Imam al-Ghazali: desacuerdo, conflicto, discusión y argumentación



Imam al-Ghazali (m. 505/1111, que Allah tenga misericordia de él y nos ayudare a beneficiarnos de él) dividió su monumental obra "Ihya' Ulum al-Din"(El renacimiento de las ciencias religiosas) en cuatro partes principales: al-'Ibadaat (actos de adoración), al-'Adaat (prácticas consuetudinarias), al-Muhlikaat (vicios destructivos) y al-Munjiyat (virtudes salvadores). En la primera parte (cada parte comprende diez "libros"), hay una sección muy beneficioso en relación con los desacuerdos y conflictos, así como con el carácter nocivo del debate y de la argumentación. De hecho, fue esta misma sección (situada en el centro del libro del conocimiento), que tuvo un gran efecto en mí en los días en que era estudiante en la Universidad Islámica de Medina, especialmente hacia el final de mi tercer y el último año allí. Al-hamdu lillah, me tope con esta gloriosa obra del noble Imam pocos meses antes de la llegada de una transformación seria que altero mi vida en su dirección intelectual y espiritual. Mirando hacia atrás, puedo decir honestamente que este increíble trabajo fue un factor significativo que contribuyo en mi decisión de abandonar mis estudios allí, para pasar a lugares como Marruecos, Mauritania, y el valle de Hadramaut de Yemen, donde entré en contacto con este mismo trabajo una vez más, pero de una manera que nunca podría haber imaginado.

Después de delinear las ocho condiciones esenciales para la buena marcha de los debates intelectuales y religiosas (que abarca varias páginas), el Imam al-Ghazali va a discutir las diez cualidades que se consideran como las "principales abominaciones internas" (lasummahaat al-fawahish al-batinah, literalmente, las "madres internas de la abominación"),  mismas cualidades que el propio debate tiene una tendencia a generar en sus participantes. El Imam enumera cada una de estas diez cualidades, después de cada una de las cuales, da una descripción detallada de la forma en que son producidas, apoyando su argumentación con versos del Corán y las tradiciones narradas por nuestro amado Mensajero, la paz y las bendiciones sean con él.

Las diez cualidades son las siguientes:

1.Envidia (hasad)
2.Arrogancia (takabbur)
3.Enemistad (hiqd)
4.Murmuración (ghibah)
5.Auto-promoción (tazkiyah al-nafs) [En este contexto, este término no significa "purificación del alma"]
6.Espionaje y critica (tayassus wa tatabbu 'al-' awraat)
7.Encontrar alegría en las malas noticias de los demás y la pena respecto a lo que les trae alegría
8.Hipocresia (nifaq)
9.Altivez en la aceptación de la verdad, mostrando desprecio por ella, y avidez de discutir al respecto.
10.Ostentación, prestando atención a la creación, y tratando de convertir sus corazones y caras (a favor de uno).

Después de una descripción muy detallada (de nuevo, que abarca varias páginas), el imâm señala que estas diez cualidades se pueden dividir en otras diez, igual de peligrosas y censurables (como si las diez primeras no fuera suficientes! ).

Luego dice: «Los contendores están en desacuerdo con respecto a estas cualidades en función de sus niveles, e incluso el más grande de estos polemistas tanto en el Din y el intelecto todavía no está seguro de por lo menos algunas de estas características. Lo mejor que puede hacer es ocultarlas, o luchar contra su ego (nafs) con respecto a ellas».

Luego continúa diciendo: «[Se debe] saber que estas cualidades también son censurables para aquellos que se ocupan de recordar y amonestar a las masas [es decir, los predicadores y maestros], aquellos que buscan la aceptación del público, el logro de status, o la obtención de la riqueza y la gloria. [...] En resumen, estos rasgos son inevitables para cualquier persona que busca el conocimiento que no sea la recompensa de Allah (Exaltado) en el Más Allá. Pero el conocimiento no deja de lado al conocedor (erudito), ya que lo destruye con la ruina eterna o le concede la vida eterna».

Al final de esta sección invaluable del Ihya, termina diciendo: «El que busca el liderazgo (ri'asah) puede llegar a autodestruirse, a pesar de que puede corregir a otros. Ya que puede llamar a prescindir de las cosas de este mundo y presentarse exteriormente como uno de los estudiosos de los piadosos predecesores (los Salaf), a pesar del hecho de ocultar la intención de tener condición y posición (al-jah). Su ejemplo es como la vela que se quema, mientras que otros obtienen la luz de ella. La rectificación de los demás radica en su misma destrucción. Por otro lado, si en realidad aboga por la búsqueda de las cosas de este mundo, su semejanza es como el del fuego: ya que se consume a sí mismo y a  todo lo demás.

Por lo tanto, se puede dividir a los académicos y sabios en:

1.- Uno que se destruye a sí mismo y a otros. Estos son los que manifiestan su deseo por el mundo y que están dispuestos a ello.
2. Uno que trae la felicidad para sí mismo y para los demás. Estas son las personas que llaman a la creación a Allah (Exaltado), tanto interior como exteriormente.
3. Y por último, quién se destruye a sí mismo mientras que trae felicidad a los demás, como los que llaman a la otra vida, aparentemente rechazando la vida de este mundo, pero por dentro buscan la aceptación de la creación y el logro de status (al-jah).

Por lo tanto, miren y vean en qué categoría encajan. Nunca piensen que Allah (el Exaltado) aceptará algo más que lo que es puramente por Su causa, ya sea este conocimiento o acción».

Que Allah recompense al Imam al-Ghazali por compartir estas enseñanzas preciosas que no tienen precio y estas percepciones perspicaces, y que Allah nos ayude a interiorizar estos asuntos y vivir de acuerdo con lo que indican ... Amin.


Jalil Abu Asmaa
Traducción Yerko Isasmendi
 

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