La recepción del legado griego al mundo musulmán - Parte II



El proceso de las traducciones se puede definir como la asimilación del Islam, de toda la aportación de las culturas que lo habían precedido tanto al este como al oeste. De este hecho se perfilará un hecho de proporciones inimaginables; el cual es, la recepción en el mundo musulmán de la herencia griega; siendo el Islam el medio y el puente para que dicha herencia llegará hasta Occidente en el siglo XII; gracias a la famosa escuela de traductores de Toledo.

La gran labor de traducción del saber antiguo que fue absorbido por el mundo islámico; estuvo en manos principalmente de dos grandes centros, enmarcados por el área idiomática a la cual estos pertenecían.

Los Sirios.

Con este titulo nos referimos a los trabajos llevados a cabo por las poblaciones arameas del oeste y del sur del imperio sasánida; los cuales se centraban particularmente en el trabajo de traducción de obras de filosofía y medicina. 

La lengua siria se remonta aproximadamente al s. X a.c., cuando los hebreos y los arameos adoptaron el alfabeto y la escritura de los fenicios, quienes a su vez, habían modificado el antiguo alfabeto semítico dejándolo en 22 consonantes sin vocales. Las grandes conquistas de los asirios en el siglo VIII a.C., de idioma acadio y con un sistema de escritura cuneiforme, se toparon con pueblos semíticos en su avance hacia el Mediterráneo. El primer pueblo semítico que encontraron fue el de Aram (hablantes del arameo). Los asirios cayeron bajo el hechizo de su escritura, más simple que el cuneiforme y mucho más adaptable a la comunicación en un imperio que se expandía rápidamente. La política de los asirios de deportaciones masivas para evitar revueltas tuvo consecuencias lingüísticas ya que el arameo se convertiría pronto en lengua franca por toda la Mesopotamia. Fue durante la segunda gran deportación, y exilio de los judíos llevado a cabo por Nabucodonosor (c. 600 a.C.) —la primera tuvo lugar unos 100 años antes—, que el arameo desplazó al hebreo como lengua de uso entre los judíos, al punto que el Talmud Babilónico (500 a.C.) está escrito en arameo pues en pocas generaciones se habían olvidado el hebreo. 

Cuando Alejandro Magno (356-323 a.C.) llegó a la zona, reemplazó el arameo por el griego koiné como lengua administrativa. Los habitantes de las ciudades costaneras pronto lo adoptaon y dejaron de hablar el arameo. Paralelamente en los territorios persas donde se iban formando pequeños principados independientes, empezaban a surgir diferentes dialectos del arameo. Una de estas variedades era el siríaco, hablado por los habitantes de Edesa(1), una ciudad del reino semi-independiente de Osroe, al este del río Eufrates. Como reacción a la imposición del koiné, y como signo de identidad, el siríaco se convirtió en una lengua escrita y en 132 d.C. fue adoptado como lengua oficial y a la llegada del cristianismo, el siríaco era ya una lengua consolidada.

Es a través de la afamada escuela de Edesa, conocida como la “Escuela de los persas”; que es posible comprender la importancia siria en el inicio de la futura filosofía que se va a desarrollar en el mundo musulmán. Recordemos que en el año 489 d.c., el emperador Zenón había cerrado esta escuela debido a sus tendencias nestorianas(2); lo que produjo que tanto los maestros como los alumnos que siguieron fieles al nestorianismo emigraran a la ciudad de Nisibis; que había sido cedida por el emperador Jovian a los persas; donde fundaron una nueva escuela que fue principalmente un centro de estudios de filosofía y teología. Por otra parte, al sur del imperio persa otro foco del quehacer intelectual de los sirios se establecería en la escuela fundada en Gondé-Shahpur por parte del soberano sasánida Khosraw Anûsh-Ravân. Un dato que no debemos de dejar de lado, es el cierre de la escuela de Atenas por parte de Justiniano, lo que provoco el éxodo de los últimos siete filósofos neoplatónicos hacia Persia, alrededor del 529 d.c.

La figura más destacada de este tiempo es el sacerdote nestoriano Sergius de Rash ´Ayna; quién además de sus obras personales, se dedico al trabajo de traducción al siríaco de buena parte de las obras de Galeno; así como de las obras de lógica de Aristóteles. De entre los escritores siríacos monofisitas(3)  que destacan de dicha época, debemos mencionar a Bûd, quién tradujo el afamado Calila y Dimma(4) al siríaco, Ahûdemmeh, Severo Sebokht, Santiago de Edesa y Jorge, conocido como el “obispo de los árabes”.

Además de la lógica, las compilaciones de aforismos y las doctrinas platónicas del alma, eran los grandes temas que convocaban el interés de los traductores sirios. Como podemos ver, el proceso de traducción del pensamiento griego al siríaco ya estaba en pleno proceso a mediados del siglo V, razón por la cual, la gran labor de traducción que fue llevada a cabo alrededor del siglo III de la hégira, debe ser visto más que como una innovación, como una continuación más amplia y metódica del trabajo comenzado en estos centros en el antiguo imperio sasánida.

No podemos dejar de mencionar la escuela de los “Sabeos(5) de Harrân”, establecidos en las proximidades de Edesa; cuyos trabajos se centraron en las traducciones de las obras de matemáticas y astronomía, para lo cual necesitaron de una terminología diferente; logrando alcanzar notables logros en el uso adecuado de términos. Entre los traductores de dicha escuela destaca Thâbit Ibn Qurra.

Los Greco-orientales

Designan a las poblaciones de origen no semita (específicamente poblaciones persas) asentadas al norte y al este del imperio sasánida; cuyos trabajos de traducción comprendían principalmente la alquimia, astronomía, filosofía y las ciencias de la naturaleza.

La numerosa presencia de términos técnicos de origen persa en la terminología de la astronomía, astrología, alquimia y medicina, nos llevan a rastrear su penetración al pensamiento islámico a través de los territorios del noroeste de Persia. Henry Corbin nos explica la gran influencia del área persa en estas zonas del saber: “Todas estas ciencias (alquimia, astrología) se intregaban en una Weltanschauung(6) que la ortodoxia cristiana de la Gran Iglesia sólo pretendía destruir. Las condiciones en Oriente eran distintas a las del imperio romano (de Oriente o de Occidente). Cuando más se progresaba hacia el este, más se debilitaba la influencia de la Gran Iglesia (de ahí, por el contrario, la favorable acogida prestada a los nestorianos). Lo que entonces estaba en juego era la suerte de toda una cultura, a la que Spengler designa como “cultura mágica”, añadiéndole, de forma poco afortunada, el calificativo de “árabe”, totalmente inadecuado para la realidad que se pretendía definir”(7).

Sistematización del pensamiento clásico griego
Uno se puede preguntar si hay propiamente una filosofía islámica(8). Se ha dicho que la palabra filosofía tiene un sentido diferente en cada uno de los periodos históricos y en las diversas partes del mundo. Esto es tan cierto para el presente, como lo fue para los siglos pasados. La filosofía significó una cosa para los presocráticos, otra para Aristóteles, y aún otra para los estoicos y los pensadores de la época helenística. No hay nada de sorprendente, en el hecho de lo que se desarrollo realmente en Bagdad durante el califato abasí, fuese esencialmente diferente de las concepciones clásicas de la filosofía. Pero fue "filosofía" en tanto en cuanto aspiró al establecimiento de un sistema concebido racionalmente, discutido lógicamente, y fundado en los principios generales de la filosofía griega, aun cuando se intentaba armonizarla con los fundamentos de la religión. Desde un punto de vista externo, recibió honda influencia del pensamiento estoico y del neoplatonico, y además del pensamiento de la Grecia clásica. Y este desarrollo, a su vez, iba a dejar su huella más profunda de lo que se la piensa generalmente, en la filosofía cristiana de los tiempos medievales. Se verá que casi todos los que traducían del griego al árabe eran cristianos, y que algunos de ellos escribieron sus propios tratados filosóficos. Sin embargo, el término filosofía islámica resulta justificado porque aunque sus más excelsas figuras fueron con frecuencia de diversos países, eran musulmanes de nacimiento, o conversos del cristianismo, judaísmo o zoroastrismo. Más aún, el propósito principal de ellos fue la aplicación de la razón a la revelación, y la reconciliación del pensamiento griego con los dogmas del Islam. Ninguno de los pensadores cristianos de Bagdad(9) tuvo una estatura igual a la de los anteriores. Solamente en la Europa medieval y al darse el escolasticismo, encontramos los correspondientes esfuerzos intelectuales.

El saber griego llegó a Bagdad por caminos diferentes. La enseñanza de la filosofía clásica que tenía su fuente en Atenas, se estableció en los museia y las academias de Alejandría. Y cuando los árabes conquistaron Egipto, tales instituciones todavía florecían. Se cita a Al-Fârâbî(10), aunque éste no nos indica la razón, para mostrar que la filosofía “fue trasladada de Alejandría a Antioquia, y que permaneció allí durante un largo periodo, hasta el día en que sólo quedó un hombre que la enseñaba. Dos hombres más estudiaron con él, uno de ellos de Harrân (Carrhâ) y el otro de Marw… ”(11). El primero de ellos después de permanecer algún tiempo en su ciudad natal, fue a enseñar a Bagdad. El segundo también, con el tiempo salió a Persia con similar destino. Y Al-Fârâbî estudió filosofía griega  con un discípulo de este último llamado Ibn Hailân. La vía principal del saber griego, sin embargo, condujo a los hombres a través de las comunidades cristianas de Siria y del Norte de Iraq. En oposición con el origen pagano de la escuela de Alejandría, aunque imitándola, Eustacio, obispo de Antioquia, fundó una escuela allí no mucho tiempo después del Concilio de Nicea, en el año 325. La lengua de la Iglesia era el griego y como se debatían en tal idioma los problemas religiosos, secundados por el saber y la filosofía clásica, se hizo de ella una institución helenizante. Poco después, el obispo Jacobo fundo una escuela en Nisibis. Fue dirigida por San Efraín, poeta y teólogo celebre en siríaco. Las inestabilidades políticas llevaron a esta escuela a trasladarse a Edesa, la capital de Osrohene, y desde el siglo II fue el centro del cristianismo, en Iraq. Se conoció esta institución con el nombre de Escuela de los Persas, quizá porque la mayor parte de los estudiantes y maestros eran de Persia.

El cisma que dividió a la Iglesia Oriental en Iglesia Ortodoxa o del estado, jacobita o monofisita, y nestoriana, tuvo consecuencias literarias importantes en el mundo arameo.  Aunque la actividad de los traductores siríacos del griego se dejaba sentir incluso antes del cisma, los nestorianos para separarse de las otras dos iglesias, ayudaron al desarrollo de la lengua siríaca, con la traducción de muchas obras importantes, incluyendo no solo las de Aristóteles, Hipócrates y Galeno, sino también los trabajos de los Padres Cristianos, estimulando o motivando realmente con ello el movimiento, hasta el momento en que este último fue hecho sucumbir por la lengua árabe, más viril y fecunda. Sus centros estaban en Nisibis, Edesa Seleucia, en el Tigres, y en Gundîshâpûr; por no mencionar centros menores. En cambio, los monofisitas fundaron centros en Alejandría, Antioquia y Amida. Algunos siríacos de esas ciudades y de sus conventos respectivos se trasladaron a Bagdad para enseñar y traducir el saber griego clásico a su lengua materna y al árabe. A ellos debe añadirse algunos traductores notables de la comunidad sabea, de Harrân, los cuales prestaron servicios valiosos, particularmente al traducir al árabe textos griegos de matemáticas.

Hubo todavía otra vía, que habíamos mencionado antes. A pesar de que un erudito ha dudado de ella, es casi indiscutible que Ibn Al-Muqaffâ tradujo del persa (probablemente de su forma pelvi) una parte del Organon de Aristóteles. E Ibn Al-Qiftî dice de él que es “la primera persona del mundo islámico que tradujo, para Abú Ja´far Al-Mansûr, libros de lógica… (12)”. Luego lo especifica y los enumera. No se sabe todavía sí los dos manuscritos conocidos  hasta aquí, y que parecen ser un extracto de algunos de los libros del Organon aristotélico, son de él o de su hijo. Varias fuentes atestiguan que algunos de los reyes sasánidas de Persia, y en particular Cosroes I, conocía bien las obras de Platón y Aristóteles. La versión siria del tratado de lógica del Estagirita, que Paulos Persa escribió para él, así como una traducción en latín de las discusiones de Cosroes con Prisciano, el filosofó griego que se había refugiado en su corte, se conservan.

Otras de las vías que llevo el saber griego a Bagdad y al mundo musulmán fue la escuela de medico-filosófica de Gundîshâpûr, en el sur de Persia. Esta institución comenzaba ya a declinar durante el primer periodo de los califas abasíes, pero se recogieron los nombres de muchos médicos que llegaron a tener una riqueza considerable y gran fama, y que dejaron la institución para ir a instalarse en la capital del nuevo imperio.

Si tales fueran las vías, el Kitâb al-Fihrist, compuesto en 987, nos da entonces una información valiosa acerca de la cantidad de saber griego que se tradujo al árabe. Las fuentes originales de casi todo lo que sabemos de las obras escritas y traducciones en Bagdad, ya sea del siríaco, del griego, del persa o del hindú, muestran que los trabajos científicos, médicos y filosóficos fueron mucho más apreciados y estudiados que los puramente literarios, tales como los de poesía y las tragedias.

La corriente del pensamiento religioso ortodoxo y la de los mu´tazilíes se explican por el hecho de que los Falâsifa(13) fueron musulmanes auténticos, aun cuando no se adhirieron a todos los dogmas que exponían los teólogos de la época. Más aún, el problema fundamental de ellos – llamados a veces el problema escolástico – fue el de la reconciliación de la religión y la filosofía. Era natural y necesario, por lo tanto, que concedieran la misma importancia a los principios, con frecuencia en conflicto de las dos disciplinas. Se puede no estar de acuerdo en que el término kalâm no tiene el sentido de especulación teológica, y en que la palabra mu´tazila, aplicada a los que profesaban “un estado intermedio entre dos estados”, puede no tener una significación clara. Pero sus ideas religiosas pasaron a ser la teología oficial de los abasíes durante cien años y ejercieron una influencia considerable en el pensamiento de la época. El califa al-Ma´mûn irritó a la ortodoxia al unirse públicamente a ellos. Aunque los mu´tazilíes tenían inclinaciones intelectuales e intentaban explicar todas las cosas racionalmente, no eran filósofos, ni librepensadores, ni muy liberales en todo caso. Eran buenos teólogos. Y a pesar de ello su influencia fue profunda y amplia.

No debe de suponerse que la influencia de la corriente estoica, la neoplatónica y otras, en la filosofía musulmana, pueda descubrirse siempre con facilidad. El Fihrist comprueba el hecho de que trabajos con tales orientaciones fueron traducidos al árabe, y sobre la base de esta información se ha justificado, en casos dudosos, que estas influencias fueron efectivas. Pero muchas veces no se encuentra una relación directa entre una de estas corrientes y la filosofía y sin embargo, la influencia no parece poder negarse.


Yerko Isasmendi 



Parte IParte III



Notas

1) La antigua ciudad de Edesa, situada en el norte de Mesopotamia, se corresponde con la actual ciudad turca de Urfa. Fue fundada hacia el 302 a.C. por Seleuco I “Nikator”, veterano lugarteniente de Alejandro Magno e iniciador de la dinastía real seléucida. Es probable que la fundación griega de Edesa se efectuase a partir de un pequeño establecimiento anterior, beneficiado por la confluencia de importantes rutas comerciales caravaneras.
2) Doctrina enseñada por Nestorio, patriarca de Constantinopla, la cual se centra en la enseñanza que en Cristo coexisten dos personas; una divina y la otra humana, que están moralmente unidas. La doctrina nestoriana fue condenada en el Concilio de Efeso  (431).
3) Doctrina del siglo V que postulaba que hay una sola naturaleza en Cristo, la cual es divina; excluyendo la idea de una naturaleza humana en Cristo; pues este habría sido absorbida completamente por su naturaleza divina. Dicha doctrina fue condenada en el concilio de Calcedonia (451). Actualmente algunas iglesias orientales como los coptos y jacobitas, mantiene la enseñanza de la doctrinas del monofisismo. 
4) Ver el articulo Primeras elaboraciones del pensamiento musulmán.  
5) Los sabeos profesaban una religión astral, remontando su ascendencia espiritual a Hermes y a Agathodaimón. Sus doctrinas engloban la antigua religión astral caldea, la espiritualidad neopitagorica y neoplatonica. 
6) Visión de mundo.
7) Historia de la filosofía islámica, p. 35 
9) Fue fundada en el año 148/765. 
10) Abû Nasr Mohammad ibn Mohammad ibn Tarkhân ibn Uzalagh al-Fârâbi, de origen turco, es uno de los más importantes filósofos helenizantes.
11) I. A. Usaibi´a 
12) Tarikh al-Hukam.
13) Término que se aplica a aquellos que seguían la disciplina griega, diferente de la religiosa.

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