Musonio Rufo y la teoría ascética romana



El ascetismo durante generaciones ha sido motivo de gran interés para los académicos en el estudio de la religión. En años más recientes, sin embargo, como los estudios interdisciplinarios han reunido disciplinas a menudo divergentes[1], el ascetismo ha surgido como un tema importante en el estudio tanto de la religión como de la filosofía en la antigüedad, especialmente en la Antigüedad tardía[2]. El estudio de la religión, la historia de la filosofía y los clásicos convergen particularmente bien para estudiar la historia del ascetismo occidental. Este ensayo explora la intersección de esos intereses al explorar la teoría ascética del filósofo romano Musonio Rufo.

Musonio Rufo (ca 30-102 E.C.), nació en Volsinii, era etrusco de nacimiento y eques por estatus. Su influencia como filósofo, sin embargo, surgió de su enseñanza y participación en la política en Roma. Cora Lutz, la traductora al inglés de los tratados de Musonio, sostuvo que «estaba en el apogeo de su influencia en la época de Nerón», mientras que sus interacciones políticas incluían el destierro por parte de Nerón, la participación en la actividad política durante el reinado de Vespasiano, quien también lo desterró, y la reinstalación por parte de Tito. Su influencia intelectual en el período imperial fue notable, abarcando a personalidades: de la talla de Plinio el Joven y Clemente de Alejandría; además de haber sido el maestro de los influyentes filósofos Dio Crisóstomo y Epicteto[3]. Tanto en la antigüedad como en los tiempos modernos, Musonio ha sido caracterizado como el Sócrates romano[4]. Generalmente se le reconoce como un filósofo importante de la Stoa imperial[5]. 

Musonio es el primer autor occidental de quien tenemos un discurso registrado sobre el ascetismo[6]. Por supuesto, el concepto de formación ascética, designado verbalmente por las palabras griegas μελετάω, γυμνάζω, άσκέω y sus afines[7], era parte de la tradición filosófica anterior a Musonio, y muchos filósofos antes hablaron de la actividad ascética como parte de la vida filosofía y cívica, algunos de los cuales incluso pueden haber escrito tratados sobre el ascetismo[8]. Desde la perspectiva de los estudios religiosos, la vida y las enseñanzas de los cínicos desde su fundación hasta la Antigüedad tardía proporcionan un testimonio importante de este prolongado interés y orientación hacia el ascetismo[9]. Además, la literatura moral terapéutica del período helenístico y romano, leída con la teoría ascética en mente, apunta hacia la naturaleza omnipresente de la cuestión ascética[10]. Pero ninguno de estos escritos de un período anterior a Musonio sobre la teoría del ascetismo ha sobrevivido.

La primera articulación tangible de una teoría ascética[11] surge de los resúmenes escritos por Lucio, un estudiante o seguidor de Musonio Rufo[12]. De Musonio y su estudiante Epicteto, como James Francis demuestra, el ascetismo romano florece en el siglo II EC[13]. La forma más influyente de la teoría ascética romana[14] se desarrolla durante los siglos III y IV en la obra de Plotino, Porfirio, Jámblico y Proclo[15].

Aunque Musonio proporciona la teoría ascética más antigua existente, pocos eruditos han notado, explorado o explicado su teoría en relación con su filosofía. "Musonius and Greek Diatribe"  de A. C. Van Geytenbeek, por ejemplo, revisa las principales doctrinas de la ética y la filosofía musonianas y tiene la intención de ubicar la enseñanza de Musonio en el contexto de la diatriba, la filosofía popular del período helenístico y romano. Un capítulo (96-123) titulado "Los problemas del ascetismo" discute la enseñanza de Musonio con respecto a la regulación de la comida, la ropa, el calzado, las condiciones de vida del hogar, los muebles y la higiene personal del filósofo sin abordar el Discurso VI, que se titula "Sobre el ascetismo". Van Geytenbeek (40-50) trata el Discurso VI principalmente bajo la rúbrica de “Educación práctica para la virtud” donde askesis se relaciona principalmente con la práctica y promulgación de principios éticos. Van Geytenbeek rechaza la propia categorización y sistematización de Musonio al explorar el ascetismo, y analiza solo las categorías aplicadas del ascetismo de Musonio. Dos disertaciones inéditas muestran la misma tendencia. La tesis de 1970 de Delbert Wiens, "Musonius Rufus and Genuine Education", trata el ascetismo como parte de la educación de los adultos, pero algo distinta de la educación de los niños. La disertación de Joseph Houser de 1997, "The Philosophy of Musonius Rufus: A Study of Applied Ethics in the Late Stoa", también explora tentadoramente la "ética aplicada" y se acerca a la filosofía de Musonio desde su aplicación generalizada práctica. Aunque valora la aplicabilidad de Musonio e incluso su teoría de la askesis, Houser nunca estudia expresamente la practicidad de Musonio como parte del discurso filosófico y teológico más amplio sobre el ascetismo. Para Houser, la practicidad de Musonio sigue siendo una expresión de una disposición filosófica más que una reformulación de la filosofía misma hacia la teoría y la práctica ascéticas[16].  De hecho, el ascetismo en el período clásico fue una función de la educación que comenzó al menos con Aristóteles, pero no se puede suponer que tal formación educativa fue la única aplicación del ascetismo, particularmente entre los filósofos que exploran la vida moral. Especialmente cuando Musonio aborda directamente la cuestión de la teoría ascética, esa teoría ascética debe tomarse en serio como fundamental para una descripción y análisis de su ascetismo, y esa teoría ascética debe integrarse en la comprensión de la filosofía y la ética del autor. Este no ha sido el caso de quienes estudian la filosofía de Musonio.

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Richard Valantasis
Greek, Roman, and Byzantine Studies 40 (1999) 207–231
Traducción : Yerko Isasmendi


Notas

1Esto se demuestra mejor en la conferencia internacional sobre ascetismo patrocinada por Union Seminary en la ciudad de Nueva York y la Universidad de Saint Louis, que reunió a clasicistas, filósofos, historiadores de religiones, historiadores de la Iglesia, patrólogos, antropólogos y sociólogos. Ver los artículos publicados Asceticism, ed. Vincent Wimbush y Richard Valantasis (Nueva York 1995: en adelante WIMBUSH / VALANTASIS)
2Existe una vasta bibliografía sobre el ascetismo en la Antigüedad tardía. Véase especialmente Peter Brown, The Body and Society: Men, Women, and Sexual Renunciation in Early Christianity (New York 1988); Averil Cameron, Christianity and the Rhetoric of Empire (Berkeley 1990); y Gillian Clark, “Women and Asceticism in Late Antiquity: The Refusal of Status and Gender,” in Wimbush/Valantasis 33–48, y her Women in Late Antiquity: Pagan and Christian Lifestyles (Ox- ford 1993).
3Esta información está basada en Cora Lutz, “Musonius Rufus: ‘The Roman Socrates,’” YCS 10 (1947: hereafter LUTZ) 13–20, cita en 14. Lutz proporciona toda la documentación de la biografía y la influencia de Musonio. Véase también Joseph Samuel Houser, “The Philosophy of Musonius Rufus: A Study of Applied Ethics in the Late Stoa” (diss. Brown Univ. 1997: hereafter HOUSER) 1–11; y Delbert L. Wiens, “Musonius Rufus and Genuine Education” (diss. Univ. of Chicago 1970: en adelante WIENS) 1–16; y K. von Fritz, “Musonius,” RE 16 (1933) 894
4Lutz 3–4 cita las fuentes y analiza la comparación. Amand Jagu, Musonius Rufus Entretiens et Fragments: Introduction, Traduction, et Commentaire (Hildesheim 1979), ofrece una visión general de su vida y pensamiento con una traducción francesa de los discursos; para una introducción italiana, una visión general de la vida y el pensamiento, y una traducción, Sante Guidotti, Gaio Rufo Musonio e lo Stoicismo Romano (Bolsena 1979).
5Las credenciales estoicas de Musonio son difíciles de establecer. Houser 12–48 documenta las conexiones filosóficas de Musonio con estoicos conocidos. El énfasis de Musonio en la práctica se asemeja al cinismo. Mi argumento es que la cuestión no es si Musonio era cínico o estoico, sino que, tanto el cinismo como el estoicismo, se inclina hacia el ascetismo como modalidad y preocupación primordiales de la filosofía. Para mayor discusión, vea las conclusiones a continuación.
6Musonio no dejó ninguno de sus propios escritos. Acepto la veracidad de los testigos textuales de sus diatribas, editados por O. Hense, Musonius Rufus Reliquae (Leipzig 1905) y revisados por Lutz. Sobre la cuestión de la fiabilidad de los textos, véanse Lutz 6–13; Houser 2–7; Wiens 1–18.
7Ver Hermigild Dressler, The Usage of άσκέω and its Cognates in Greek Documents to 100 A.D. (Washington 1947).
8Ver Joseph Ward Sain, The Hellenic Origins of Christian Asceticism (diss. Columbia Univ. 1916); también la sección sobre el ascetismo pagano de M. OlpheGalliard en el Dictionnaire de Spiritualité I (1932) 941–960 s.v. “Ascèse, Ascétisme.”
9La mejor colección de ensayos sobre el Cinismo que abarca toda su historia es la de R. Bracht Branham y Marie-Odile Goulet-Cazé, edd., The Cynics (Berkeley 1966). También ver Marie-Odile Goulet-Cazé, L’Ascèse Cynique: Un commentarie de Diogène Laërce VI 70–71 (Paris 1986), y su “Le cynisme à l’époque impériale,” ANRW II.36.4 (1990) 2720–2833. Otra importante colección de ensayos en Marie-Odile Goulet-Cazé y Richard Goulet, edd., Le Cynisme ancien et ses prolongements (Paris 1993). La historia de Cinismo puede ser consultada (aunque con cuidado) en el ahora clásico de Donald R. Dudley, A History of Cynicism From Diogenes to the 6th Century A.D. (London 1937), así como en el más reciente trabajo de Luis E. Navia, Classical Cynicism: A Critical Study (Westport 1996).
10Martha C.Nussbaum, The Therapy of Desire: Theory and Practice in Hellenistic Ethics (Princeton 1994). Nussbaum explora la ética helenística y subraya la dimensión performativa de la ética, pero en ninguna parte se refiere al ascetismo. Sus referencias a Musonio son escasas. Pero vea Houser 12–48.
11Es posible documentar un corpus de tratamientos teóricos sobre el ascetismo en la filosofía y religión occidentales a partir del siglo I d.C. Conocemos dos tratados del período imperial romano: el Discurso VI de Musonio Rufo y el Discurso XII de Epicteto. Estos tratados inauguran una larguísima tradición literaria de obras que desarrollan la teoría ascética que reúne todas las principales religiones del período grecorromano y de la Antigüedad tardía; incluyen figuras tan significativas como Clemente de Alejandría, Plotino, Jámblico, Pórfido, Proclo, los capadocios Basilio y Gregorio de Nisa, Evagrio de Ponto, Juan Casiano y Juan Clímaco, entre muchos otros. Existe una amplia diversidad de fuentes. Entre los más útiles: Elizabeth A. Clark, The Originist Controversy: The Cultural Construction of an Early Christian Debate (Princeton 1992); Susanna Elm, ‘Virgins of God’: The Making of Asceticism in Late Antiquity (Oxford 1994); Geoffrey Galt Harpham, The Ascetic Imperative in Culture and Criticism (Chicago 1987); Philip Rousseau, Ascetics, Authority, and the Church in the Age of Jerome and Cassian (Oxford 1978); Aline Rousselle, Porneia: De la maîtrise du corps à la privation sensorielle, IIe –IVe siècles (París 1983). Para fuentes y textos, ver Ascetic Behavior in Greco-Roman Antiquity: A Sourcebook, ed. Vincent L. Wimbush (Minneapolis 1990).
12Para una descripción general del ascetismo de Musonio desde una perspectiva de estudios religiosos, ver Teresa M. Shaw, The Burden of the Flesh: Fasting and Sexuality in Early Christianity (Minneapolis 1998) 33–37
13James A. Francis, Subversive Virtue: Asceticism and Authority in the Second-Century Pagan World (University Park 1995: hereafter FRANCIS).
14Paralelamente al desarrollo de la teoría ascética se encuentran varios otros géneros de literatura que aplican la teoría ascética sin discutir la teoría en sí. Estos escritores ascéticos aplicados incluyen a Marco Aurelio (ver Francis 21–52; Pierre Hadot, The Inner Citadel: The Meditations of Marcus Aurelius, transl. Michael Chase [Cambridge 1998] 183–231); Filón de Alejandria (Verna E. F. Harrison, “The Allegorization of Gender: Plato and Philo on Spiritual Childbearing,” en Wimbush/Valantasis 520–534; y más periféricamente,, Michael L. Satlow, “Shame and Sex in Late Antique Judaism,” 535–543); Luciano Peregrinus (ver Francis 53–81); las sentencias de Sexto (Henry Chadwick, The Sentences of Sextus: A Contribution to the History of Early Christian Ethics [Cambridge 1959] 97–106); y la colección de dichos en el Evangelio de Tomás (Richard Valantasis, “Is the Gospel of Thomas Ascetical? Revisiting an Old Problem with a New Theory,” JECS 7 [1999] 55–81); quizás los evangelios del Nuevo Testamento (ver en L. E. Vaage y V. L. Wimbush, edd., ascetismo en el nuevo testamento [New York 1999]: Anthony Saldarini, “Asceticism and the Gospel of Matthew,” 11–27; Mary Ann Tolbert, “Asceticism and Mark’s Gospel,” 29–48; Susan R. Garrett, “Beloved Physician of the Soul? Luke as Advocate for Ascetic Practice,” 71–96; David Rensberger, “Asceticism and the Gospel of John,” 127–148); los actos apócrifos del Nuevo Testamento (Kate Cooper, The Virgin and the Bride: Idealized Womanhood in Late Antiquity [Cambridge 1996] 20–67); así como las biografías de Diógenes Laercio (ver por ejemplo, Goulet-Cazé [supra n.9]); entre muchos otros textos.
15Ver Anthony Meredith, “Asceticism—Christian and Greek,” JThS 27 (1976) 313–332; y sobre la tradición Platónica, John M. Dillon, “Rejecting the Body, Refining the Body: Some Remarks on the Development of Platonist Asceticism,” en Wimbush/Valantasis 80–87; y J. Giles Milhaven, “Asceticism and the Moral Good: A Tale of Two Pleasures,” 375–394.
16Un tratamiento académico similar con respecto a Epicteto ocurre en B. L. Hijmans, Jr, ASKHSIS: Notas sobre el sistema educativo de Epicteto (Assen 1959).

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