Francmasonería y esoterismo (Parte II)



Continuamos con la segunda parte del articulo "La franc-maçonnerie et l'ésotérisme" de Roger Dachez, 

¿Cuál es la naturaleza del simbolismo masónico?

Para continuar con nuestra exposición, debemos de recurrir a las fuentes del simbolismo masónico, pues estás nos pueden arrojar luz sobre la naturaleza de un supuesto esotérismo. La referencia a la masonería operativa es inevitable, uno puede preguntarse si, en la época de las grandes construcciones medievales, tuvo lugar un debate esotérico en las logias. Tal cuestionamiento, sin embargo, parece no tener sentido. No hay evidencia alguna, que nos lleve a asumir que existió algún tipo de enseñanza de naturaleza mística entre los trabajadores de las catedrales. Las logias transmitían los secretos del oficio y el arte de la construcción; que era considerable y valioso, por lo cual, era celosamente preservado y en cierta medida oculto, pero esto no significa que fuera esotérico. Por lo demás, los trabajadores eran supervisados ​​cuidadosamente por los sacerdotes, quienes a menudo eran sus patrones, los cuales redactaron los textos más antiguos del periodo operativo, los cuales contienen prescripciones morales destinadas a la edificación de su rebaño.

Sin duda, un simple interpretación moral puede haber surgido entre los trabajadores, que pudieron haber visto en las herramientas de su trabajo, una significancia más. Un ejemplo, se encuentra en una pila de un puente cerca de Limerick en Irlanda, en una estructura metálica, fechada en 1507, que contiene la siguiente inscripción: "Voy a tratar de vivir con amor y cuidado, como el nivel y la escuadra"; un simbolismo moral, sin duda, en un contexto operativo claro, pero estrictamente hablando,tiene un enfoque esotérico?

Por lo tanto, hay que admitir que el simbolismo masónico en toda su exuberancia, su diversidad, con sus connotaciones esotéricas, es una creación posterior al período operativo. La dimensión esotérica de la masonería, quizás se introdujo a finales del siglo XVI, aunque lo más probable es que fuera durante el siglo XVII, cuando se quiso crear a partir del viejo modelo de organizaciones empresariales, una nueva empresa dedicada a la filantropía, con una fuerte inclinación a la especulación filosófica. Incluso se podría decir que el simbolismo masónico existía antes de la masonería especulativa, pero fuera de cualquier contexto profesional y operativo. Así, en los principales tratados de arquitectura renacentista, que son esencialmente el trabajo de aficionados, de diletantes, es común adjudicarles a las tres órdenes principales de la arquitectura: el dórico, el jónico y el corinto, interpretaciones morales o espirituales. En uno de los principales tratados del siglo Francés,  Les Livres de l’Architecture de Philibert de l’Orme, publicado en 1648, se puede leer una sección entera dedicada a la simbología de la cruz. El retrato que traza del arquitecto ideal es una especie de prefiguración del masón del siglo XVIII: amante de las cosas antiguas y por supuesto de la arquitectura, pero también era un filósofo, teólogo, e incluso versado en ciencia y medicina. Este es el ideal de eruditos, que se planteaba en las filas de la Real Sociedad desde su fundación, ideal del cual, Robert Moray, como hemos dicho, era el modelo. También hay que mencionar una corriente literaria que tuvo un gran éxito durante todo el siglo XVI e incluso en el siglo XVII, la cual consistía en  la compilación de cientos de figuras enigmáticas combinadas con una virtud o una cualidad. Muchos de estos "símbolos" se reunirá unas décadas más tarde, en la decoración de las logias masónicas.

Teniendo en cuenta las fuentes identificables del símbolos masónico, es poco probable que desde sus inicios se les halla concedido un contenido místico o iniciatico. Citamos las palabras de Ramsay en 1737: "No tenemos secretos; son signos figurativos y palabras sagradas, que componen un lenguaje a veces mudo, a veces muy elocuente, con el objeto de comunicaren forma amplia y así, reconocer a nuestros hermanos en cualquier idioma o cualquiera que sea su país". Por lo cual, el esoterismo es una reinterpretación tardía, y francamente bastante reciente; podríamos comparar estos símbolos recogidos en los tableros de trazado, como una forma de meditación que busca la apertura de una experiencia interior. Si esta evolución se ha producido en algunas espíritus, es probable que sea debido a que estas figuras y tableros desempeñan un papel importante en las ceremonias durante las cuales, les fueron conferidos los grados masónicos. En el contexto masónico, el esoterismo finalmente nos retrotrae a la iniciación.

3. ¿Es el ritual de iniciación masónica un esoterismo?

Si nos remitimos a los textos más antiguos, incluyendo el grupo de manuscritos escoceses Haughfoot (1696-c.1720), las ceremonias masónicas de la época pre-especulativa eran bastante simples. Las logias era un lugar orientado, donde algunos objetos relacionados con la albañilería eran presentados al candidato el cual se encontraba con los ojos vendados, tras lo cual, recibía la luz. Luego se le comunica, a condición de que prestará un juramento solemne acompañado de terribles castigos, los secretos de su grado, en este caso la Mason Word. No se mencionaba ninguna otra instrucción.

Sin embargo, desde la década de 1730 en Inglaterra y luego en Francia, un nuevo movimiento se erigió, llegando rápidamente a alcanzar una escala considerable: los altos grados. A lo largo del siglo XVIII, decenas y decenas de rituales, fueron escritos, estando la mayoría de las veces inspirados en las leyendas de la Biblia, los cuales, estaban poblados por nuevos símbolos tomados de todas las fuentes, llenos de palabras de un hebreo más o menos exacto; rituales que sumergieron a los masones en un mundo extraño y confuso. Leer miles de manuscritos que aún existen en los archivos masónicos de Europa, dejan una impresión mixta. De esta confusa variedad de documentos, es difícil extraer algunas piezas valiosas. La historia nos dice también que muchos de estos grados se inventaron y se vendieron a bajo precio por aventureros, que hicieron una especie de negocio de la masonería. Incomprensibles palabras que contiene extravagantes signos que supuestamente revelan - según los autores anónimos de estos rituales -  grandes verdades espirituales, que el masón debe de trabajar por descubrir. 

Sin embargo, este método nos permite precisar el lugar que ocupo el esoterismo en el ritual masónico: la información recopilada nos señala que el ritual sólo conduce al candidato a una experiencia, una especie de drama sacro, misterio - en el sentido medieval del término - que debe despertar en él, resonancias espirituales y abrir las puertas a un mundo místico. Es un frase común en la masonería, afirmar que el verdadero secreto de la Masonería no está en las "palabras, signos y toques" impartidos por los grados, sino en la experiencia íntima del destinatario. El secreto, entonces, es realmente incomunicable e inviolable, auténticamente esotérico. Esta concepción también ayuda a justificar el aparente absurdo de ciertos rituales, así como las historias confusas que incluyen, porque no es el sentido literal lo que importa, sino el profundo significado existencial, vivido por el candidato en su corazón. A inicios del siglo XVIII, en sus memorias, Casanova abordo este tema en profundidad.

La naturaleza exacta de esta experiencia íntima, sin embargo, sigue siendo objeto de debate. Una vez más, uno puede oponer de forma esquemática al diseño de Guénon, que ve en el proceso de iniciación, una transmisión de una "influencia espiritual" en relación con una "constitución sutil" del ser humano; una interpretación más común, una fuerte psicologización, que aproxima el ritual masónico a las técnicas utilizadas en el psicoanálisis, asociaciones a ideas, sueños despiertos o psicodramas.

Esa visión esotérica de la masonería como experiencia iniciación inefable, pone claramente de lado el contenido doctrinal de los rituales, es decir, sus "catecismos" y sus "lecturas" clásicas. Más allá de toda la enseñanza discursiva; es la dimensión de vida que se ve favorecida aquí. Este enfoque no agota la cuestión del esoterismo en la masonería, ya que, a lo largo de la historia, muchos sistemas masónicos han reclamado la posesión de una auténtica doctrina esotérica.


Roger Dachez
Traducción: Yerko Isasmendi

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