Francmasonería y esoterismo (Parte III)



Continuamos con la tercera y última parte del articulo "La franc-maçonnerie et l'ésotérisme" de Roger Dachez, 


4. Las doctrinas esotéricas y la masonería.

Desde el principio, la masonería ha integrado en sus diversos rituales, temáticas más o menos mágicas y alquímicas de distintas escuelas de pensamiento; dos de los aspectos más importantes de la tradición esotérica, como se entendía en el siglo 18. En el extraordinario florecimiento de los altos grados, nacieron los sistemas masónicos, época en la cual, aparecieron declarados exponentes de una enseñanza esotérica. Sólo voy a mencionar algunos ejemplos.

El más notable quizás es el caso de la Orden de los Elegidos Cohen, que se propaga en la década de 1760 por Martinès de Pasqually (1727-1774). Este sistema de apariencia masónica, comenzó con tres grados: aprendiz, compañero y maestro, los cuales como en toda masonería, persiguen un fin especifico, en este caso la Teúrgia. Poderosa fuente, pero parcialmente oscura, la doctrina de Martinès de Pasqually más tarde fue resumida en lo teórico en su Traité de la Réintégration, y en una práctica diseñada para provocar, en las complejas ceremonias de la Orden, la manifestación de los espíritus superiores. La doctrina de Martinès, explica el estado de la caída del hombre, la necesidad de su "reconciliación" con su creador, un preludio del fin de los tiempos, que podría lograr la "reinserción" del universo en la unidad divina. Durante los rituales (operaciones), los espíritus fueron convocados y su presencia testificaba que el candidato había sido aceptado por ellos. Se suponía que el grado supremo de Réau-Croix  colocaba al candidato en un virtual estado de "reconciliación".

El sistema de los Elegidos Cohen no sobrevivió a la partida de su fundador en 1772 - que murió en Santo Domingo dos años más tarde. La Orden de los Elegidos Cohen no era estrictamente un rito masónico, pero sin embargo, inspiró profundamente al Rito Escocés Rectificado (RER), creado por uno de sus discípulos, J. B. Willermoz (1730-1824), el cual  a partir de 1774, llevo a Francia un sistema masónico alemán de inspiración templaria, la Estricta Observancia Templaria, que revindicaba una supuesta doctrina esotérica heredado de "Los Pobres Caballeros de Cristo", idea que inspirará a toda una línea de grados masónicos hasta finales del siglo 18, especialmente el de Caballero Kadosh. Sobre este aspecto, debemos recordar que los historiadores modernos de la Orden del Temple, nunca han sido capaces de identificar evidencia creíble, con respecto a la existencia de  una enseñanza secreta entre los templarios antes de su abolición en 1312.

Avergonzado por esta afirmación poco convincente de la filiación templaria, Willermoz  volvió a trabajar el sistema de integración de la doctrina de Martinès, pero renunciando a la teurgia; añadiendo dos grados secretos, Profeso y Gran Profeso, cuya ceremonia de recepción implica exclusivamente la lectura de un discurso de instrucciones que resume los puntos principales de la doctrina de Martinès y su aplicación en el simbolismo masónico.

Cabe señalar aquí que, a diferencia del esquema mencionado anteriormente, la experiencia de iniciación es teórica; el esoterismo está diseñado como conocimiento y no como algo práctico. Los textos de enseñanza RER insisten sobre todo en la existencia de una historia secreta, transmitida de generación en generación por una línea ininterrumpida de Iniciados. Esta historia revela, que en todas las edades, desde los orígenes de la humanidad, ha existido en la sombra de la historia pública, una "orden primitivo, esencial y fundamental", poseedora de la clave explicativa del origen del hombre y del universo, en donde la masonería, pero una masonería de Rito Rectificado, sería la heredera final. El RER, que existe hoy en Suiza, Francia y Bélgica(1), fue sin duda el primer sistema masónico en presentar a la masonería como una escuela esotérica, cuyos símbolos y rituales no eran meras alegorías, y cuyo enseñanza última revela las verdades esenciales sobre el origen y el destino del hombre y del universo, conocimiento en posesión de  los iniciados de alto grado.

Otra corriente esotérica que confluyo de la masonería del siglo XVIII fue la alquimia. A través de la tradición Rosacruz, introducida a principios del siglo XVII en Alemania, y cuyos ecos todavía resonaban en Europa, los grados de inspiración hermética aparecieron - al igual que el Caballero del Sol en 1750 - estando a veces estructurados en un sistema masónico conjunto, como puede verse en el libro de Baron Tschoudy, L’Etoile Flamboyante, publicado en 1766, en donde se describe una sociedad muy imaginaria de Filósofos desconocidos, La Rosacruces de Oro del sistema antiguo, existió durante diez años, combinando el tema alquímico con de la fábula del Temple. Luego vendrá el Rito Escocés Filosófico, que disfrutó de cierto éxito en Francia al finales de los XVIII y en los primeros años del siglo XIX.

Cabe señalar que las conexiones de esta masonería hermética con la alquimia "operativa" era muy rara. En el contexto masónico, ese trata de una alquimia exclusivamente espiritual; en donde el proceso de la iniciación masónica es asimilado a la Gran Obra, siendo el progreso espiritual del iniciado asimilado a la maduración del huevo filosófico en el athanor, siendo la logia en este caso, identidicado con este. Por tanto, aquí podemos ver un préstamo de un antiguo método en clave esotérica, adaptado a un nuevo contexto.

En hecho completamente diferente, fue la aparición de los Ritos Egipcios a principios del siglo XIX en la Masonería, propiciados por la popularidad que tuvo la egiptomanía a raíz de la campaña napoleónica a Egipto. Los autores de estos, introducen en los rituales masónicos, referencias a los misterios antiguos y una visión muy romántica del "esoterismo egipcio," particularmente expuestas por Jacques Etienne Marconis de Nègre (1796-1868) (L’Hiérophante, développement complet des mystères maçonniques, 1839).  En la primera mitad del siglo XX, los herederos de esta corriente, en particular en el contexto de los Ritos de Memphis y Mizraim cuya historia era extremadamente agitada, ya veces desgarradora, dan testimonio de la presencia en la masonería de un movimiento esotérico asertivo, pero a menudo intelectualmente confuso.

Desde finales del siglo XVIII, la Cábala judía también inspiro a algunos sistemas masónicos, tales como los Hermanos Iniciados de Asia, creado en 1779. Si bien esta rama fue de corta vida, otra concepción diferente de la Cábala, a menudo basada en la incomprensión y un conocimiento muy aproximo a las fuentes, se convertirá en el siglo XIX - especialmente en los altos grados del Rito Escocés Aceptado - en una fuente aceptada en las enseñanzas masónicas, influyendo en los rituales, los símbolos, las tablas y los textos de instrucción. La obra del gran ritualista estadounidense Albert Pike (1809-1891) - cuya fuente inmediata fue el ocultista francés Eliphas Levi (1810-1875) (Dogme et Rituel de la Haute Magie,1856) - es un típico ejemplo (Morals and Dogma of the Ancient and Accepted Scottish Rite of Freemasonry, 1871).

Cualquiera que sea el término, la dimensión esotérica en la masonería, a lo largo de su historia, ha sido recibida de diversas maneras por los propios masones. En Inglaterra, madre tierra de la masonería, esta visión de la institución fue más bien muy marginal: se habla, en Gran Bretaña, de fringe masonry(2) término que designa a una masonería preocupada por el conocimiento oculto y saber secreto, que nunca tuvo en dicho país un gran desarrollo. John Yarker (1833-1913), en particular, fue un propagandista de este tipo de masonería convencido y militante (The Arcane Schools, 1909). Hay que destacar que la aparición de los sistemas de alto grado de finales del siglo XIX, pueden ser situados dentro de este movimiento, como la Societas Rosicruciana en Anglia (1867), donde muchos de sus miembros fueron parte de una orden no-masónica; esotérica y mágica, pero originalmente fundada por masones, me refiero a la Orden hermética de del Alba Dorada (1888). Del mismo modo, Annie Besant (1847-1933), sucesora de HP Blavatsky a la cabeza de la Sociedad Teosófica, introducirá en las ramas ingleses, la Orden Co-Masónica Le Droit Humain. Uno de los dignatarios de la Orden, Charles Leadbeater, obispo de la Iglesia Católica Liberal, expondrá en detalle los principios de esta masonería (The Hidden Life in Freemasonry, 1930).

En Francia, desde finales del siglo XIX, el "lado oculto de la masonería", tendrá una  notable difusión, lo que no deja de extrañar ya que como se sabe, en Francia, la masonería, es de una tendencia humanista y secular; más preocupada por el compromiso social que por la especulación mística. Este movimiento incluye la obra de Oswald Wirth (1860-1943), el heredero espiritual de Stanislas de Guaita (1861-1897),  uno de los fundadores de lo oculto en París en la década de 1880. En una serie de libros muy populares entre los masones franceses, Wirth presento un concepto del simbolismo masónico, inspirado en una visión muy personal de la alquimia y del magnetismo (La franc-maçonnerie rendue intelligible à ses adeptes, 1894-1922; Le symbolisme hermétique dans ses rapports avec l’alchimie et la franc-maçonnerie, 1910). La influencia de Wirth, sigue viva en los círculos masónicos franceses, pero tuvo poco eco fuera de los países de habla francesa(3). Sin embargo, hay que precisar que la literatura esotérica - influenciada por la New Age - que hoy se asocia con la masonería, tiende a una nueva síntesis entre las enseñanzas de las grandes corrientes religiosas y místicas, mezcladas indiscriminadamente- y, a menudo muy mal entendidas - con la ciencia contemporánea.

Con un mayor rigor intelectual, podemos mencionar principalmente la obra de René Guénon, que es una referencia en toda Europa, para los masones esotéricos(4). Sin embargo, la concepción de la masonería de Guénon no esta exenta de ambigüedades, en la medida en que se hace parte del carácter degradado, disminuido de la masonería especulativa, cuyo enfoque esotérico; considerado por Guénon como demasiado intelectual, de hecho marca un paso atrás de la supuesta eficacia de la praxis operativa medieval.

Por lo tanto, sigue siendo difícil de definir el lugar del esoterismo en la masonería. El esoterismo es sin duda, uno de los componentes del universo masónico, pero no el único, lo que nos permite subrayar la complejidad extrema intelectual y moral de la Francmasonería.  Se puede observar la permanente actualidad de esta evocación del misterio, en la primera divulgación de Usos Masónicos, impreso en París en 1744 (Le secret des francs-maçons): “Para el público en general, un francmasón siempre será un auténtico problema para el que sólo existe una solución: Ingresar en la Masonería”.





Roger Dachez
Traducción: Yerko Isasmendi

Parte I - Parte II




Notas


1) A través de Gran Priorato de Hispania y del Gran Priorato Rectificado De Hispania, el RER se ha ido estableciendo en varios países de America Latina.
2) Leer "Fringe Masonry in England  1870-85" de Ellic Howe.
3) Ambos textos están en español disponibles en la red.
4) Dicha influencia desde ya hace años, es una realidad en la masonería de habla hispana.

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