La Etiqueta de la Lectura y la manipulación del Sagrado Corán




1. No tocar el Corán, excepto que se este en estado de pureza ritual (wudu) y recitarlo cuando se este en un estado de pureza ritual.

2. Cepillarse los dientes con un cepillo (siwak), eliminando las partículas de comida de puedan haber entre los ellos, para refrescar la boca antes de recitar, ya que es la vía a través del cual pasa el Corán.

3. Sentarse con la espalda recta, si no directamente en oración, y no inclinarse hacia atrás.

4. Vestirse para recitar, como si tuviera la intención de visitar a un príncipe, porque el recitador está involucrado en un discurso íntimo.

5. Situarse de frente a la dirección de la oración (qibla) antes de recitar.

6. Enjuagar la boca con agua si se tiene tos, mucosidades o flema.

7. Detener la recitación cuando se bosteza, pues cuando se recita, se esta frente a un Señor en una conversación íntima, mientras que el bostezo es del diablo.

8. Al comenzar a rezar, buscar refugio en Al.lâh del maldito diablo y decir la basmala; si uno ha comenzado en la primera sura o alguna otra.

9. Una vez que ha comenzado, no interrumpir la recitación a cada momento con palabras vanas, a menos que sea absolutamente necesario.

10. Estar solo cuando se recita, para que nadie lo interrumpa, pues esto conlleva hacer una mezcla de las palabras del Corán como respuesta, anulando la efectividad de haber tomado al princio refugio en Al.lâh del diablo.

11. Recitarlo sin prisa y sin apuro, pronunciando claramente cada letra.

12. Utilizar la mente y el entendimiento para comprender lo que se dice.

13. Hacer una pausa en los versos que prometen el favor de Al.lâh, dar gracias a Dios Altísimo y pedirle Su favor, y en los versículos que advierten de su castigo, pedirle que nos proteja de ellos.

14. Hacer una pausa en los relatos de los pueblos y las personas del pasado, escuchar y beneficiarse de su ejemplo.

15. Averiguar el significado inusual de usos léxicos del Corán.

16. Dar a cada letra su correspondiente termino de manera clara y completa; ya que al pronunciar cada palabra, cada letra, cuenta como diez buenas acciones.

17. Cada vez que se termina de recitar, para dar fe de la veracidad del Señor  y que su mensajero (Al.lâh le bendiga y le conceda paz) ha transmitido su mensaje y dar testimonio de esto, se dice: «Señor, Tú has dicho la verdad, Sus mensajeros han trasmitido tus mensajes, y damos testimonio de esto. Oh Dios, haznos de los que dan testimonio de la verdad y que actúen con justicia»; después de lo cual, realizamos una suplica a Dios con una oración.

18. No se debe seleccionar ciertos versículos de cada sura para recitar, sino más bien se debe recitar la sura conpleta.

19. Si uno deja el Corán, no debe dejarlo abierto.

20. No se debe colocar otros libros sobre el Corán, pues siempre debe ser superior a todos los demás libros, ya sean libros de ciencias islámicas u otros.

21. Colocar el Corán en el regazo cuando se lea, o sobre algo delante de nosotros, nunca debe ser dejado sobre el suelo.

22. Si esta escrita alguna aleya o sura en una pizarra no se debe limpiar con saliva, sino más bien lavarla con agua, y si uno se lava con  esta agua, debe evitar poner el agua donde hay sustancias impuras (Najasa) o donde la gente camine. Esta agua tiene su propia inviolabilidad.

23. No utilizar las hojas sobre las que se ha escrito como cubierta de libros, que es muy grosero, en lugar de esto, borrarlos del Corán con agua.

24. No dejar pasar un día sin ver al menos una vez las páginas del Corán.

25. Dar una cuota del corán a los ojos, para abrir los ojos del alma (nafs), pues hay un velo entre el pecho y el alma, y el Corán está escrito en el pecho.

26. No citar trivialmente el Corán en la ocurrencia de eventos cotidianos, como diciendo, por ejemplo, «¡Comed y bebed en paz el fruto de lo que hicisteis en días pasados!» [Corán 69:24], cuando la comida se lleva a cabo, y así sucesivamente.

27. No recitar el Corán como las canciones de los corruptos, o con los tonos trémulos de los cristianos o el tono lastimero de vida monacal, todo esto es errado.

28. Al escribir el Corán hacerlo en una mano clara y elegante.

29. No se debe recitar en elevando la voz mientras otra persona también esta recitando el Corán, a fin de echar a perder su recitación, pues esto puede convertir en una especie de competencia la recitación.

30. No recitar en los mercados, lugares de clamor y de frivolidad, o cuando se reúnen los tontos.

31. No utilizar el Corán como almohada, o apoyarse en el.

32. No tirarlo cuando uno quiere darlo (pasarselo) a otra persona.

33. No miniaturizar el Corán, o mezclarlo con adornos para embellecer o escribir con letras de oro.

34. No se debe escribir en el suelo o en las paredes (aleyas o suras), como se suele hacer en algunas mezquitas nuevas.

35. No escribir  (aleyas o suras) en un amuleto y entrar con el corán al lavabo, a menos que esté rodeado de cuero, plata u otros, porque entonces es como si se conservará en el corazón.

36. Si se escribe en un papel y luego se traga (como cura o para otro fin), habría que decir la basmala en cada respiro y hacerlo con una intención noble y digna, pues Al.lâh sólo da a uno de acuerdo a su intención.

37. Y si se acaba de recitar todo el Corán, para comenzar de nuevo, no pueden ser hecho de la misma forma, como cuando algo que ha sido abandonado.


Imam Muhammad Ahmad ibn Qurtubi (ra)
Al-Jami li Ahkam al-Quran
Traducción. Yerko Isasmendi

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