariq al-Awliya (Beirut: Dar al-Basha’ir al-Islamiyyah, 1999), 30-31.
2) Al-Tirmizi, Sunan, no.1671, donde dijo que el hadiz es hasan sahih.
3) Al-Fawa’id (Makkah: Dar ‘Alam al-Fawa’id, 2009), 74.

No hay comentarios

Con la tecnología de Blogger.